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Las mujeres las principales aliadas en la preservación de los bienes naturales dentro de sus comunidades. Foto DiarioCoLatino/Archivo.

“Las mujeres juegan un papel categórico en la defensa ambiental” : Amalia López

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

Amalia López, del municipio de Santo Tomás, integrante de MUMUJES y la Alianza contra la Privatización del Agua, en el marco del “Día de la Madre Tierra”, llamó la atención a la “relación simbiótica”que existe entre las actividades de las mujeres y los bienes naturales en el país y el mundo.

Cada 23 de abril, a escala internacional se conmemora el “Día de la Madre Tierra”, que tiene a la base el llamado a preservar los ecosistemas que sustentan todas las formas de vida de la tierra y la intervención decidida y sistemática de los Estados y la humanidad para rescatarlos y convertirlos en fuentes sustentables de supervivencia a nuevas generaciones.

En cuanto a El Salvador ha sido señalado por organismos nacionales e internacionales como un país que se encuentra “expuesto a un amplio espectro de amenazas”, de índole hidro-meteoreológicos como huracanes, sequías e inundaciones. Y los riesgos geológicos por terremotos, erupción de volcanes o deslizamientos de tierra en el territorio nacional.

No obstante, Amalia reconoció que esa combinación entre mujeres y los bienes naturales es motivo aún de discriminación e invisibilización por autoridades de gobierno, instancias locales y los mismos hombres miembros de las comunidades.

“Hay aquí y en otros países una estructura patriarcal capitalista, extractivista que al igual que usa los cuerpos de las mujeres para generar riquezas, explota la naturaleza y piensa que no tiene que pagar costos por los recursos que utiliza. Cuando la relación de mujer con planeta es una relación simbiótica, porque somos dadoras de vida, como tal”, resumió.

“En Latinoamérica y países como el nuestro la sociedades se soportan sobre los trabajos del cuidado de las mujeres y estos cuidados del trabajo no son remunerados y son roles culturales que nos implantan desde la niñez que este trabajo lo hace la mujer por amor a su familia o hijos, pero este trabajo no lo remunera ni el Estado ni nadie”, explicó.

Asimismo, alentó a visibilizar a las mujeres en el Día de la Madre Tierra, creando los Estados políticas, programas y proyectos que incluyan el enfoque de género para solventar la histórica deuda con las mujeres cuidadoras y las que ostentan algún empleo sea formal o informal, garantizándoles la salud, la educación y su derecho a la participación social en defensa de su persona o comunidad.

“Las Mujeres que se dedican al cien por ciento al cuido de sus familias, a lo largo de toda su vida al final no cuentan con derecho a la seguridad social, ni la atención médica especializada en padecimientos específicos de mujeres como la ginecología porque en las unidades de salud, ni los tienen”, afirmó.

“Es una situación complicada e injusta no reconocer el trabajo que las mujeres han venido aportando a la sociedad, un ejemplo claro, en el año 2017 hubo la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) investigó ¿Cómo se ocupa el tiempo en El Salvador?, y los hallazgos fueron obvios, las mujeres estaban dedicando 6 horas más que los hombres en cuidar la familia y otro dato pertinente las mujeres invertían entre 40 a 120 minutos a la labor de recolectar agua para el cuido de la familia”, sostuvo.

Sobre las perspectivas de las mujeres rurales frente a la educación, López, reconoció que no habrá ningún cambio en el “horizonte de una vida diferente”, mientras se apueste a construir más cárceles, cuando cientos de escuelas de los cantones no tienen baños, lo que calificó de “indigno”, así como, la pérdida de horas-clase de adolescentes que durante su período menstrual, no van a la escuela por falta de baños.

“La relación entre las mujeres y la factibilidad del planeta es claro, ¿Quiénes nos damos cuenta si el río está afectado o ha bajado de nivel su caudal y si será suficiente para abastecernos?, claro, serán las mujeres porque son las que tienen mayor relación con los bienes naturales y recordemos no hay acceso al botellón de agua purificada, por esto el Día de la Tierra debe visibilizar esta visión de género” , argumentó.

