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¿Cuál es su gracia? II parte

¿CUÁL ES SU GRACIA? II PARTE

Por: Marlon Chicas El Tecleño Memorioso

En búsqueda de nuevos nombres raros o desconocidos, y ávidos de aventuras en uno de los viajes a la hermana república de Nicaragua en 2019; con mi personaje de treinta décadas el payaso Clavito, en compañía de mis amigos Álvaro Darío Lara, José Melara (Tomatillo +), nuestro aviador estrella Alexander González. Como buenos vigilantes de colonia alertas y despiertos a las cuatro de la mañana emprendimos un largo viaje de nueve horas en un bólido similar al auto fantástico, el cual entre bromas consultamos a su conductor que tipo de vehículo es, respondiendo su piloto -Es Sentra, porque se entra el agua, polvo, y otras cosas en el camino-, lo que provoco una sonora carcajada en el grupo, luego nos dirigimos en pos de un bello poblado al norte del país pinolero, famoso por su canción inmortalizada por Carlos Mejía Godoy.

La gélida brisa de la madrugada acarició nuestros rostros, la noche sirve de telón al Valle de Jiboa, que vislumbra a lo lejos San Vicente con su peculiar torre y olor a carne, que según malas lenguas es de chucho o caballo, lo cual es mentira, entre tanto don Alex tararea al son de una cumbia para no dormirse, el peso del viaje pasó factura llegando a la Perla de Oriente, despertando del letargo nocturnal, vigilado por el imponente Chaparrastique, luego de una breve visita al baño y consumir un reanimante café con leche y pan dulce, continuamos el viaje.

Bajo el incesante calor de oriente llegamos al Amatillo registrando nuestra salida del terruño querido e ingresando a Honduras, con su amplia serranía, áridos campos y tranquilos poblados, llegamos a la frontera El Espino, en tierra de lagos y volcanes, que vio nacer al grande de las letras Rubén Darío, una hora después arribamos al poblado en mención, siendo recibidos por el profesor Matute, quien nos convida a descansar y visitar el municipio, las largas horas de viaje abren el apetito obligando a un sabroso vigorón (yuca cocida, chicharrón y ensalada de repollo); y sus refrescos de pinolillo (maíz blanco tostado, cacao, canela, pimienta y clavo de olor); fresco de jocote entre muchos.

Degustando tan suculento manjar la dueña del comedero doña Hipólita pregunta el motivo del viaje, respondiendo -a la búsqueda de nombres raros-, envuelta entre la humareda de tajadas, nacatamal, gallo pinto y otros, nos comenta que en el pueblo existen nombres variados como: Anastacia, Crisendo, Rosendo, Casimira, Policarpo, Aristóbulo, Toribio, Simeón, Canuto, Cirilo, Oportuna, Nicodemo, Pelagia, Hilarión, Serapio, Sostenes, Nepomuceno y más.

Mientras realizamos la digestión, consultamos al encargado del registro familiar, sobre algunos nombres asentados en la comuna, a lo que con una risotada nos confiesa una nómina de nombres inscritos en su gestión al cargo de la talla de: Ramona, Yohasca, Marling, Anielka, Idania, Jareth, Sherly, Norvin, Emerick entre muchos.

La hora de la presentación llega en la plaza del pueblo, las luces y potente sonido sirven de marco a una multitud agolpada frente a la tarima, durante la presentación suben al escenario jóvenes que asombran por sus nombres: Yari, Randy, Arien, Haniel, Holmara, Hanny, Crystal y Yeslin. Lo que significó un reto memorizar los antropónimos, por su parte Álvaro Darío anota en su infaltable libreta de apuntes, don Alex ríe a carcajadas por las ocurrencias de Tomatillo y Clavito, así como de los nombres de los concursantes.

La presentación llega a su fin, la noche invita al descanso, entre tanto el equipo prepara el retorno acondicionando las columnas y posaderas al extenuante viaje, con la satisfacción del deber cumplido descubriendo nombres que pasaran a la posteridad, ya que este tema es infinito, un fraterno abrazo a la comunidad nicaragüense residente en El Salvador ¡Hasta la vista estimados lectores!

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