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¿Y qué ha pasado con la pensión universal?

En el primer gobierno del FMLN se creó el Programa Presidencial Nuestros Mayores, que buscaba instaurar la pensión básica universal del adulto mayor, para todos aquellos adultos que, por alguna razón, no cotizaron y, por lo tanto, no tienen una pensión a pesar de que aportaron con su trabajo a la generación de riqueza en el país. Así se puso en marcha, en el año 2011, el programa dando una pensión básica, que no era más que un apoyo económico mensual de $50 a los adultos mayores de 70 años, pero se enfocó en los 53 municipios de pobreza extrema, severa y alta, que no reciben una pensión del Estado, y que sean de escasos recursos. Luego se iba a extender a otros municipios hasta sumar 100, aunque la idea era expandirlo a los 262 municipios del país, tomando los criterios arriba apuntados.

En el año 2015 se tenían presupuestados 21 millones 300 mil dólares para hacer realidad el programa. A esta altura no se sabe si el programa se mantiene en igual número de beneficiados, si ha aumentado o disminuido, sobre todo, porque la actual administración ha eliminado todos los excelentes programas de los gobiernos del FMLN, un ejemplo claro es el de Ciudad Mujer, que hoy, al parecer, es solo un remedo.

De acuerdo con la Mesa del Adulto Mayor hay 1.2 millones de adultos mayores en El Salvador, y solo 300,000 reciben algún tipo de ayuda por pensión o por ayuda de familiares. El resto, es decir, 900,000 no reciben ni un cinco de nadie, lo que indica que en vez de gozar su vejez, deben rebuscarse diariamente para conseguir sus paupérrimos alimentos.

La Asamblea Legislativa, a través de La Comisión de la Familia, Niñez, Adolescencia y Adulto Mayor, votó a favor del anteproyecto de la Ley de la Persona Adulta Mayor. La novedad de la ley, de acuerdo con los diputados, es dejar atrás el enfoque en el que se ve al adulto mayor con lástima o con infantilización de que es como un niño. Una de las críticas que se ha hecho a algunas instituciones privadas que ven el tema del adulto mayor ha sido precisamente la utilización de los adultos, y en algunos casos ha rayado con la ridiculización.

El enfoque es meramente de derechos humanos y de reconocer lo productivo que son las personas adultas mayores y, además, reconocer la experiencia y el aporte que le dieron a la vida económica y productiva de la sociedad salvadoreña, han agregado los diputados. Esta ley puede ayudar, sin lugar a duda, pero, si realmente se quiere legislar bien a favor de los adultos mayores, la discusión debe centrarse en dos puntos: por un lado, cambiar el sistema de pensiones, sobre todo, eliminar las empresas privadas de pensiones y nacionalizarla, como han sugerido algunas organizaciones que defienden los derechos de los pensionados.

Por el otro lado, debe continuar y mejorarse no solo los montos, sino la cantidad de beneficiados de la pensión universal. Este aspecto no debe retrasarse, el estudio y los criterios para quienes aplican ya está definido y solo es de demostrar buena voluntad y continuar implementándolo.

Es decir, hay que pasar ya de los 53 municipios considerados de extrema pobreza y llevarlo al doble de municipios, sino es que a todo el país.

En este mes, considerado “del adulto mayor”, debería despertar ese interés real para trabajar por los jubilados y por el adulto mayor que no reciben un céntimo de nadie. Digamos que la Asamblea ya hizo lo suyo, con la Ley de la Persona Adulta Mayor, pero seguramente no es suficiente y hay que hacer más. Lo importante es que el tema está en la mesa para el debate, que esperemos no sea retomado por los candidatos a diputados solo para hacer campaña electoral.

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