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“Variedad de Jardín”, ll psicópata exitoso

José Guillermo Mártir Hidalgo

En el libro esotérico llamado “Gnosis”1, shop el filósofo e historiador ruso Boris Mouravieff sostiene que existen dos tipos de razas humanas. La raza adámica (hombres), clinic que tiene el potencial de acoger un alma y la raza pre adámica (antropoides), que carece de ese potencial. Ambas humanidades son nacidas de procesos creativos diferentes2. La raza adámica, resultado de la manipulación genética y la raza pre adámica, producto de la evolución natural.

Utilizando las chacras del hinduismo, los cuales son centros de energía situados en el cuerpo humano, Mouravieff  describe las diferencias entre ambas razas. Las chacras son los siguientes: Mula-adhará (“sostén de la raíz”), zona entre el ano y los genitales, justo donde se apoya el cuerpo al sentarse con las piernas cruzadas. Sua adhisthana (“su-propio lugar-de-estar”), región umbilical junto al ombligo. Maní-pura (“joya-ciudad”), punta del estómago o epigastrio junto al bazo. An-ajata (“no-herido” o “no-golpeado”), centro del pecho junto al esternón. Vi-shudha (“muy puro”), en la laringe a la altura de la nariz. Y el Agña-akhia (“conocer por el entendimiento”), unión de las suturas coronal y sagital, en la parte más alta del cráneo llamada coronilla.

En la raza pre adámica solo existen las tres chacras inferiores y no puede desarrollar los centros energéticos superiores. En la raza adámica, existen las tres primeras chacras y tiene la habilidad de conectarse con el resto de centros energéticos. Ambas humanidades se mezclaron en la vida orgánica del Planeta Tierra y, el hombre adámico perdió contacto con su verdadero Yo, al no lograr contacto con sus centros superiores. La ruptura de la conexión entre los centros inferiores y centros superiores, dejó al hombre adámico en el mismo “terreno de Juego” del hombre pre adámico. Terreno donde se encuentra en una situación inferior.

La raza pre adámica carece de un “ser interno” o “superior”,  dicha descripción es parecida a la que hace Hervey Cleckley del psicópata. El psicópata es un ser humano sin alma. Lo que se ha escrito de los psicópatas, es referente a los psicópatas fracasados. Pero existe un psicópata llamado “variedad de jardín”3, que es el psicópata “exitoso”, quien presenta una convincente máscara de cordura: nunca romperá las leyes, porque las está haciendo. Nunca robará, porque está dirigiendo los bancos. Solo muy lentamente y por medio de una estimación compleja, nos damos cuenta que estamos tratando con una maquina de reflejos, construida sutilmente y que puede imitar la personalidad humana.

Los psicópatas exitosos son portales orgánicos, inclinados a seguir las “Influencias  A”: dinero, sexo, matrimonio, fama y cualquier otra variedad de “ideales”.  Su función es mantener el modus operandi estándar, para asegurar la energía emocional que producen seres humanos frustrados y sufrientes, que es el alimento de seres al servicio de sí mismos de cuarta densidad. Según Mouravieff, la cuarta densidad es modo de existencia entre lo físico y lo etéreo. La raza sin alma, dice, son portales orgánicos usados para mantener el control sobre los humanos. Pero no todos los portales orgánicos son psicópatas. Los psicópatas secundarios, son individuos con alma que actúan como psicópatas primarios.

ALGO MÁS EN LA VIDA QUE LA EXISTENCIA MATERIAL

La cultura occidental, ha producido varias teorías sobre la conciencia humana4. La teoría materialista habla, que la conciencia es un fenómeno accesorio que surge en la cumbre de la existencia material. La teoría espiritual dice, que el espíritu etéreo habita en mente y cuerpo expresándose en forma de conciencia.

Por otro lado, Richard Dawkins plantea que la conciencia es una función de grupos de ideas o conceptos en nuestra mente. Dawkins acuña el término “meme” en mil novecientos setenta y seis. Los “memes” son ideas, facultades, hábitos, historias e invenciones pasadas de persona a persona por imitación. Los “memes” invaden la mente humana de un modo similar al “virus” y compiten unos con otros por el dominio de la red neurológica humana.

Dan Dennett acuña la teoría de “la mente como programa”. La mente, dice, es una colección de simples programas. Y la colección de programas da la impresión de unidad, que es el “Ser”. Pero, no es solo un ser quien vive dentro de nosotros, sino muchos. Cada uno con sus propios gustos, aspiraciones y tratando de alcanzar sus propios fines. Daniel Eskibel plantea que tenemos tres cerebros operando juntos5: el cerebro reptil (instintos), el cerebro mamífero (sentimientos) y el cerebro humano (pensamientos y habla).

