Con este esfuerzo las tres Cunas Nahuat trabajan en el rescate del idioma y se encuentran en Nahuizalco, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catarina Masahuat, en el departamento de Sonsonate, en donde se asienta la mayor población indígena al occidente del país, y nahuahablante.
Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Este es un programa de inmersión lingüística en donde el niño y la niña se somete al mundo del nahuat, a través de las nantzin (señora/madre) y un programa muy sistematizado que se trabaja en momentos didácticos”, explicó, Juliana Ama, coordinadora del programa de las Cunas Nahuat, apoyado por la Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria (PRO-VIDA), y el Colectivo El Salvador ELKARTASUNA.
Este esfuerzo de las tres Cunas Nahuat que trabajan en el rescate del idioma, se encuentran en Nahuizalco, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catarina Masahuat, en el departamento de Sonsonate, en donde se asienta la mayor población indígena al occidente del país, y nahuahablante.
“Mi compromiso en las Cunas Nahuas es una coordinación de las tres, para que caminen juntas -aunque no iguales-, por la razón que están ubicadas en diferentes distritos y cada uno de estos tienen sus propias costumbres, tradiciones y creencias; entonces, cada Cuna Nahuat, se adapta a lo que el pueblo conoce y de acuerdo a nuestros ancestros”, afirmó Ama.
La inmersión lingüística en las Cunas Nahuat
Juliana Ama explicó que esta enseñanza no es sólo académica, sino también de “identidad” porque reúne en su esencia el “lenguaje, tradiciones, creencias, vestimenta y comidas. Esto encierra la identidad y la cultura que va enlazada a esa identidad”, dijo.
“Los niños y niñas que nosotros atendemos en las diferentes Cunas Nahuat se trabajan por momentos didácticos, cada espacio es de 15 a 20 minutos, y luego la nantzin cambia de actividad con exactitud del horario”, agregó.
“Porque los niños son inquietos y si el momento se alarga, pues se aburren, (niñez menor de 5 años), entonces, nos vamos y buscamos de la manera como ellos vayan aprendiendo pero jugando a la vez, es un entorno de alegría”, sostuvo Ama.
La jornada de las Cunas Nahuat se desarrollan en varios espacios e inicia con el Tiutimawiltiat (juego libre) que dura 30 minutos, en donde son recibidos con juguetes en las mesas que utilizan los estudiantes a diario; luego pasan al Yek anwalahtiwit (bienvenida, saludos y canciones).
Un momento importante, describió la coordinadora de las Cunas Nahuat, es el Tay titaketza yalua (repaso), que consiste en recordar los contenidos de enseñanza del día anterior, son 10 minutos de intercambio con la nantzin y la maestra de apoyo que le acompaña; luego pasan al Tipewa (contenidos del día), son 20 minutos de la lección del día. Para pasar al Tikapaka tuhtumey ( lavar las manos), que es el momento previo al Tiawit titakwa (refrigerio).
Posterior, al refrigerio los niños y niñas entran al Tiawit titekitit (trabajar) que son actividades de motricidad fina del alumnado en donde pueden cortar, pegar y pintar por un espacio de 20 minutos. Luego, la nantzin coordina el Tiutimawiltiat (juego dirigido) y otros 20 minutos de juegos independientes, para llegar al Tiutimusewia (descanso o dormir), en un ambiente reposado en donde la nanzin les canta canciones de cuna en nahuat.
El día culmina con el Tiawit titahtaketza nawat (vocabulario) una dinámica que sirve para afianzar y recordar palabras aprendidas ese día. Y al final los niños y niñas culminan la jornada con el Tiawit katutxan (despedida), antes de salir de la Cuna Nahuat.
Juliana Ama comentó que este programa es atendido por nahuahablantes que son en su mayoría traídos de Santo Domingo de Guzmán, en donde se encuentra el mayor número de nahuahablantes.
En la Cuna Nahuat de Santa Catarina Masahuat, que es atendido por la “Nantzin Coralia”, a la que llaman cariñosamente “Nantzin Cora”, imparte las clases a niños y niñas a través de su enseñanza personal.
“Toda la jornada tiene sus tiempos establecidos y no se puede pasar más de 30 minutos, porque los niños se aburren. Es por esto que las Cunas Nahuat no pueden ser atendidas por una sola nantzin. Tenemos a una directora que es una maestra con especialidad en parvularia, quien orienta a la nanzin en los aspectos metodológicos y pedagógicos de la enseñanza”, indicó.
“Es satisfactorio cuando los niños se acuestan mientras la nantzin les canta canciones de cuna todo en nahuat, mientras el niño descansa, luego forma un círculo en donde practican el vocabulario. La nantzin ya sabe en su mente que debe llevar algo para enseñar nahuat, puede ser un pocillo, plato, tenedor, cuchara, huacal, frutas, verduras, dibujos, colores o animales, porque toda esta variedad de palabras sirve para enseñar nahuat”, reiteró Ama.
