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Miriam Jeaneth Avalos Guadrón enfrenta cada día un reto para vivir, desde su discapacidad motora hasta las discapacidades en su entorno. Foto Diario Co Latino/Alfredo Carias

“Las personas con discapacidad necesitamos un trato digno”: Miriam Jeanethe Aválos

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

La pendiente pronunciada de la calle El Zapotío, en el cantón San Juan, es todo un desafío. Está empedrada solo en algunos tramos y escabrosa en otros, por lo que se convierte en todo un desafío para Miriam Jeaneth Avalos Guadrón, quien debe sortear toda clase de inconvenientes para salir hacia el casco urbano de Suchitoto, en el departamento de Cuscatlán.

“Vivo en una zona muy complicada para mí, es una calle terrible. Esa pendiente está en malas condiciones y no hay lámparas (servicio de alumbrado eléctrico), es un problema antiguo, es como si a los alcaldes no les ha importado y según sé, no hay proyectos (a futuro) para esa calle”, dijo.

Sumado a su discapacidad motora se encuentra el riesgo del terreno para ella y sus vecinos de la zona, explicó, durante su participación en el proceso de evaluación de lo aprendido en materia de gestión del riesgo para personas con discapacidad y adultas mayores.

“Donde vivo es una zona de riesgo, si muy peligrosa porque hay algunos árboles que están en la ladera en situación difícil y la calle que por su mala condición -afecta- si son lluvias son lodazales y puede haber deslizamientos porque estamos en la pendiente de esta loma y todo eso me afecta como persona con discapacidad porque en una situación de emergencia quiera evacuar -aunque cuento ya con un plan- sino sería más difícil para mí”, describió Miriam.

La situación de desigualdad y obstáculos no se limita a las dificultades de su entorno, sino también al acceso a la salud y estudios formales dentro del Sistema Público, que es escaso o no existe para esta población. Junto a Miriam Jeannethe un grupo de pobladores con discapacidades y de adultos mayores participaron en un taller participativo del Programa Nacional Global de Apoyo a la Persona con Discapacidad, que desarrolla CORDES, junto con AWO International.

“Mi incapacidad física surgió cuando de 9 meses, me dio una fiebre, me llevaron al hospital y por una mala praxis de una inyección quedé con esta discapacidad. Yo estaba en una etapa aprendiendo a caminar, daba pasitos, gateaba. Y por esa mala praxis de la enfermera por una inyección quedé inválida todo mi cuerpo, gracias a las rehabilitaciones que tuve en el Hospital Bloom, logré posteriormente caminar con 2 muletas”, recordó.

Su soltura para manejar el peso de su cuerpo y su desenvoltura para enfrentar la vida ha hecho que Miriam Jeanethe, luchara por dejar las muletas y utilice solamente un “bordón” para impulsarse y desplazarse en la cotidianidad de su vida.

Miriam Jeaneth y su hija, caminan en la calle El Zapotío, cantón San Juan, Suchitoto, Cuscatlán. Foto Diario CoLatino /Alfredo Carías

“Esto es triste y cuesta mucho. En mi caso fui madre soltera, tengo tres hijos mi pareja me dejó, pero lo más difícil ha sido obtener trabajo, aunque yo no le veo el obstáculo porque sé desempeñarme. Soy una mujer luchadora, desde que tenía 9 años, y con dos muletas me dedique a los oficios domésticos”, afirmó.

“Solo llegué a cuarto grado de educación, porque era difícil (ir a la escuela) y me dedique a cuidar niños -es mi pasión-. Actualmente, tengo a cuido dos niños, de tres años y dos años. Otros que cuidé ahora son jóvenes, uno tiene 30 años y otro 25 años y los he cuidado muy bien. He lavado ropa ajena para generar ingresos económicos, porque es muy difícil un empleo fijo”, sostuvo.

Miriam Jeaneth no se equivoca, recientemente organizaciones de derechos humanos exigieron al Gobierno dar cumplimiento a la Ley de Inclusión de Personas con Discapacidad, redactando su Reglamento General, para su aplicación, la que recientemente fue aprobada en el año 2020, cuyas desigualdades son más altas en la población rural.

“He ido a restaurantes a buscar empleo (Casco urbano de Suchitoto), pero mi discapacidad, -es lo primero que miran-. La gente hace juicio previo que no lo voy a poder lograr y son esos obstáculos los que no me han dejado desarrollándome en la vida”, expresó.

“Un señor en un restaurante me dio una oportunidad, para solo lavar trastes y reconoció después que estaba bien, que estaba mejor que las otras personas que trabajaban allí, porque me desempeñe correctamente en el trabajo, pero no duró. Estos son los obstáculos para nosotros, la gente lo discrimina, no hay trabajo para personas con discapacidad, es la realidad”, manifestó.

Y si la preparación para buscar un empleo en la zona rural es cuesta arriba, el estudio y la salud, es casi una “pesadilla”, afirmó Miriam Jeaneth, quien describió la falta de escuelas especiales y una mejor atención en salud en la zona rural.

Loida Yax, oficial de Acción de AWO International, realiza un taller de seguimiento con población con discapacidades, quienes están siendo preparados para enfrentar emergencias y desastres. Foto Diario CoLatino / Alfredo Carías.

“Esto es terrible, por mi situación (discapacidad) ha sido duro para mí, cuando he tenido problemas de salud. Estuve hace unos meses, 15 días en cama, no pude salir y ni pude ir al hospital porque no podía movilizarme mi esposo, fueron síntomas de COVID-19, pero no pude salir, ya que para caminar hacia un centro de salud es una hora de camino”, expresó.

“La fiebre me había debilitado, los dolores de hueso no podía caminar con mi pierna buena y realmente me fui curando con medicinas naturales, no me podía mover mi esposo porque peso mucho y el 911, que saben que suelo tener crisis por el nervio ciático en la pierna que utilizo para caminar, me cuesta mucho que me tomen en cuenta para que llegue la ayuda y aunque explique mi discapacidad no les interesa ”, opinó.

Pese a este contexto de exclusión social histórica que ha enfrentado su vida, Miriam no se desanima y por el contrario habló de sus propuestas para mejorar las condiciones de este grupo poblacional a partir de la realidad de la zona rural.

“Debería existir escuelas rurales especiales para niños sordos, ciegos, con parálisis o con otras capacidades como niños con síndrome Down, porque si gobierno promueva esas escuelas va lograr la inclusión social. Un niño ciego que aprenda Braille, tendrá un mejor futuro para él y el país”, señaló.

“Para mí sería bueno, que los gobiernos municipales y el nacional, generarán una política para atender a las personas con discapacidad en sus hogares, sí, que brinden ese apoyo. Un médico, una enfermera que vaya a las viviendas, porque al menos, yo puedo movilizarme con el bastón, pero hay otras personas vecinas que no pueden hacer esto por estar ciegas o en sillas de ruedas y algunas han fallecido en una situación de soledad y sin atención médica y eso es terrible”, manifestó.

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