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El agente «más corrupto» de la DEA dice que otros policías robaron millones de dólares de operativos encubiertos

Tomado de Univisión

El exagente antinarcóticos acusó a colegas de la DEA de unírsele para robar millones de dólares de operaciones encubiertas de lavado de dinero de carteles para financiarse una década de viajes de lujo al extranjero, comidas en restaurantes finos y fiestas desenfrenadas. Las autoridades están investigando a decenas de agentes en servicio y retirados.

José Irizarry acepta que es conocido como el agente más corrupto en la historia de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) y admite que se “convirtió en otro hombre” al conspirar con carteles colombianos para crearse un estilo de vida lujoso con autos deportivos, joyas de Tiffanny y amantes en todo el mundo.

Sin embargo, durante las últimas horas que pasó en libertad y que usó para contar su historia a The Associated Press, Irizarry dice que no caerá solo: acusó a colegas de la DEA de unírsele para robar millones de dólares de operaciones encubiertas de lavado de dinero del narcotráfico para financiarse una década de viajes de lujo al extranjero, comidas en restaurantes finos, los mejores asientos en eventos deportivos y fiestas desenfrenadas, al estilo de una fraternidad universitaria.

Según Irizarry, docenas de otros agentes federales, fiscales, informantes y, en algunos casos, los mismos contrabandistas de los carteles estaban completamente metidos en este paseo por tres continentes sin consecuencias, como parte del llamado ‘Team America’ (Equipo Estados Unidos) que recolectaba el dinero proveniente del lavado de dinero en ciudades que elegía para poder irse de fiesta o coincidir con partidos de fútbol del Real Madrid o de torneos de tenis de Rafael Nadal.

Eso incluyó paradas a lo largo de los trayectos en salas VIP de clubes de striptease, el distrito rojo de Ámsterdam y a bordo de un yate colombiano que zarpó repleto de alcohol, música a todo volúmen más de una docena de prostitutas.

“Teníamos vía libre para hacer lo que quisiéramos”, dijo Irizarry, de 48 años, a la agencia AP en una serie de entrevistas concedidas antes de comenzar una sentencia federal de 12 años en prisión. “Hacíamos recolectas de dinero en los lugares a los que queríamos ir. Y una vez ahí, todo era alcohol y chicas”.

Toda esta parranda partía, dijo Irizarry, de la idea compartida entre agentes de la DEA alrededor del mundo de que en realidad no hay nada que puedan hacer para golpear el mundo del narcotráfico. Si acaso, su preocupación era elaborar casos para intentar detener el flujo de cocaína y opioides ilegales hacia Estados Unidos que ha causado más de 100.000 muertes por sobredosis al año.

“No puedes ganar una guerra imposible de ganar. La DEA sabe esto y los agentes saben esto”, dijo Irizarry. “Hay tanta droga que sale de Colombia. Y hay tanto dinero. Sabemos que no hacemos ninguna diferencia”.

Investigando a decenas de agentes

Irizarry ha sido atacado por algunos excompañeros que dicen que con sus acusaciones sólo busca reducir su sentencia. La historia del agente la contó a la AP durante varios días y hasta horas antes de perder la libertad, en conversaciones en las que a veces mostraba arrepentimiento, amargura e incluso lágrimas.

Las entrevistas se realizaron en la zona histórica de su nativa San Juan, la capital de Puerto Rico. Lo que dijo fue prácticamente lo mismo que declaró al FBI y que quedó registrado en largos interrogatorios y documentos judiciales sellados obtenidos por la AP después de que en 2020 se declaró culpable de 19 cargos de corrupción, incluido lavado de dinero y fraude bancario.

Pero después de años de retratar a Irizarry como un agente deshonesto que actuó solo, los investigadores del Departamento de Justicia de los Estados Unidos han realizado un cambio de dirección abrupto en los últimos meses y han seguido el mapa que trazó en su confesión.

Las autoridades han interrogado a cerca de dos docenas de agentes en servicio y en retiro de la DEA, además de fiscales señalados por Irizarry de haber ignorado deliberadamente sus flagrantes abusos, y a veces, de sumarse a ellos.

