Página de inicio » Nacionales » Derechos humanos y Resiliencia climática para Centroamérica
Diversos colectivos ambientales, ecuménicos, juveniles y feministas, se pronuncian por políticas regionales que permitan la resiliencia de los pueblos centroamericanos y la garantía de los derechos humanos de personas defensoras. Foto Diario CoLatino /Gloria Orellana.

Derechos humanos y Resiliencia climática para Centroamérica

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

El Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para el presente año es firme al señalar que el cambio climático “inducido por el hombre está provocando perturbaciones peligrosas y generalizadas en la naturaleza”, y que las organizaciones ambientalistas de la región retoman para exigir sus derechos humanos y crear medidas de resiliencia ante tales consecuencias.

“La idea como organizaciones, luego de conocer el Sexto Informe del IPCC, es que reflexionemos y orientemos entre todos un enfoque sobre la resiliencia que inicia con las costumbres ancestrales y propuestas de reciclaje, y en la erradicación de plásticos, y promover el cultivo orgánico de huertos familiares, entre otras medidas”, afirmó Claudia Marcela López, de MUMUJES.

Diversas organizaciones ambientalistas, feministas, agroecológicas, juventudes, ecuménicas, ecologistas, Pueblos Indígenas y personas defensoras de derechos ambientales se reunieron este 26 y 27 de mayo, en El Salvador, para participar del Taller Regional: Sexto Informe del IPCC, Escenarios Climáticos para Centroamérica “Desafíos para la resiliencia climática y los Derechos Humanos”.

El Cambio Climático es la suma de la variabilidad climática, que puede ser natural, pero ahora diversas páginas científicas la atribuyen también a la “actividad humana” que provoca esta inestabilidad del clima, que se muestra en la temperatura, precipitaciones (lluvias), nubosidad. Lo anterior es provocado la quema de combustibles fósiles, las pérdidas importantes de áreas boscosas y toda la operatividad de la industria, prácticas agrícolas inapropiadas y el transporte.

Por El Salvador, la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) ha señalado que la “violencia contra la naturaleza también es violencia contra las mujeres”. También incluyó el uso desmedido de agrotóxicos que contaminan suelos, aire y agua, por tanto, los alimentos que se cosechan exponen la salud de las poblaciones y en especial la de las mujeres.

“Desde las prácticas que nosotras hacemos como mujeres podemos evitar o minimizar el consumo de agrotóxicos, los Pueblos Indígenas tienen todo ese conocimiento. Podemos optar por el reciclaje, reutilizar plásticos y evitar el consumo masivo, porque la idea no es estar reciclando siempre, sino evitar el consumismo”, sostuvo.

“Son prácticas sencillas, si vamos al mercado no esperemos que nos den bolsas plásticas, llevemos nuestra bolsa de tela o depósito en donde pongamos nuestras compras para minimizar la circulación del plástico de un solo uso. Estas son acciones sencillas en el hogar”, enfatizó López.

Los expertos en el clima documentaron que la salud, la vida y los medios de vida de las personas, así como las propiedades e infraestructura crítica incluido el sistema de energía y transporte “están mayormente afectados por los peligros de olas de calor, tormentas, sequías e inundaciones, así como los cambios lentos como el aumento del nivel del mar”, señaló el IPCC.

Ante estas situaciones de las cuales se ignora la magnitud que podrían generar en el planeta, López, expresó que deben multiplicar los talleres de aprendizaje para las mujeres a entrar en esta dinámica de resiliencia como la creación de sus propios huertos caseros.

“Esto es así, en pequeños depósitos, huacales, canastas o botellas de bebidas pueden ser utilizadas para contener hierbas aromáticas como cilantro, apio, romero y legumbres, que se desarrollan muy bien y no necesitan amplias áreas cultivadas, solo deben controlar que la tierra esté bien drenada”, explicó.

Y en cuanto al uso de pesticidas y agroquímicos, sostuvo “se pueden manufacturar repelentes con elementos naturales como el ajo, cebolla o ají, para eliminar la cochinilla, piojillo, o si queremos fertilizar nuestra tierra, pues acudimos al compostage de origen orgánico y todas esas prácticas no necesitan mayor espacio o trabajo”, reiteró López.

Las organizaciones participantes incluyeron en su pronunciamiento y propuestas para la región, sobre la migración por causas ambientales y climáticas que se incorporan a las razones por las que las poblaciones se desplazan al interior y hacia otros países.

Xiomara Gaitán, de la Mesa de Incidencia para la Gestión del Riesgo de Honduras, afirmó que las causas ambientales han sido detonantes del desplazamiento y la migración, por lo que propuso establecer un “mecanismo de diálogo entre Estados”, así como organizaciones sociales para el registro del impacto de los eventos climáticos y prevención.

“Se deben crear políticas públicas en la región para la resinserción de personas retornadas que han sido impactadas por estos eventos climáticos, buscando garantizarles sus derechos humanos. Y que los Estados garanticen la protección de los bienes naturales, especialmente el agua, frente a amenazas extractivistas como la minería transfronteriza”, expresó Gaitán.

Bertila Saravia, activista ambiental de Honduras, mencionó la importancia de la protección de las personas defensoras de derechos ambientales en la región, como un aspecto para dinamizar la democracia y garantizar derechos humanos.

“Queremos que las legislaciones existentes y futuras de cada país de la región, sobre mujeres, juventudes y Pueblos Indígenas reconozcan los aportes de estas poblaciones vulneradas en la defensa de los territorios, los bienes naturales y su aporte en el trabajo e incidencia para dignificar la vida”, indicó.

“Exigimos que los Estados de la región centroamericana adherirse al Acuerdo de Escazú, para garantizar acceso a la información, participación, justicia ambiental y protección de las personas defensoras. Y que las legislaturas, circunscriban la Declaración sobre Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, que aprobó Naciones Unidas (ONU) en 1998”, declaró.

Balmore Zanco, de CECENIS El Salvador, comentó que se deben retomar las agendas, propuestas y saberes de los Pueblos Indígenas y comunidades campesinas, y ratificar el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que trata de los derechos de Pueblos Indígenas y tribales.

“Se deben fortalecer los mecanismos de acceso a la información pública. Y activar el Sistema Interamericano e Internacional de Derechos Humanos para elevar las denuncias, y asegurarse que las políticas públicas se gesten, construyan y aprueben desde las realidades y necesidades comunitarias”, puntualizó Zanco.

Ver también

Placas de vehículos de 2011 tendrán validez hasta 2025

Alessia Genoves Colaboradora La Asamblea Legislativa  aprobó, con 71 votos a favor y con dispensa de …