Página de inicio » Suplemento Tres Mil | 3000 » Poemas de Perla Rivera Núñez

Poemas de Perla Rivera Núñez

Orígenes

Dijiste que yo era un poema

que intentabas descifrar.

Hablaron las manos

los dedos tibios y los labios

nos dibujamos el cuerpo a besos

Un cigarrillo se apagaba

tu boca insistía

Sujetamos la vida desde sus orígenes.

 

 

Infierno

Soy dueña de un infierno que cabe en esta cama

aquí se incendia tu nombre

y no me basta

Nace un poema

hierve el aire

Se hizo tarde ya

y la certidumbre de la suma de mis días

no es ajena al mar que nos separa

Súbito

Vasto

Esta noche quema tu extensión

tu imagen hecha hoguera

arde en mi vientre.

 

 

Se suicida el tiempo

Mi pájaro de arena muere en un espejismo

Ha llegado el invierno

Yo,

Cierro la puerta

 

 

Menos viva, cada vez

cuatro treinta, lunes por la tarde

aullar es tener licencia de vida

mi casa sucumbe

no hay extintor, ni reglas de evacuación

o una carta de recomendaciones

que te diga como enfrentar el tiempo

no hace mucho  el río se incrustaba sobre la montaña

con el eco de mis alaridos

El dolor ya no punza

Ni encuentro las imágenes que pude ser.

Mis ojos construyeron una nueva tormenta.

 

 

María

    Me conoces menos constante, sombra de  hoja, sombra de pájaro.

Silvia Plath

Partías de casa,

era viernes

aún llevabas la carta en tu bolso

la maleta -casi tormenta-

y un amor en la sonrisa.

 

 

Te debo muchas horas de vigilia

y algún golpe seco en  la jornada

Resistimos juntas

incontables agujas

me pierdo a veces

y me recuperas

Soy a menudo

un pájaro que se inmola

junto al eco de un canto gregoriano

y siempre estás

precisa

cuando el tedio insiste

y el futuro no es más que una tarjeta postal

Me cubro en tus razones

pretendo ser duda

vos respuesta

cuando no hay pan que sosiegue

o  la soledad

es una bastarda que subsiste.

Decidí –con vos-

que las desilusiones no lastimarían

si nos adelantábamos a sus finales

y sobrevivo bajo tu luz.

¿El frío?

Que  haga frío

después de todo

he aprendido de memoria / tus abrazos.

 

 

Diario

6:30 pm  -Llego a casa y expulso mis tacones de 12 cm de altura. Siento la necesidad de ser algo preciso.

7:00  pm – Me desenredo, me busco entre un manojo de carne y huesos.

8:35 pm- Huyo del vértigo de la conciencia y tomo el control del audio, Sam Smith, Everlast, Cat Stevens, Radiohead.

9:30 pm-Hago una autopsia de mi caricatura. Abrazo el centro del espanto.

10:30 pm-Adelanto  los años. Quiero perpetuar la costumbre de buscarte en el epílogo del mundo.

12:00 -Dormir, despertar, insomnio. Defiendo tu luz de esta sombra.

 

 

He decidido recorrerte dentro de mi 

encontrarte en esta urna

origen de lobos y señales

cambiar la orientación del cuadrante

y guiar tus pasos, aquí.

 

Hago un boceto de lunas infinitas

sobre la página que te nombra

y ensayo una nueva sonrisa

para esta noche.

Hojas que describen

los gestos que no acaban

dos o tres migrañas fulminadas por tus dedos

entre mi cabello

Nuestro suicidio sobre tejidos.

 

Los gatos en el patio

se exterminan unos a otros

y Sísifo nos bosqueja su eterna pregunta.

Yo sé que nuestra Guerra es posible

sobre todo esta tarde

en que nació un girasol.

No renuncio a vaciar mi buzón

y dejo para siempre, -encendida en el ipod –

la canción  que me recuerda esa noche

cuando perdimos el juicio

y dijiste en la penumbra;  aquí los ángeles no se permiten

Yo sé que nuestra guerra es posible

sobre todo esta tarde

en que nació un girasol.

Ver también

«Mecánica» Mauricio Vallejo Márquez

Bitácora Mauricio Vallejo Márquez Muchas personas tienen un vehículo con el que pueden desplazarse, pero …