Sin llamar mucho la atención, la investigación se ha centrado en un exsocio de Irizarry en la DEA, quien se daba una vida de lujos, y en varios colegas de confianza asignados al combate al lavado de dinero internacional.

La creciente investigación se produce en momentos en que la principal autoridad antinarcóticos de Estados Unidos ha sido sacudida por repetidos escándalos de mala conducta entre sus filas, conformadas por 4,600 agentes.

Los señalamientos van desde un agente que recibió sobornos de traficantes hasta otro acusado de filtrar información confidencial a los blancos de la agencia.

Pero la mancha más grande es Irizarry, cuya enorme traición a la insignia está en el corazón de una revisión externa en curso sobre las extensas operaciones extranjeras de la DEA en 69 países.

El agente, alguna vez sobresaliente, ha acusado a excolegas del Grupo 4 de la DEA, con sede en Miami, de llenar sus bolsillos y falsificar informes para juntar fondos utilizado para viajes al extranjero a lo largo de casi una década, hasta su renuncia en 2018. Acusó a un agente de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos de aceptar un soborno de 20,000 dólares.

Recientemente, la Oficina del Inspector General de Estados Unidos entrevistó a Irizarry en prisión sobre otros empleados federales y señalamientos de conductas indebidas en operaciones de interdicción maritima.

“Todo era demasiado extravagante para que creyeran que esto realmente sucedía”, dijo Irizarry sobre la incredulidad de los investigadores. “La acusación pinta una imagen mía, el agente corrupto que realizó toda esta conspiración. Pero no habla del resto de la DEA. Yo no era el autor intelectual”.

La jueza federal en Tampa, quien condenó a Irizarry el año pasado, pareció estar de acuerdo y dijo que otros agentes corrompidos por “el atractivo del dinero fácil” necesitan ser investigados.

“Esto tiene que detenerse”, dijo la indignada jueza Charlene Honeywell a los fiscales, y agregó que Irizarry fue “el que fue atrapado, pero es evidente para este tribunal que hay otros”.

El Departamento de Justicia declinó hacer comentarios. Un portavoz de la DEA dijo: «José Irizarry es un delincuente que violó su juramento como agente federal de procuración de justicia y violó la confianza del pueblo estadounidense. Durante los últimos 16 meses, la DEA ha trabajado vigorosamente para fortalecer aún más nuestra disciplina y políticas de contratación para garantizar la integridad y eficacia de nuestro trabajo esencial”.

Uno de los compañeros de Irizarry

La AP pudo corroborar sólo algunas de las acusaciones hechas por Irizarry a través de la revisión de miles de informes confidenciales de las autoridades y docenas de entrevistas con aquellos familiarizados con las acusaciones del agente y la investigación criminal en curso, incluidos varios que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados para discutirlo.

La investigación se centra en parte en George Zoumberos, uno de los excompañeros de Irizarry que viajó alrededor del mundo para investigar el lavado de dinero. Irizarry dijo a la AP que Zoumberos disfrutó de un acceso sin restricciones a los llamados fondos de la comisión, y usó incorrectamente ese dinero para compras personales y viajes no justificados, utilizando nombres de personas que no existían en informes de la DEA para justificar los excesos.

Zoumberos continuó como agente de la DEA incluso después de que fue arrestado y detenido brevemente por acusaciones de agresión sexual durante un viaje a Madrid en 2018. Renunció después de ser despojado de su arma, insignia y autorización de seguridad, y tras invocar a finales de 2019 sus derechos de la Quinta Enmienda a permanecer en silencio cuando el mismo fiscal que acusó a Irizarry lo llamó a testificar ante un gran jurado federal en Tampa.

Las autoridades están tan enfocadas en Zoumberos que también citaron a su hermano, un fotógrafo de bodas de Florida que a veces viajaba con agentes de la DEA, e incluso le otorgaron inmunidad para motivarlo a cooperar. Pero Michael Zoumberos también se negó a testificar y ha sido encarcelado fuera de Tampa desde marzo por “desacato civil” —una táctica de presión extremadamente rara que subraya la creciente tensión por la investigación.

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