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LOS PSICÓPATAS SE APROVECHAN DE LOS EMPÁTICOS

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

En el siglo dieciocho el filósofo alemán Robert Vischer, uso formalmente el término empatía1. En mil novecientos nueve, el psicólogo anglo-estadounidense Edward Titchener,  acuño el término empatía tal como se conoce actualmente. En Estados Unidos, el interés en la empatía se debe al trabajo del psicoterapeuta Carl Rogers. En mil novecientos ochenta, el estadounidense Mark H. Davis, repara que la empatía es un constructo multidimensional. Los componentes son fantasía, identificarse con personajes de ficción. La adopción de la perspectiva cognitiva de los personajes. Angustia empática, en referencia a los sentimientos de compasión y preocupación por el otro. Y la aflicción personal, ser testigo de suceso desagradable para otro. El psicólogo estadounidense Daniel Goleman, señala que la empatía comprende cuatro elementos para fortalecer las relaciones interpersonales: comprensión de los demás, orientación hacía el servicio, aprovechamiento de la diversidad y conciencia política.

La respuesta empática atañe que a partir de lo que se observa, comprender al otro y ponerse en su lugar. La empatía es la estrategia de los grandes sanadores, dice Renny Yagosesky, psicólogo venezolano. Sin empatía no hay compasión, sin compasión no hay vínculo y sin vínculo no hay sanación. Y es durante la entrevista clínica, donde se muestra la habilidad empática en relación con el paciente. La empatía, es la habilidad para entender las experiencias y los sentimientos de otras personas. Combinado con la capacidad de comunicar este entendimiento al paciente.

La empatía juega un papel fundamental en la relación con el paciente. Las vivencias de un paciente, no se pueden comprender sin empatizar con él. La humanización del cuido de la salud, contribuye a la calidad de vida de los usuarios. Hay un vuelta del humanismo a la medicina, como medida para contrarrestar el corporativismo, posible responsable de la deshumanización de la atención médica.

Las organizaciones educativas, reconocen la empatía en las diferentes disciplinas médicas y otros profesionales de la salud. Ya que la empatía no es simplemente una dote natural. La empatía se adquiere y se educa. La empatía, entonces, es una característica esperable en todas las profesiones de la salud, desde su etapa de formación. Se puede mejorar y enseñar en las escuelas de medicina. El profesor como modelo, ejerce una gran influencia en los procesos de  formación de los estudiantes.

Pero la reacción afectiva de compartir el estado emocional del paciente, puede producir tristeza, malestar y ansiedad. Por eso un nuevo concepto complementario al de la empatía es la Ecpatia, que permite el apropiado manejo del contagio emocional y de los sentimientos inducidos. Pues hay individuos que viven con intensidad el sufrimiento de los otros. Se involucran en las necesidades de las otras personas, con consecuencias negativas a su bienestar psicológico.

La empatía nos lleva a estados de parálisis por sobrecarga de emociones negativas. Por eso, las decisiones morales no basadas en la empatía, tienen mejores consecuencias. Para Paul Bloom, profesor de psicología de la Universidad de Yale, la empatía, como guía para tomar decisiones morales, es problemática2. En muchas ocasiones, dirá, es corrosiva y peligrosa, pues conduce a juicios con resultados negativos. Las decisiones basadas en la empatía, suelen ocasionar un menor impacto. Ya que el carácter concreto y selectivo de la ayuda empática, privilegia al individuo sobre la abstracción numérica.

La empatía puede clasificarse en cognitiva, en referencia a la capacidad de entender los estados mentales de otros y emocional, a la compresión del estado emocional del otro que genera una respuesta emocional análoga en uno mismo.

Bloom propone no prestar atención a ciertas características humanas, concentrándose en otra información. Esto supone una ausencia de empatía, pero, no niega el sufrimiento o dolor que puedan experimentar ciertos individuos. Implica focalizar la atención en otros aspectos.  Por eso propone la compasión racional: entendimiento y comprensión de los estados mentales del otro, reconociendo su importancia y validándolos, pero, suprimiendo el reflejo de los estados emocionales, manteniendo una distancia psicológica. Conduciendo así, a decisiones que apunten al bien común.  Compasión racional es involucrarse y comprender las vivencias de las personas, pero no necesariamente reflejando sus emociones.