“Tenemos el caso de las mujeres indígenas en el río Sensunapan, me contaron que los sitios sagrados que tenían caídas de agua hasta de 25 metros de altura están secos por ahora, ¿Qué pasó con la comunidad, con esas mujeres?, perdieron la oportunidad de cultivar porque el caudal del río ha disminuido y el acarreo de agua ha sido interrumpido y ahora tienen que ir más lejos en busca de otras fuentes de agua, no hay pesca, tampoco, o sea, han modificado la vida de las mujeres de esas comunidades”, explicó López.

En cuanto al caso de la empresa Roble y sus proyectos urbanísticos en Santo Tomás, que provocó la creación del Movimiento de Mujeres de Santo Tomás (MUMUJES) en defensa de los bosques, la tierra y el agua, Amalia López señaló que la cercanía a San Salvador de su territorio natal, es el principal problema.

Santo Tomás es un municipio semi-rural con una extensión de 24.32 kilómetros cuadrados en donde residen más de 20 mil habitantes y se encuentra a solo 11 kilómetros de la Ciudad Capital, que en los últimos años ha tenido un repunte en proyectos de urbanización.

“Santo Tomás tiene ese gran problema, si es rural pero está tan cerca de San Salvador que la plus valía está matando a las comunidades, porque hay mucho interés en urbanizarlo por el tipo de clima que tiene, pero no se dan cuenta, que ante tantas urbanizaciones de lujo afectan directamente ese clima fresco porque están deforestando grandes extensiones de tierra para construir sus residenciales”, afirmó.

“Para nosotras que vivimos allí, no solo lamentamos la pérdida de bosque, también la gran preocupación de ¿Cómo podemos resolver el problema de vida de las comunidades?, las comunidades circundantes a estas zonas residenciales ahora pasaron a ser zonas marginales y no tienen acceso a los bienes naturales como tierra y agua que tenían anteriormente y es grave”, precisó.

Otro de los problemas además del cambio del uso de suelos se encuentra el acceso al agua, que la defensora ambiental señaló que ha aumentado pese a que Santo Tomás está al pie de varios cerros que les permitía tener un micro-clima rico en especies vegetales, animales y agua, pero históricamente los gobiernos locales ni ANDA apoyaron la construcción del acceso al agua domiciliar. Y, actualmente, esto se ha vuelto más precario, alegando que las protestas de las comunidades y cierre en la Autopista a Comalapa se dan cuando han pasado tres semanas sin agua. “Pasamos crisis de agua y sabemos que el agua de Santo Tomás la secuestran por bombeo y la llevan por medio de tuberías y tanques a las residenciales de Santa Elena, Los Planes de Renderos, porque ahí hay poca agua”, denunció.

“Tenemos el caso del agua en Panchimalco que si tiene mucha agua, pero con esa gente no se meten (ANDA) porque hay una organización social tal, que defienden su agua, entonces, prefieren generar problemas a Santo Tomás. Si hasta una empresa purificadora de agua se la apropia por la pureza del agua de los manantiales. Lo trágico es que, ANDA, te dice que no hay factibilidad de agua en sus comunidades esa es una injusticia en el territorio”, acotó.

En cuanto al papel de las mujeres en la defensa de la tierra, el agua y otros bienes naturales, Amalia López explicó que era una “situación complicada y compleja” que afectaba directamente a las mujeres en el país y en la zona rural, el nivel de exposición a la violencia es mayor.

“Las defensoras hemos comprobado que en los últimos tres años hay una campaña de desprestigio, estigmatización y ataque constante, pero no a defensora, sino a la persona, porque te denigran como mujer y en esa línea quieren quitarte la autoridad para hablar, denunciar y la defensa de los derechos humanos, sucede con abogadas, periodistas, diputadas, médicas que se han atrevido a criticar que alguna institución gubernamental”, refirió.

 

“Las mujeres que vivimos en las comunidades estamos más expuestas, al discurso de odio y hay machos de las comunidades que se sienten con la libertad y hasta con la necesidad de atacar el trabajo de las mujeres defensoras y, sobre todo, las que defendemos derechos ambientales como la tierra o el agua, y allí ellos nos ponen en riesgo constante porque trabajan para esos proyectos urbanísticos que son empleos temporales”, puntualizó Amalia López.

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