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Las representaciones científicas en el pensamiento del doctor Fabio Castillo Figueroa

Francisco Melgar Brizuela*

(Este artículo surge a partir de un discurso que el autor ofreció en el evento de develación del busto del Dr. Fabio Castillo, medical el 26 de junio de este año, viagra ubicado al sur del edificio de la Escuela de Física de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas).

Hablar acerca del pensamiento de Fabio Castillo es un tema que no está al alcance de mis capacidades, find pues se trata de un pensamiento muy amplio y complejo; por tanto, mi objetivo se limita a motivar a otros compañeros que conocieron a Fabio o que tuvieron la dicha de trabajar con él para que en forma conjunta hagamos el esfuerzo de reconstruir, mediante un trabajo hermenéutico, aunque sea parcialmente, el pensamiento de uno de los hijos más meritísimos de nuestro país. Considero que tenemos el compromiso histórico de dar a conocer a las nuevas generaciones toda esa riqueza intelectual contenida en el pensamiento de Fabio.

Desde antes de que se acuñara el término Ciencias de la complejidad ya Fabio hablaba de la complejidad de las ciencias; pero no lo hacía en el sentido del petulante que se cree sabio y que pretende conocerlo todo, tampoco lo hacía en el sentido de querer definir las estructuras epistemológicas de dichas ciencias. Fabio entendía que la realidad es muy compleja, en particular la de los países de Centroamérica. Por tanto, él afirmaba que era un requisito indispensable integrar el conocimiento de las diferentes disciplinas científicas y conocer las interacciones que se dan entre ellas para estudiar y transformar nuestra realidad.

El pensamiento de Fabio estaba integrado por varios componentes: la educativa, la política, la transformadora y la científica. En cuanto a lo educativo podemos afirmar que Fabio Castillo ha sido el más grande luchador por la educación en la historia de nuestro país. Cuando fue ministro de educación propuso que los años de 1961 y 1962 fueran declarados, oficialmente, como el bienio de la educación nacional y el inicio de la reforma educativa. Sus metas principales eran erradicar el analfabetismo en todo el país, elevar significativamente el nivel de formación de los docentes, establecer escuelas normales en todas las cabeceras y ciudades importantes del país, impulsar los estudios universitarios y la creación de las carreras de ciencias (inexistentes en esa época). Un golpe de estado impidió que tales metas pudieran alcanzarse. Cuando fue Rector de la Universidad (1963-1967) fundó el Instituto Obrero José Celestino Castro con el propósito de contribuir a la democratización de la educación. En ese mismo sentido estableció un sistema de becas y residencias estudiantiles para jóvenes universitarios con talento pero de escasos recursos económicos. En este día ellos manifiestan su agradecimiento erigiendo este busto en su honor. Fabio consideraba que la mayor riqueza de un pueblo consiste en la educación de su gente más que en sus recursos naturales los cuales muchas veces no hacen más que despertar la codicia y provocar el saqueo de las potencias neocolonialistas mediante la violencia y el uso de prácticas inhumanas y depredadoras del medio ambiente, como son los casos de la minería metálica y del petróleo.

En lo político, desde muy joven luchó fuertemente por democratizar nuestro país y erradicar las dictaduras militares que se habían entronizado en toda la región centroamericana.

Su componente transformadora se reflejaba en las tres grandes reformas que él concebía como las fundamentales para construir una sociedad justa, educada y democrática: la reforma educativa, la reforma agraria y la reforma universitaria. De la primera ya hemos dicho algunas palabras, solo agregaremos que ésta estuvo presente en los ideales de toda su vida. La reforma agraria fue considerada por Fabio como la base de todas las transformaciones democráticas que requería el país. Él estaba consciente que a través de la historia la agricultura ha sido una fuente enorme de conocimientos, que la astronomía tuvo su origen en la necesidad de observar la posición de los astros como una especie de calendario que indicara el momento adecuado para la siembra y otras actividades agrícolas, que el origen de la geometría se encuentra en la necesidad de medir terrenos y propiedades agrícolas y, lo más importante, la reforma agraria significaba para Fabio la manera de garantizar la soberanía alimentaria y los cimientos de una verdadera democratización  que permitiera llevar al campo un proceso de culturización a través de la educación y la tecnología, con el fin de mejorar la eficiencia, introducir la industrialización y generar muchas fuentes de trabajo para el sector campesino. Según Fabio la reforma agraria era estratégica para dinamizar la economía del  país, siempre que se dotara de tierras a los campesinos y se garantizara la tenencia de la misma para la población indígena. Nadie ama más la tierra que el indio.

La Reforma Universitaria de Fabio Castillo (1963-1968) ha sido considerada por algunos analistas como la más vigorosa en América Latina en el siglo XX. Precisamente, la concepción de esta reforma es la que nos muestra las representaciones científicas de Fabio Castillo, que lo llevaron a fusionar la Facultad de Humanidades con el Instituto de Ciencias Naturales y Matemáticas, en 1969. De esta fusión surgió la Facultad de Ciencias y Humanidades de la cual Fabio fue su primer decano.

