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Como una manera vil, burda e ilegal calificó Elmer Palma, exjefe de la Unidad de Asesoría de Relaciones Internacionales de la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET), el método utilizado por el presidente Nayib Bukele, para despedir a las personas que no quiere en su gobierno.
El economista destaca en su vida profesional, por haber sido miembro propietario de Consejos Municipales por el Partido de Izquierda sueco en la ciudad de Östersund, Suecia, exintegrante de Comisiones Municipales y Regionales de las Provincias de Jämtland y Närke en Suecia, así como del Foro Internacional de la Izquierda sueca (VIF). Asimismo, lideró el proceso de la candidatura de El Salvador, para ser miembro del Consejo Mundial de Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
“Los resultados están ahí, en mi trabajo de liderar la candidatura y luego en las elecciones que se dieron en la conferencia de plenipotenciarios, que se dio en Dubai a mediados de noviembre del año pasado, donde de 178 naciones presentes, el voto de confianza para la nación fue de 166 países, lo que refleja parte de mi trabajo; contrario a lo que viene el Sr. Bukele a presentar una postulación para una nominación de El Salvador, para ser miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de los miembros no permanentes donde recibió menos de 10 votos contra 185, para que aprenda el Sr. Bukele que la política y gestión internacional, no es solo por el nombre sino que debe trabajarse”, expuso el economista.
“Esa membresía y ese voto de confianza del mundo hacia El Salvador, el año pasado es producto nada más de mi trabajo, o sea que no me venga a decir el Sr. Bukele que soy un don nadie, que he sido una plaza fantasma, eso no lo acepto. Hemos luchado por esa membresía y que ahora no se le de la atención necesaria, profesional y de país, se pierde toda la inversión en telecomunicaciones”, agregó.
Cabe destacar que Palma, fue el primer candidato de origen salvadoreño a un escaño en el Parlamento Europeo, asesor ad-honorem de visita parlamentaria a Oslo, Noruega, sin embargo, “poco o nada” importó al actual presidente sus competencias profesionales, a las que se suma que sabe cinco idiomas, para ser despedido.
Palma, inició en la SIGET como asistente económico de la gerencia de telecomunicaciones en 2009, fue luego de seis años que fue nombrado como jefe de la Unidad de Asesoría de Relaciones Internacionales de la entidad.
Ser el hermano del expresidente del Organismo Promotor de las Inversiones y Exportaciones de El Salvador, Sigfrido Reyes Morales, militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), fue la razón por la que el profesional fuera “obligado”, a poner su carta de renuncia si quería contar con una indemnización. “No he sido una plaza fantasma, tengo cualidades y virtudes. Considero que he realizado un trabajo de calidad con muy buen tacto, sin ponerme a mí de primera mano, sino a El Salvador. Han dañado mi honor, prestigio y moral causado por el uso de poder e ilegalidad”, manifestó Palma, quien considera que ha sufrido una muerte civil, porque “prácticamente se le cierran las ofertas laborales en el país y queda en una posición de desempleo perenne”. De acuerdo con el afectado, las acciones de Bukele, son una venganza política, un linchamiento hacia todo lo que sea de izquierda y tenga que ver con el FMLN.
Pese a ser hermano de un militante del FMLN y ser descendiente de Agustín Farabundo Martí, afirmó que actualmente no se encuentra en el padrón del partido, que su colaboración se limita a compartir su conocimientos en política internacional.
El profesional también ha trabajado en la lucha contra el racismo y la xenofobia en Europa. Fue encargado de Relaciones Internacionales de la Coordinadora Nacional de Salvadoreños en Suecia (CONASE), asimismo es uno los fundadores de las Asociaciones de Salvadoreños en Suecia, bautizada en la década de los 80s con el nombre del profeta y mártir Monseñor Oscar A. Romero, ahora Santo.
A ello se su suma su trabajo por la defensa de los inmigrantes en Europa.
“No le pido que me reintegre, yo no voy a trabajar con un gobierno fasista”, concluyó el exjefe de la Unidad de Asesoría de Relaciones Internacionales de la SIGET.