Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Una disminución de 8 millones de quintales de maíz y 200,000 de frijol, son las bajas que prevé la Asociación Nacional de Trabajadores Agropecuarios (ANTA) para la cosecha 2019.
La sequía es el principal causante de las pérdidas de los agricultores, sobre todo en el llamado corredor seco conformado por San Miguel, La Unión, Morazán y Usulután, de acuerdo con el secretario del ANTA, Carlos Rodríguez.
El dirigente manifestó que este año se estima una producción de 14 millones de quintales (incluida la siembra postrera) y 2.5 de frijol, lo cual podría provocar un alza en los precios de estos granos básicos.
“Esto pone en riesgo la alimentación del pueblo salvadoreño, porque nosotros necesitamos producir por lo menos 26 millones de quintales de maíz. Si solo producimos 14 millones, este año el riesgo es que va a subir el precio para el consumidor final (…) nosotros para no perder tenemos que vender a $22 el quintal, lo que significaría que la libra valdría $0.22, pero para ganar tenemos que venderlo a $25 y eso va a encarecer la tortilla, esa es la realidad”, expresó Rodríguez.
Pese a los daños reportados y el anuncio de un déficit aproximado de 13 millones de quintales de maíz para el consumo del país, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) afirmó que no se tendrán grandes pérdidas.
“Me imagino que hay zonas más afectadas, pero ustedes han visto que ha estado lloviendo al menos en la zona paracentral y occidente. Oriente se comporta diferente pero no han reportado grandes pérdidas, lo que podría pasar es que baje el rendimiento pero grandes pérdidas no”, puntualizó Pablo Anliker, titular de la cartera de Estado.
Según el informe de lluvia y sequía 2018, desarrollado por la División de Estadísticas Agropecuarias (DGEA), los días completos sin lluvia en los meses de junio y julio provocaron “grandes” pérdidas de maíz y frijol en la zona oriental del país, cultivos que son la base económica y alimentaria del país, por lo que estas afectaciones tienen impacto directo en los grupos más vulnerables que venden su mano de obra en las épocas de cultivo y cosecha o tienen plantaciones de subsistencia. El levantamiento reportó pérdidas de hasta 60 % para ambos cultivos.
El documento también expuso que las lluvias excesivas en el mes de octubre también afectaron la cosecha postrera, lo que se traduce en una producción menor que no permite a las personas de menos recursos recuperarse totalmente.
El Frente Nacional Agrario que aglutina más de 150,000 agricultores dice, que solo en La Unión y Morazán ya se reportan pérdidas del 35 % y 40 % debido a la condición climática. Se estima que la atención adecuada de una manzana de siembra de maíz ronda los $800, “la mayoría de veces los fondos son prestados”, señaló la fuente.
Ante los cambios climatológicos, constantes organizaciones no gubernamentales como World Vision y Catholic Relief Services señalan la necesidad de ejecutar acciones que ayuden a mejorar la resiliencia de la población salvadoreña, y actualizar las cifras sobre el impacto de la sequía en diferentes áreas.
“El análisis de estrategias de supervivencia muestra que ya se están tomando algunas medidas, como el aumento año con año de la compra a crédito o pidiendo prestado, el aumento del consumo de reserva de semilla destinada al cultivo que pone en riesgo el medio de vida de la familia, la disminución de gastos para insumos agrícolas o la búsqueda de otros empleos con los que encontrar ingresos para la familia”, expone la fuente en el estudio Evaluación de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida, presentado la semana pasada.
Estas y otras razones llevaron a las organizaciones a recomendar al Gobierno el desarrollo de formas de intervención en el territorio, y brindar apoyos basados en asistencias técnicas a los productores acompañados de más procesos que hagan que tengan en cuenta las diferentes características de la realidad salvadoreña, para que esa intervención aumente su eficacia. Asimismo, destacaron la importancia de generar financiación sostenida y sostenible de las acciones destinadas a garantizar la alimentación de la población salvadoreña.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) detalló que los pronósticos estacionales a partir de la segunda quincena de septiembre y la primera de octubre, presentarán un régimen pluvial normal pero deficitario debido a las condiciones del niño, el polvo del Sahara, y los vientos acelerados anómalos presentados durante el año.
A diferencia del periodo canicular, que es un periodo fijo con ausencia total de lluvia que se da todos los años, durante la sequía se mantienen lluvias aisladas, sin embargo, para este 2019, el ministerio estima que podría haber un acortamiento de la época lluviosa en la segunda quincena de octubre.
Anualmente, el país recibe entre 1200 a 1400 mililitros de agua lluvia los cuales van a los mantos acuíferos, presas, a los ríos, quebradas, aguas superficiales y aguas profundas. Para este año el MARN prevé un déficit en el régimen pluvial.