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María López Vigil, periodista, escritora y autora del libro “Piezas para un retrato: Monseñor Romero”. Foto Diario Co Latino

“Monseñor Romero fue un hombre profundamente honesto” : María López Vigil

@GLoriaCoLatino

Sencilla, salve observadora y con una sonrisa dispuesta, sovaldi sale la periodista, doctor escritora y teóloga María López Vigil, de nacionalidad cubano-nicaragüense, estuvo presente en la develación de un mosaico del Beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en la capilla San José Obrero, una obra de la abogada y artista Yolanda Rodríguez.

Con su talento, además de relatos y cuentos infantiles, López Vigil ha incursionado en escritos y libros relacionados con la religión como: “Un tal Jesús” y “Otro Dios es Posible”.

Su experiencia con el Pastor Mártir fue ardua y significativa, que plasmó en la obra, “Monseñor Romero: Piezas para un Retrato”.

-¿Quién es Monseñor Romero en su libro?

Es un hombre que es la alegría de la Iglesia y el honor de nuestro pueblo, de América Latina… porque Monseñor Romero tiene el poder de conmovernos tantos años ¿por qué será?, yo me lo pregunto … porque fue una cosa muy fuerte, somos quienes somos, pero también somos – lo que los demás dicen cómo y quiénes somos- eso quise dejar al escribir ese libro.

-¿Cómo decidió la línea narrativa?

Pregunté a quienes le conocieron de cerca y pude llegar a muchos, pero faltaron cantidades de ¿Quién era Monseñor Romero?, qué lo hacía reír, qué le gustaba comer, qué le daba miedo o cómo era su personalidad.

Porque solo conociendo la personalidad de los Santos nos damos cuenta que no son personas excepcionales; sino que, fueron personas fieles al momento que los tocó vivir; a la historia que les tocó construir; al tiempo en el que estuvieron.

Y el tiempo de Monseñor Romero fue extremadamente difícil, cuando él como Arzobispo en esos tres años de su vida, tenía que decidir día a día, a veces minuto a minuto y siempre su radar, su brújula le indicaba que era lo mejor, para la gente que no tenía poder.

Esa fue su obsesión… que hubiera justicia en El Salvador; que no hubiera una desigualdad tan grande entre los que, lo tienen todo y los que no tienen nada y eso sigue pasando en El Salvador. Es una sociedad injusta y desigual.

Cuando presentaron la sotana de Monseñor Romero me sentí emocionada y pienso con 98 años ¿Cómo sería él de viejitillo y de qué hablaría hoy?, y sería de lo mismo, de la necesidad de que construyamos una sociedad donde a nadie le sobre, para que a nadie le falte.

Este debe ser un ideal y decirle a Monseñor Romero ahora, “sigo yo”  con esta idea de justicia, para ser verdaderos romeristas.

– ¿Cuándo fue escrito el libro?

El libro salió en 1993. Piezas para un Retrato a Monseñor Romero es casi, como el trabajo de Carmen Yolanda Rodríguez, con su mosaico que se dedicó a poner una pieza, tras otra, y con él reconstruí un retrato para Monseñor Romero.

Tuve un centenar de entrevistas y tuve que ser selectiva, son casi mil horas de grabación y  tuve que construir con ese mosaico de testimonios de gente que lo conoció desde que era un niño. Hablé con su hermano Tiberio, con Saida, otra hermana para que me narrara como fue de niño.

Estuve también con gente que estuvo en San Miguel; hablé también con gente que lo conoció cuando era Obispo auxiliar, que era una persona muy severa, muy conservadora… muy diferente al que ahora conocemos.

– ¿A quiénes más entrevistó?

Estuve con gente que le acompañó en el obispado de Santiago de María, en donde, creo que Monseñor comenzó a cambiar … hay una especie de leyenda que dice que fue (el Padre) Rutilio (Grande) y no fue así… es un proceso –nadie cambia por un hecho o un solo momento- el venía cambiando y en Santiago de María comenzó, en mi libro lo puse así: “la realidad lo cacheteó” porque era dura.

Había mucha represión y él era amigo de los cafetaleros que maltrataban a los campesinos y apenas les pagaban… Monseñor Romero aprendió de los delegados de la palabra, que eran campesinos que se estaban formando ahí; y había otra forma de entender el Evangelio.

amigo Cuando llega al Arzobispado de San Salvador, ya lleva eso por dentro.

– ¿Qué más se encuentra en el libro?

Tiene sobre todo testimonios, piezas, relatos y anécdotas de las personas que le conocieron en el tiempo de su Arzobispado de Da Salvador, y tuve el honor de conocerlo como periodista.

– ¿Cuál fue su experiencia con Monseñor Romero?

Lo conocí y platique con él unas horas en Madrid, España, fueron solo unas horas, que marcaron mi vida –venía de una situación muy difícil en el Vaticano- el libro es eso, la construcción de su retrato a partir de los testimonios de las personas que lo conocieron.

– ¿Cuál fue la constante que encontró en las piezas para el libro de Monseñor Romero?

La honestidad –yo diría-. Monseñor Romero no fue un cura pistero, no fue un cura borracho, no fue un cura mujerero… pero tampoco fue un cura que no hizo las cosas con convicción. Fue muy conservador y muy convencido que eso era lo mejor, pero la realidad lo cambió… porque fueron los tiempos más difíciles que vivió este país y él se dejó cuestionar profundamente por la realidad y fue fiel… y que le matarán a sus sacerdotes y ver morir a su pueblo, lo hicieron ser cada día más honesto. Su constante fue la honestidad …fue un hombre profundamente honesto.

– ¿La iglesia y el pueblo salvadoreño han cambiado con Monseñor Romero?

No, el pueblo sigue dividido y así fue en el tiempo de Monseñor Romero, él fue hasta acusado de dividir más al pueblo –creo que no fue así-, a todos nos hace falta hablar de él más a fondo, para conocerlo más, debatir más sobre su figura.. Y creo que hasta la gente de iglesia o sea, sacerdotes y obispos que no lo quisieron, que lo rechazaron, que lo ninguniaron deberían pedir disculpas públicas al pueblo de El Salvador.

Porque nada nos enaltece más, que pedir disculpas y veo algunos jerarcas de la iglesia que no lo quisieron hablar de él; que pareciera que lo quisieron y que son romeristas. Me gustaría saber que si han pedido disculpas.

-¿Pedir disculpas no abriría heridas del pasado?

Bueno, a veces las heridas tapadas no sanan y es necesario abrirlas, limpiarlas, curarlas y así se empieza a sanar… taparlas no las sana, simplemente las hace más graves.

– ¿Cómo entender el mensaje de Monseñor Romero?

Como el Padre de una sociedad sin padres… porque nuestras sociedades latinoamericanas hay muchos irresponsables; entenderlo que a pesar de sus debilidades –y eso refleja el libro- a pesar de sus miedos y debilidades supo estar a la altura del momento y el tiempo en que vivió.

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