PSICÓPATAS Y ANTISOCIALES ELIGEN A EMPÁTICOS

Los empáticos son personas sensibles, que los psicópatas y antisociales eligen para satisfacer sus necesidades3. Los psicópatas se aprovechan de personas con altos niveles de empatía, con el fin de salirse con la suya. El psicópata pone a prueba la empatía de otras personas, hace preguntas orientadas a descubrir si lo son. Los profesionales de la salud mental, los ingleses Jane McGregor y Tim McGregor, advierten sobre las artimañas y mentiras de los psicópatas en su libro “La Trampa de la Empatía”. La persona elegida por el psicópata es un empático, debido a su naturaleza compasiva. Estos especulan obtener beneficios emocionales y económicos de ella. Las etapas del abuso son la etapa de idealización, donde el psicópata muestra a la víctima en la mejor luz posible. La etapa de devaluación, donde la víctima comenzará a sentirse devaluada e intentará ser mejor para que el psicópata vuelva a brindarle atención. Y la etapa de descarte, donde la víctima ya no produce la excitación del primer momento y puede descartarla sin miramientos o conservarla, como forma de mantener la fachada de normalidad. Asimismo, los empáticos representan la mayor amenaza para el psicópata, ya que son los primeros en detectar la máscara del abusador.

El periodista británico Jon Ronson en su libro “¿Es usted psicópata?”, asegura que en las áreas de alta responsabilidad, hay muchas personas que cumplen con el perfil de psicópata4. El psicópata es alguien que no tiene remordimientos, no siente empatía y no siente vergüenza. Afirma que si se aplicara el Test de Robert Hare a personas que ocupan puestos de responsabilidad, en las altas esferas del poder económico y político, serían considerados psicópatas. Ya que los distintivos de los psicópatas coinciden con las prácticas de personajes públicos. Por ejemplo, escándalos de corrupción y abusos de poder (el Test de Robert Hare se usa para evaluar la presencia o no de rasgos psicopáticos).

Los definen sus desmedidos afán de poder y protagonismo5. Las características básicas del psicópata político son la mentira y la manipulación que hace a la gente. Este tipo de líderes no toman a los ciudadanos como personas, los toman como cosas. Porque el psicópata trabaja para sí mismo y carece de  empatía. “Las cosas” tienen que estar a su servicio, por lo que usa a las personas para construir su propio poder. El psicópata siempre deja sin opciones a la gente que manipula, utilizando una bandera supra personal: la nación, la patria, el pueblo, etc. El psicópata no se adapta a la tranquilidad, necesita fabricar crisis para ser reconocido como salvador. Las sociedades lideradas por este tipo de líderes viven de crisis en crisis. Su punto débil es la frustración de sus planes, ante los que se desorganiza y hace tonterías.

EL POLITICO PSICÓPATA SE AFERRA AL PODER

El psiquiatra argentino Hugo Marietán, explica, que el psicópata es una personalidad atípica que se adapta a su medio6. El psicópata no es un enfermo mental, sino una manera de ser en el mundo.  Funcionan con códigos propios distintos a los que maneja la sociedad.  Señala que no hay “tipos”, sino grados e intensidades diversas.

El político psicópata suele aferrarse al poder y es muy difícil sacarlo. Hace falta el concurso de un sin número de líderes normales u otro psicópata pesado que se le contraponga. O bien, aprender a no elegirlos y votar por otros líderes que pueden ser muy carismáticos, pero, no psicopáticos. Un ejemplo de este tipo de líderes es el régimen de Nayib Bukele señalado por la concentración de poder, el desmantelamiento de las instituciones de control y la eliminación del balance de poderes7.

1. Mejía de Díaz, María Arnolda (2012). Conducta empática en los estudiantes de las ciencias de la salud. En: repositorio.uam.es./bitstream/handle/10486/9898/50769_mejia_de_diaz_maria_arnolda.pdf?sequence=1

2. García Rabines, Diego. Contra la empatía: argumentos para una compasión racional. EN: https://www.redalyc.org/pdf/1471/147153921010.pdf

3. Omnamah, Shiva Shakti. La trampa de la empatía. Entendiendo la personalidad antisocial. En: https://es.sott.net/article/43434-La-trampa-de-la-empatia-Entendiendo-la-personalidad-antisocial

4. La psicopatía de nuestros “lideres” y gobernantes. En: https://psicopatia-narcisismo.blogspot.com/2012/04/la-psicopatia-de-nuestros-lideres-y.html

5. Di Marco, Laura. Los políticos suelen aferrarse al poder como psicópatas. En: https://psicopatia-narcisismo.blogspot.com/2009/02/los-politicos-suelen-aferrarse-al-poder.html

6. Lanacionar. Los políticos suelen aferrarse al poder como psicópatas. En: www.lanacion.com.ar/cultura/los-politicos-suelen-aferrarse-al-poder-como-psicopatas-nid1089612/

7. Rodrigo, Milton. José marinero: “Estamos en un punto de desmantelamiento de la democracia”. En: https:www.elsalvador.com/noticias/nacional/jose.marinero.fundacion.dtj-afirma.estamos.punto-desmantelamiento-democracia/922413/2022/

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