Nanzin Coralia y el orgullo de la herencia índigena
“Yo aprendí el nahuat de mis padres, y es un honor para mí, aunque recuerdo que ellos dejaron de hablarme en nahuat porque las personas ladinas se burlaban y ofendía. Hasta los criticaron por usar el refajo (falda tejida de colores), y el huipilli (blusa), le dijeron que era vestuario de los indios. Y mi madre se sentía avergonzada porque ellos hasta usaban caites”, recordó Nantzin Coralia.
Para Nantzin Cora, su herencia cultural y su idioma materno ha sido siempre un motivo de orgullo, y se siente satisfecha que ahora lo está enseñando a nuevas generaciones para que no sea olvidado.
“Cuando comencé a tener conocimiento llegaba de Santo Domingo a Nahuizalco para vender ollas y comales (aún los hace), así sin zapatos, descalza, pero mi papá me ponía unas tusas amarradas en los pies, cuando pasábamos por la Sabana, que era un lugar muy polvoso y caliente o lo hacíamos por El Carrizal, pero al llegar, ya no me hablaban en nahuat”, recordó.
“Tengo 62 años y estaba vendiendo en Nahuizalco, cuando llegó nantzin Juliana, y me dijo que fuera a observar cómo trabajan en la Cuna Nahuat, y me gustó, más que todo para aprender canciones para los niños, porque yo sólo tenía pláticas con adultos. Al principio tenía miedo mientras tomaba la decisión, pero al final aquí estoy enseñando”, reiteró nantzin Coralia.
Para la nantzin Cora, es importante que sus alumnos y alumnas, aprendan el idioma nahuat, para preservar una “herencia cultural”, y considera que así como aprendió de escuchar a sus padres y abuelos, que le permitió entenderlo y dominarlo, espera que las nuevas generaciones se comprometan a cuidarlo.
“Es el gozo de la vejez, al ver a estos niños y niñas aprendiendo nuestro idioma, y esperamos que la juventud se anime y quiera aprender, porque son bienvenidos. Nosotros ya somos adultas y si no aprendemos el idioma el pueblo quedaría sin fama, sin herencia y sin el trabajo de la artesanía en barro que nos da identidad. Yo no dejaré de hablar nahuat hasta que me muera”, reafirmó Nantzin Coralia.
PROVIDA apoya el trabajo por el rescate del Nahuat
Eduardo González, gerente de Gestión Integral de Riesgos y Cambio Climático de la Asociación de Ayuda Humanitaria “PROVIDA”, comentó que se encuentran trabajando en las 3 Cunas Nahuat en los distritos de Nahuizalco, Santa Catarina Masahuat y Santo Domingo de Guzmán, de Sonsonate Norte y Centro.
“A nivel de occidente PROVIDA tiene la ejecución de 3 proyectos paralelos, el primero es un Centro de Inmersión Lingüística, que cuenta con el apoyo de El Salvador ELKARTASUNA, que se está construyendo en Nahuizalco y se está gestionando tener otro centro similar de inmersión lingüística para el distrito de Santa Catarina Masahuat”, manifestó.
“Además, se cuenta con un proyecto de desarrollo local y territorial que tiene acciones concretas para trabajar con comunidades originarias, indígenas, quienes son hablantes del nahuat. Como en el caso en que se trabaja con Santa Catarina Masahuat y Santo Domingo de Guzmán, con dos comunidades en cada uno de esos distritos”, indicó González.
Sobre el trabajo de incidencia de PROVIDA, agregó, que vienen trabajando en este proyecto y han fortalecido estas estructuras para su funcionamiento al dotarlos de equipos de cocina, material didáctico, material lúdico, impresoras, purificadores de agua para el consumo humano.
“PROVIDA está trabajando también permanentemente, en apoyar el este esfuerzo para que se entregue un refrigerio escolar a los alumnos y alumnas en la jornada de estudio en las tres Cunas Nahuat, con el fin de que esos niños y niñas tenga un refrigerio saludable en su día de estudio”, sostuvo.
“Apoyamos también el nahuat en Nahuizalco, con sus festivales gastronómicos, porque así se rescatan las recetas ancestrales, así como, la conmemoración de algunas fechas históricas como el rescate de la Lengua Materna. Esto estamos realizando actualmente, trabajamos en el rescate del idioma nahuat para que la niñez y juventud, puedan fortalecer sus capacidades y no olvidar nuestra lengua ancestral”, puntualizó González.
Debe estar conectado para enviar un comentario.