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¿Qué mide realmente la PAES?

Siro Edgardo Monterrosa
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En 2014, sale view el promedio de la PAES global alcanzó el 5.20 de calificación. Este parámetro mide solo el aspecto conceptual del aprendizaje, es decir, apenas refleja los aspectos memorísticos del modelo educativo.

A través de los años, esta tendencia se ha mantenido y es por eso que tengo la necesidad de profundizar sobre sus resultados:

Si el tiempo de escolaridad medido es de 14 años (incluido parvularia), significa que, en la evaluación y en aspectos cognitivos, nuestros bachilleres están egresando con un índice de objetivos alcanzados comparables al séptimo grado. Si asumimos que la gran mayoría de ellos no recibió los tres años de formación inicial, el nivel de los bachilleres se ubica en quinto grado con base a los objetivos alcanzados y manifestados en esa prueba.

Es interesante observar que departamentos que siempre fueron marginados, obtengan ahora las mejores calificaciones aún a pesar de las deficiencias físicas y tecnológicas. En la práctica, esto demuestra que el papel fundamental del docente es el que determina el avance educativo. Si los docentes están motivados y conscientes del papel que desempeñan en el cambio de la estructura social y económica de las familias, entonces pueden realizar milagros aún bajo las carencias más elementales. Esto se llama actitud profesional. Por otro lado, sin una actitud positiva de parte de los y las docentes, no se lograrán mejorar los resultados a pesar de que se cuente con los recursos más novedosos.

También resulta interesante que el sector privado obtiene mejores resultados que el público aún a pesar de que, en muchos casos, son los mismos docentes quienes imparten clases en ambos ámbitos. La diferencia manifiesta que el modelo de gestión y administración de los recursos humanos es totalmente diferente en dichos sectores. Por una parte, un docente que trabaja en la mañana en el sector privado recibe un salario inferior al que le paga el Estado, pero su ritmo de trabajo es diferente. En el sector privado planifica, ordena, evalúa, presenta informes, asiste a reuniones, etc. ¿Qué hace en su trabajo durante la jornada con el sector público? Muchos y muchas buscan planificaciones ya elaboradas, evaluaciones ya realizadas, libros con respuestas y obligan a los estudiantes a adaptarse a estas condiciones prefabricadas.

El modelo de evaluación incluye muy tímidamente los aspectos de razonamiento y resolución. A la hora de la verdad, las competencias, adquiridas o no, son innecesarias para la aplicación de la prueba. ¿Será cierto que cuando responden un ítem correctamente están conscientes de su significado, valor y aplicabilidad? ¿O solamente es una reacción automática basada en memoria de corto plazo? O peor aún, ¿será producto de la casualidad? Si el problema es de revisión, bien podríamos cambiar ese sistema y realizar estas revisiones de manera no automatizada.

Una de las características de la evaluación es su secuencialidad y constancia. No se puede seguir evaluando resultados y tampoco podemos conformarnos con la “calificación”. Un docente comprometido evalúa para cualificar, de manera que la calificación pierde sentido porque se estandariza. Cualificar el proceso significa que somos capaces de detectar las fallas, los errores, las deficiencias y estamos dispuestos a corregir para lograr que no hayan niños o niñas fuera del promedio. Muchos docentes todavía piensan que el problema de la educación nacional es que no pueden “aplazar” niños. El sistema de producción nos lo hizo creer así. Las necesidades de mano de obra barata y abundante requerían que muchos niños y niñas abandonasen la escuela en estadíos tempranos de formación. De esa manera siguen funcionando (lastimosamente) y se convierten en trabajadores por necesidad. “Gracias a Dios tengo trabajo”.

Los privilegiados que alcanzan a entrar a la universidad lo hacen sin tener claridad de lo que buscan, quieren o necesitan. Sus elecciones de vida se basan en mitos y creencias de ganancias exorbitantes sin mucho esfuerzo. No vienen en su mayoría capacitados para analizar, razonar, resumir, valorar, discriminar, etc. Reciben y repiten conocimiento. Unos pocos así salen profesionalizados. El médico que opera para ver y cobrar; el ingeniero que disminuye la calidad de los materiales para ahorrarse dinero; el abogado que se inventa excusas para cobrar más, etc. ¿Saben cuál es el problema?: desde el principio, los contenidos no vinculaban la realidad, la condición humana, el cambio de actitud. En esencia, la educación debe servir para el cambio de actitud y no para la adquisición de conocimientos. Las técnicas son sencillas y hasta resultan menos trabajosas para los docentes y más agradables para los niños y las niñas,… pero “así lo hemos hecho siempre y así lo seguiremos haciendo”. La calidad de la educación no se basa en saber más: la calidad de la educación se basa en formar mejores personas (el ser) que modifique el status quo del ciudadano actual.

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