Lo que empezó como una forma de entretenimiento casero para adolescentes que se la pasaban en frente al televisor, se ha transformado en una industria global que mueve millones y llena estadios de fútbol. Hace tiempo que los eSports han dejado de ser un fenómeno de nicho para pasar a ser un actor relevante dentro del ecosistema deportivo y cultural.
En los últimos años, el crecimiento ha sido exponencial e inusitado. Torneos de Valorant, Counter-Strike, League of Legends World Championship, entre otros, reparten premios multimillonarios que pueden hasta superar algunos de los que se entregan en las ligas más importantes de fútbol. Sumado a esto, atraen a audiencias comparables a las de eventos deportivos tradicionales. Según el informe realizado por Newzoo, el mercado global de eSports ya ha generado aproximadamente de 1.380 millones de dólares en 2023, y se estima que la audiencia en todo el mundo fue superior los 532 millones de espectadores.
Un fenómeno global en crecimiento
A diferencia de los deportes tradicionales, cuyo seguimiento está limitado según el público de ciertas regiones, los eSports lograron un alcance global desde su nacimiento. Desde un niño de México hasta uno de China o Gran Bretaña, todos están inmersos en la fiebre por los videojuegos competitivos. Es un deporte que trasciende cualquier barrera cultural y lingüísticas. En países asiáticos, por ejemplo, existen ligas profesionales que cualquier competición deportiva elite envidiaría. Estamos hablando de que se incluyen contratos salariales, entrenadores, analistas y fisioterapeutas.
Otro aspecto muy destacable en la heterogeneidad del público. Al principio, los videojuegos estaban asociados a adolescentes varones y hasta se llegaba a decir que personas con poca vida social. Con el pasar de los años, este prejuicio se fue terminando. Cada vez hay más mujeres que participan activamente como jugadoras profesionales o creadoras de contenido. Se ha empezado a incluir a todo tipo de público sin importar su edad, género, religión o país de origen.
De pequeños eventos a un estadio repleto
Para entender la actualidad de los eSports, primero hay que ver los orígenes. Finales de los 80′, principios de los 90, los torneos de videojuego empezaron a ser un evento organizado. Se hacían en centros comunitarios o bien en los salones recreativos en los que estaban las máquinas. Con la llegada del internet a la mayoría de los hogares, las competencias empezaron a ganar masividad.
El momento en donde todo cambió fue a partir del 2000 con la llegada de las ligas profesionales de Warcraft III, Counter-Strike y StarCraft. Aparecieron patrocinios y hasta trasmisiones en vivo. Pero esto solo sería el comienzo del cambio a lo masivo, lo que termina convirtiéndolo en un deporte mainstream fue el auge del streaming. La llegada de Twitch y Youtube permitieron que millones de personas sigan en tiempo real estos eventos.
A partir de ahí, llegamos a lo que vemos hoy: finales campeonatos de eSports que se celebran en estadios como el Accor Arena de París o el Staples Center de Los Ángeles, y se transmiten en múltiples idiomas para audiencias globales.
Con la aparición de la masividad llegaron las apuestas
El crecimiento de todo este ecosistema abrió la puerta a la participación de los fans. Ya no alcanzaba con verlos por streaming a los competidores profesionales, ahora los fanáticos querían ser parte de esto. Para poder hacer esto llegaron las apuestas en deportes electrónicos. Al igual que sucede en el fútbol, basket u otros deportes populares, las plataformas legales de juego permiten a los usuarios predecir resultados, estadísticas individuales y otros aspectos del juego, con cuotas similares a la cualquier otro tipo de evento.
Su inclusión a estas plataformas se ve en entre el empresariado como un signo de madurez del sector de eSports. Empezaron a contar con niveles de seguimiento y profesionalismo suficientes para sostener un mercado de apuestas estructurado. Le dio otro status y sirvió para que su masividad vaya creciendo, aún más, en estos años.
Los eSports empiezan a crecer en Latinoamérica y México
En América Latina, el crecimiento de los eSports ha sido igualmente notable que en el resto del mundo. México, por ejemplo, se ha consolidado como uno de los países líderes de la región en este tipo de eventos. Según datos de la consultora Statista, en 2024 México superó los 72 millones de gamers, y se estima que alrededor del 25% de ellos sigue activamente competencias de deportes electrónicos. Es decir, hay 18 millones de mexicanos pendientes de las competencias de videojuegos.
En la región hasta se crearon ligas como la Liga Latinoamérica de League of Legends (LLA), una de las pioneras en esta parte del mundo. Debido a este auge enorme, cada vez más marcas invierten con sus patrocinios, demostrando la viabilidad comercial del sector. Un sector que ha decido apostar mucho en esto son las universidades y academias privadas debido a que el target del público son jóvenes que están finalizando sus estudios en la escuela o instituto. Sumado a esto, ya existen facultades que han comenzado a ofrecer programas de formación en eSports, esto va desde entrenamiento técnico hasta producción de eventos y gestión de equipos.
En conclusión, los eSports ya no son solo un fenómeno adolescente o un hobby de nicho. Se convirtieron en una industria consolidada, con alcance global, audiencias masivas y una infraestructura profesional que está a la altura de los deportes tradicionales de élite. Desde torneos multitudinarios hasta plataformas de apuestas en tiempo real, los deportes electrónicos representan un nuevo paradigma de entretenimiento que parecen todavía no haber tocado techo.