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Serenata a la Guadalupana en Esquipulas

Iván Escobar

Salvadoreños viajan cada 12 de diciembre hasta la vecina Guatemala, específicamente al poblado de Esquipulas, para conmemorar a la Virgen Guadalupana. Aglutinados en el movimiento de los Caminantes Guadalupanos Salvadoreños, Juan José Tzoc y Sonia Lizet Rodríguez Padilla mantienen, desde casi una década, la tradicional celebración a lo grande para la virgen.

Cantos, ofrendas, veneración y actividades recreativas para la comunidad, forman parte de la agenda en la visita que se hace cada 12 de diciembre al vecino país.

Sofía comentó que entre las tradiciones que mantienen los caminantes guadalupanos salvadoreños está llevarle serenata a la virgencita, “se lleva alegría a la comunidad, quiebra de piñatas y más”, relató.

Para el 12 de diciembre de cada año, este grupo de salvadoreños viaja a Esquipulas para preparar la serenata a la virgen morena, que reúne a la feligresía católica, peregrinos, mariachis y seguidores, para dar gracias por favores recibidos. El lugar del encuentro es la capilla El Cobertizo, de la Virgen de Guadalupe, lugar de veneración.

“Este fin de semana (anterior) nos quedamos pintando la capilla en Esquipulas y preparando todo. Tenemos años de celebrarle con una serenata a la Virgen de Guadalupe, allí es donde llega la caminata guadalupana cada mes de enero”, compartió.

La capilla El Cobertizo de la Virgen de Guadalupe, en la 12 Calle, de Esquipulas, como lugar de veneración, era visitado por Guillermo Solano “Piocha”, quien fue uno de los fundadores de los caminantes guadalupanos, organización que en 2020 cumplirá 50 años de fundada y que desarrolla diversas actividades religiosas entre ambos pueblos.

“Cuando ellos llegaron a la capillita El Cobertizo de la Virgen de Guadalupe, entre ellos Piochita, cuando llegaron los primeros caminantes, el lugar era un basurero, luego poco a poco se fue construyendo de uno en uno los tres fundadores el pequeño templo. Luego hemos avanzado en la construcción de la casita, hace 9 años –desde el 12 de diciembre de 2009– que comenzamos a hacerle el altar y así lo tenemos bonito cada año”, relató Sofía.

Añadió que en el lugar “no celebraban el 12 de diciembre, ha sido hasta unos años que unos compañeros y yo hemos tenido a bien siempre hacer la serenata de la Virgen, le preparamos el altar y todo. Ahí llegan personas, compartimos un café, pancito, y mariachis. Así le hacemos un pequeño homenaje el 12 de diciembre. En Esquipulas celebran hasta el 12 de enero a la Virgen de Guadalupe del Cobertizo”, precisó.

De esta forma, este grupo de feligreses que integran los Caminantes Guadalupanos Salvadoreños contribuyen a la veneración y adoración de la virgen morena, trascendiendo con este legado las fronteras nacionales.

Los caminantes es una organización fundada en 1970 por un grupo de salvadoreños solidarios y fieles seguidores de la Virgen de Guadalupe. Entre sus actividades está llevar desde el municipio de Metapán, en El Salvador, hasta Esquipulas, Guatemala, la imagen de la Virgen, los primeros días de enero de cada año, además desarrollan jornadas religiosas, elaboran alfombras y más actividades de índole religiosa.

La Ceiba y su feligresía

Miles de feligreses católicos llegan cada 12 de diciembre hasta La Ceiba, ubicada en el límite de los municipios de San Salvador, Antiguo Cuscatlán y Santa Tecla. La Basílica es el punto de encuentro de los católicos para dar gracias a Dios por los milagros de la Virgen Morena. Desde los primeros días de diciembre, y a partir del segundo fin de semana, la feligresía llega hasta este templo para venerar a la Virgen, provienen de diversas partes del país, así como de naciones vecinas. En el lugar se recuerda una tradición que data de 487 años, cuando en 1531 se apareció la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, ahora declarado santo por la Iglesia Católica.

Datos históricos relatan que la Virgen se apareció cuatro veces en el cerro del Tepeyac al entonces indígena mexicano, desde entonces la tradición se sigue con fe entre los pueblos latinoamericanos. El suceso se dio en tiempos de la conquista española en América, razón por la cual algunos sectores consideran que es una acción de sometimiento a los pueblos indígenas, no obstante la tradición cada año cobra fuerza y la fe de miles de feligreses evidencia una gratitud a la Virgen Morena.

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