En las representaciones científicas de Fabio no podía faltar la componente  experimental. Él consideraba que el experimento era una parte esencial del quehacer científico, no solo para la comprensión y aplicación de los conceptos sino para el mismo crecimiento de las ciencias enriquecido con la producción, ampliación o generalización de las teorías correspondientes. Por eso Fabio se preocupó de dotar con equipos de alta calidad a las escuelas de ciencias naturales: física, química y biología. Pero el pensamiento experimental de Fabio trascendió al equipo, los gabinetes y las mesas de laboratorio. El experimento más grande de Fabio consistía en la integración de las ciencias naturales con las ciencias sociales, con una fuerte base histórico-filosófica, reforzada con el dominio de uno o varios idiomas.

Fabio consideraba que las ciencias naturales y las ciencias sociales debían constituir los pilares científicos de todas las carreras de la universidad. Fabio no quería médicos receteros (perdonen la expresión) sino médicos capaces de investigar científicamente los efectos colaterales de cualquier fármaco o los problemas fisiológicos incluyendo los modelos matemáticos de la neurofisiología. Fabio pensaba en la formación de farmacéuticos que pudieran investigar la extracción de elementos activos de nuestra flora y fauna, así como lo hicieron, en el siglo XIX, los doctores Ambrosio Méndez y David J. Guzmán. Fabio estaba consciente que nuestros países centroamericanos son víctimas de los carteles de las transnacionales farmacéuticas que valientemente ha denunciado el doctor Matthias Rath. Según él, las plantas salvadoreñas son una fuente de conocimiento, de investigación y de formación de profesionales de alta capacidad al servicio (y no al negocio) de la salud de nuestro pueblo.

Los planes de estudio de la Reforma Universitaria implementada por Fabio contenían cuatro materias de física y cuatro de matemáticas para los estudiantes de medicina, de química y farmacia, y de ingeniería agronómica. Fabio quería verdaderos ingenieros agrónomos, como alguna vez lo soñara Don Luciano Plat quien pretendía, en el siglo XIX, que la agronomía se estudiara en nuestro país al más alto nivel científico. A él le incomodaba pensar que la Facultad de Agronomía estuviera formando personal técnico en zoología o fitología pero no verdaderos ingenieros capaces de investigar la enorme riqueza de nuestra biodiversidad.

Fabio también soñaba con la formación de ingenieros capaces de realizar verdaderas obras de ingeniería: túneles, puentes, autopistas, represas y plantas generadoras de energía eléctrica, previo estudios de impacto ambiental. Él pretendía que nuestros graduados de la Facultad de Ingeniería fueron reconocidos como verdaderos profesionales y arrebatarle armas a la corrupción estatal que  contrata empresas extranjeras para la construcción de obras civiles, con el pretexto de la falta de experiencia de nuestros ingenieros.

Pero lo medular del pensamiento de Fabio estaba en la formación de los científicos salvadoreños. Carlos Marx decía que los científicos son sabios a medias; que para ser un sabio completo también hay que ser filósofo. Él consideraba que nuestros graduados de las carreras de ciencias naturales y de matemáticas debían tener también una sólida formación no solo en filosofía sino también en sociología e historia, para que pudieran comprender mejor la realidad que los vincula con el medio social en el cual ejercen su profesión de científicos. Fabio critica con dureza a aquellos filósofos que creen que se puede hacer filosofía al margen de las ciencias y con más dureza aún a aquellos educadores que creen que se puede enseñar cualquier cosa con solo tener conocimientos de metodología. No se puede enseñar lo que no se conoce. Se refería a ellos como aquellos que enseñan a enseñar lo que no saben. Por eso Fabio propuso las licenciaturas en educación para enseñanzas específicas; por ejemplo, licenciatura en educación para la enseñanza de la biología, para la enseñanza de la psicología,  de los idiomas, de la física, de la química, etc.

Fabio también proponía las investigaciones conjuntas o interdisciplinarias. Hablaba de realizar investigaciones en el ámbito de la historia de las ciencias, de la sociología o de la psicología de las matemáticas, del impacto económico de las ciencias naturales. ¿Cuánto conocimiento puede adquirir un matemático estudiando la psicología de las matemáticas? ¿No creen los compañeros psicólogos que se puede aprender mucho de la psicología del aprendizaje investigando acerca de cómo se adquiere el conocimiento matemático?

Pero la representación científica más importante de Fabio era la integración de las ciencias al servicio de la sociedad, siguiendo las enseñanzas de los grandes Libertadores de América: Simón Bolívar, Francisco Morazán y José Martí, quienes pretendían el acopio de la mayor suma de estabilidad política de nuestros pueblos en un sistema democrático, la mayor suma de seguridad social: educación, salud, vivienda trabajo y salario digno para todas y todos, y la mayor suma de felicidad para todos los hombres y mujeres de la patria grande.

El experimento de Fabio debe continuar. Con la develación de este busto los hijos de Fabio nos sentimos muy orgullosos, pero lo principal es que nos comprometamos a continuar con ese experimento sin fin de integrar las ciencias al servicio del pueblo salvadoreño.

*Docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la UES.   

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