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La importancia de la cosmovisión ancestral sobre nuestra Madre Tierra

Blanca Flor Bonilla
Luchadora Social por los Derechos Humanos

La relación de mujeres y hombres con la Madre Tierra tiene visiones y elementos comunes entre los pueblos originarios del continente de América, que ha evolucionado de acuerdo al desarrollo de la ciencia y la tecnología en todos las áreas: de identificar que la persona humana es parte de la naturaleza y semejante a otros seres vivos, hasta el tiempo contemporáneo donde se considera que las personas son dueñas y propietarias de la Tierra y de lo que hay en ella, y que “tienen el derecho” de hacer lo que quieren, sin importar el daño que le esté causando, incluso, hasta poner en peligro la vida humana y de todos los seres vivos que se encuentran en la naturaleza de la Madre Tierra.

La tecnología para la transformación de la naturaleza en productos de consumo, la deforestación, la sobre explotación de la Tierra, el alto nivel de producción de basura y la contaminación y el uso de hidrocarburos son las principales causas del deterioro de la capa de ozono, del calentamiento global, del deshielo de los casquetes polares, y de las inundaciones y sequías extremas e incontrolables que anualmente dejan millones de víctimas humanas y de otras especies.

Para los pueblos Mayas “lo que nos rodea –las montañas, los bosques, los cerros, los animales, el agua, los ríos, los mares, los lagos, las estrellas, los astros, la lluvia, y todo nuestro entorno, incluido el resto de seres humanos– es parte de un todo por el que tenemos vida. Rukux Ya (Corazón del Agua), Rukux Kaqiq (Corazón del Aire), Ruqux Ulew (Corazón de la Tierra) y Rukux Kaj (Corazón del Universo)”. Es por ello que “Un maya o un indígena de cualquier otra parte de América, antes de cortar un árbol o desviar el rumbo natural de un río, tiene que pedir permiso […]. De ahí que consideremos que no es propio llamar ‘recursos naturales’ a la naturaleza, pues ella es nuestra madre, es la Pachamama, es el Ajaw. Desde la cosmovisión Maya, la Madre Naturaleza nos soporta, nos alimenta, y nos protege, como una mamá que tiene sentimientos para sus hijos” .

El mundo de los valores y el sitio de la mujer y el hombre en el cosmos también son distintos, empezando por la idea de que la persona forma un todo unitario, incluso consubstancial, con su mundo y, aunque tiene la responsabilidad de la existencia toda, no se asume como el dueño que pueda dominar y explotar a la naturaleza para la acumulación de propio beneficio.

“El territorio habitado es un todo coherente dentro del cual hombres, animales, plantas, astros, orientación geográfica y decurso temporal desempeñan una función específica y en la que todos son interdependientes; la naturaleza posee un orden cuyo centro es el ser humano… se considera que todos los elementos que componen al mundo están ‘vivos’, es decir, dotados de un ‘corazón’, poseen una esencia divina. La población humana coexiste con la población vegetal, animal, mineral y meteórica en un intercambio biológico que se expresa en mitos y rituales específicos. Para el pensamiento maya, cuerpo y naturaleza son un solo territorio, el territorio de lo sagrado”.

Según Oxfam Intermón, los problemas más graves del ambiente son la deforestación, sequía y escasez de agua, consumo abusivo y producción de deshechos, contaminación del aire que afecta la salud respiratoria y cardiovascular, cambio climático, destrucción de hábitats naturales, deshielo de los polos, temperaturas extremas, fenómenos meteorológicos como tifones o huracanes, contaminación del mar y peligro de extinción de especies.

El 22 de abril es el Día Internacional de la Madre Tierra, recordándonos que ella es nuestro hogar y debemos cuidarla y conservarla para las futuras generaciones, fomentando el desarrollo sostenible que imponga un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales.

Los gobiernos tienen gran responsabilidad en el deterioro de la Tierra por ser permisivos con diversos sectores empresariales que la explotan o transforman, por la negligencia al permitir tecnologías productivas contaminantes, y por el bajo nivel de educación sobre la vida de y en nuestro planeta Tierra, que incluye la vida de todas y todos los seres vivos y especies.

La alternativa son las economías circulares sustentables y la recuperación de la biodiversidad, respetuosas de la Tierra y la Naturaleza.

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