El trabajo consiste en estar conscientes de nuestras acciones y respuestas, así, traer nuestros “programas” a la luz, para que podamos desentrañar lo que está siendo oculto. Pero, hay individuos con alma que no son capaces de ver lo que hay detrás de la mentira de la personalidad. Y ven al mundo y a sí mismos, como si fueran portales orgánicos.

Al portal orgánico le falta el “conflicto interno y la duda resultante”, por lo que no reacciona ante la evidencia de “algo más en la vida” que la existencia material. El portal orgánico no reacciona a las “Influencias B”, a la existencia de una realidad espiritual mayor. Por eso, las explicaciones materiales son la “norma”. Los portales orgánicos son iguales a los psicópatas, desde el punto de vista de no tener un verdadero sentimiento.

SERPIENTES EN TRAJE

Harrison Koehli en su artículo “Ponerología 101: Serpientes en traje”6, sostiene que la “conspiración de silencio” ha cubierto al psicópata exitoso. La única presentación del problema de los psicópatas exitosos se encuentra en el libro “Serpientes en traje”, de Paul Babiak y Robert Hare.

Según Babiak, en la industria existe la creencia que los psicópatas no serán capaces de tener éxito en los negocios. Pero, han ignorando la habilidad de los psicópatas de presentar una imagen de normalidad.

Babiak descubrió que los psicópatas eran aceptados en posiciones de dirección en empresas importantes. La carencia de conocimiento de la manipulación y engaño psicopático, es la clave para el éxito de fraudes corporativos: el extremo narcisismo, es confundido con liderazgo positivo. Su oscura moralidad, es perfecta para compras y ganancias. No sentir miedo o estrés, es entendido como manejo satisfactorio bajo presión. La manipulación y el engaño, son sinónimos de “persuasión” e “influencia”. El comportamiento frío es sinónimo de “orientación” a la acción  y “habilidad” para tomar decisiones difíciles.  La valentía e impulsividad se han transformado en “audacia” y “vivacidad”. La carencia de emociones es sinónimo de “fortaleza” y “control emocional”.

Como compañeros de trabajo y como jefes, los psicópatas son dominantes, intimidatorios, atemorizantes y peligrosos. Se dan el crédito por el trabajo de otros. Emplean y despiden empleados impulsivamente. Solo toleran a los aduladores. Les falta previsión y carecen de comprensión de lo que es un buen líder.

El método que usan los psicópatas es el siguiente: evaluación de su potencial víctima y “aliado”. Luego, control total y explotación a su víctima por medio de la manipulación de sus “botones”. Y la tercera fase es el abandono y descartamiento de la víctima, cuando ha dejado de serle útil y avanza a su próximo objetivo.

Dentro del mundo corporativo hay una variación más elaborada: en la primera fase, usan su encanto y simulan cualidades de liderazgo para entrar a la compañía. En la segunda fase, una vez ubicado como empleado, detecta sus posibles objetivos, rivales y aliados. Los peones son los trabajadores a los que manipula y explota. Y con los patronos, que tienen el poder formal, busca su afinidad para que lo protejan de los ataques de los trabajadores. En la tercera fase, los psicópatas crean y mantiene una “ficción psicopática” donde disemina información positiva sobre sí mismos y desinformación negativa sobre los demás. La cuarta fase es la fase de confrontación, en ella, el psicópata descarta a los peones y a los rivales por medio del asesinato, la desintegración y otras tácticas. A la vez, utiliza “hechos” que desvían la verdad. Y la quinta fase, que es la fase de ascensión, elimina a sus patronos y toman para sí mismos las posiciones de prestigio de aquellos. En el juego del psicópata, la gente existe para ser manipulada.

Koehli dice que los psicópatas que infiltran a gobiernos, no reciben la atención que se merecen. Enfatiza que no hay ningún informe académico del problema. El rol de los psicópatas en los sistemas democráticos o dictaduras, es un problema totalmente ignorado.

A pesar de esto, la presencia de los psicópatas en posiciones de poder e influencia en gobiernos es evidente, como lo delata la corrupción y las masacres políticas: genocidios, dictaduras, torturas, “guerra sin fin”, asesinatos políticos, etc., son las pistas que los psicópatas ocupan posiciones importantes en la política.

El psicópata corporativo afecta a todos los de su equipo de trabajo y arruina la vida de miles, pero, el psicópata político tiene el potencial de dominar y arruinar imperios. Su influencia a nivel social afecta a millones.

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