César Villalona
21 de febrero de 2023
El 27 de enero se cumplió el primer año del Gobierno que preside Xiomara Castro. Pese a la mala herencia de los Gobiernos anteriores y a los problemas de la crisis mundial, la economía hondureña tuvo un importante crecimiento y mantuvo el equilibrio monetario y cambiario. Veamos:
1. Según el balance de 2022 realizado por la CEPAL, la producción de bienes y servicios (PIB) aumentó 4.2%. Esa tasa, que coincide con la reportada por el Banco Central de Honduras, es buena en condiciones normales y los es más en un contexto de crisis internaciona•l. El crecimiento superó el promedio de 3.7% de Latinoamérica. En Centroamérica, solo la economía de Costa Rica creció más.
2. Aunque en 2023 se proyecta un crecimiento menor, de 2.7%, sobre todo por la contracción de la economía mundial, el mismo duplicará el promedio latinoamericano y ocupará el segundo lugar de la región, después de Guatemala.
3. El crédito interno aumentó 22.6% en 2022, la mayor tasa de los últimos 10 años y muy superior a la de 2021, que fue de 14.3%. Como el crédito es una variable de inversión, su notable aumento refleja el buen dinamismo de la economía. Además, la tasa de interés activa promedio (sobre los créditos) fue de 14.8%, menor al 16% de 2021. O sea, el costo del dinero disminuyó, lo cual es un incentivo para la inversión.
4. En 2022, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron 11%, una tasa muy buena. Y aunque las importaciones crecieron más, en 17%, la relación económica con el resto del mundo se mantuvo en equilibrio, pues la diferencia entre entradas y salidas de divisas fue deficitaria en apenas US$383 millones, un valor poco significativo para el tamaño de la economía y el comercio exterior de Honduras. En enero de 2023, los ingresos y egresos de divisas se equilibraron en US$1,474 millones.
5. Las reservas monetarias (en divisas) bajaron un poco en 2022 pero se mantuvieron en un buen nivel. Para el 16 de febrero de 2023 sumaban US$8,237.7 millones, equivalentes a 5.5 meses de importaciones, casi el doble de lo que recomiendan los organismos internacionales. Lo que eso quiere decir es que si en un caso hipotético Honduras no recibiera ni un dólar durante 5 meses y medio, podría seguir importando durante todo ese tiempo con sus reservas divisas. En otras palabras, el nivel de reservas es muy bueno.
6. La inflación de 2022 fue alta, de 10.2%. pero fue sobre todo una inflación importada, porque la economía hondureña es muy dependiente del exterior, al extremo de que las importaciones de bienes y servicios equivalen al 60% del Producto Interno Bruto. Ese alto nivel de dependencia se debe, en gran medida, a que los Gobiernos anteriores, con la excepción del que dirigió Manuel Zelaya (2006-2009), aplicaron políticas antiagrarias y favorables a los grupos importadores.
7. El Gobierno de Xiomara tomó medias correctas para elevar la producción nacional y frenar un poco los precios, como el bono biológico productivo para las familias productoras de granos básicos (semillas, fertilizantes y otros insumos), los créditos para pequeños productores y productoras de granos básicos, el congelamiento temporal de los combustibles, la reducción de los intereses para créditos agropecuarios y para vivienda, entre otras. De no tomarse esas medidas, el alza de precios hubiera sido mucho mayor.
8. Pese a la alta inflación del año pasado, el tipo de cambio (relación lempira-dólar) se mantuvo estable, en 24.5 por 1, porque el Gobierno aplicó medidas para revertir la devaluación y lograr la estabilidad cambiaria. El Tipo de Cambio Referencia resulta de un cálculo ponderado que toma en cuenta el precio del día anterior, el de hoy y la proyección del siguiente día. Además, el alto nivel de reservas significa que el dólar no escasea.
9. En enero de 2023, la inflación acumulada fue de 0.42%, muy inferior al 1.2% de enero del año pasado. Si se mantiene relativamente controlada podría cerrar el año en 5%, un nivel manejable.
10. El desempleo abierto ronda el 8%, un poco menor al de 2021, que fue de 8.6%. El subempleo supera el 60% de la Población Económicamente Activa y tiene causas estructurales que no se pueden eliminar en un año, por más exitoso que sea un Gobierno. Lo importante es que el desempleo disminuyó.
11. Es importante destacar el aumento del salario mínimo en 2022, de entre 5.3% y 7.5%, según el tamaño de las empresas, y de entre 5.3% y 8% para 2023. El aumento es pequeño pero permite recuperar en alguna medida el poder adquisitivo afectado por la inflación.
12. La situación financiera del Gobierno es deficitaria pero no crítica. El déficit fiscal en 2022 fue de 4% del PIB, un poco por encima de lo recomendado. Pero hay que tomar en cuenta que el Gobierno destinó muchos recursos a los grupos de menos ingresos: medidas relacionadas con el agro, subsidio a la energía y los combustibles, entre otras. Esas medidas son positivas para la mayoría de la población. La mayor parte de esos recursos provinieron de los tributos, pues la deuda externa apenas creció 3.1% en 2022.
13. En resumen, la economía hondureña creció mucho en 2022 y mantendrá un aceptable dinamismo en 2023, tomando en cuenta el contexto internacional adverso. La economía tiene equilibrio monetario y cambiario, las reservas de divisas son altas, el déficit fiscal es manejable y la inflación tiende a ser menor que el año pasado.
14. Algunos retos deberían ser: elevar la recaudación fiscal, con tributos progresivos y contralando la evasión de impuestos; fomentar la producción de alimentos y la generación de empleo; controlar la inflación; mantener la estabilidad monetaria y cambiaria; fortalecer la propiedad pública y social; redistribuir el ingreso y aumentar la inversión pública y los programas sociales para reducir la pobreza.
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