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María Rudecinda Orellana, directora ejecutiva de la Asociación PRO-VIDA. Foto Diario Co Latino /Cortesía.

PRO-VIDA: Cuatro décadas construyendo tejido social

Redacción Nacionales

@DiarioCoLatino

“Nacemos en 1984, cuando un grupo de personas, en el contexto del conflicto armado, observan la difícil situación de la población y en especial para niños y niñas. Es así que se creó un refugio para protegerlos. Y apenas era el comienzo para la Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria PRO-VIDA”, recordó, María Rudecinda Orellana, directora ejecutiva de la Asociación PRO-VIDA, en entrevista exclusiva con Diario Co Latino.

En el contexto del conflicto interno de la década de los años ochenta, PRO VIDA siguió creciendo y transformándose para atender el área de la salud de las  comunidades y poblaciones en situación de  vulnerabilidad con su enfoque permanente de defensa de derechos humanos.

– Cuál ha sido la experiencia de PRO VIDA, a lo largo de 40 años de existencia?

Recordemos que  nacimos en un contexto de conflicto armado, en donde todo era un irrespeto a la vida y a los derechos más fundamentales de la población. Lo observamos en todas las masacres que están documentadas, las desapariciones de personas  y el accionar de Escuadrones de la Muerte, que capturaban personas y las desaparecían.

Podemos decir que fue una situación de total deshumanización de los derechos de la población. Y que muchos lo miraban hasta como natural toda esa violencia por estar dentro del  conflicto. Pero, para PRO VIDA, fue una etapa de trabajo fuerte por los derechos humanos  y hemos seguido así,  hasta la actualidad.

El sistema de captación de aguas lluvias beneficia a las usuarias en las comunidades, porque ya no tienen caminar grandes distancias para utlizar el agua para el aseo de la ropa, oficios domésticos, preparación de alimentos y aseo personal. Foto Diario Co Latino /Cortesía.

– ¿Cómo recibieron la firma de los Acuerdos de Paz?

El Acuerdo de Paz fue una esperanza ante la situación compleja que estaba viviendo en ese momento la población civil y las partes que combatieron durante el conflicto armado.

Ese momento histórico significó para PROVIDA repensarse, porque era  un nuevo contexto del trabajo y retomamos las necesidades que tenían las  comunidades repobladas al retornar y repoblar diferentes zonas, como los de  Mesa Grande (Honduras), que fue uno de los refugios más numeroso  durante el conflicto.

Otros retornaron de Nicaragua, Costa Rica, Panamá  y Guatemala, pero como PRO VIDA, atendimos más los repobladores de Mesa Grande,  que volvieron a sus comunidades y las que encontraron  destruidas producto del conflicto con absolutamente nada en sus bolsillos.

– ¿Cómo encajó PRO VIDA en este momento histórico?

Comenzamos a formar promotores de salud para atender a esa población, y compartimos en el terreno con otras organizaciones que también trabajaban para esta población.

PRO VIDA aportó en el ramo de salud  y fue significativo en la formación y apoyo a personas que empíricamente habían hecho su trabajo de salud a nivel comunitario y empezamos a buscar como fortalecer ese previo conocimiento.

Y es,  así que se saca un contingente de promotoras de salud, que fueron aprobadas por el Ministerio de Salud, en  esa época e igual apoyamos a maestros populares, que sabíamos que eran personas que sabían leer y escribir bien y daban clases a la niñez de esas comunidades vulnerables.

¿PRO VIDA siguió en la línea de salud comunitaria?

No, comprendimos que parte de la salud estaba relacionada a otros aspectos como el  agua y sanamiento íntimamente ligadas a la salud. Porque si no  había agua potable se iban a generar muchas enfermedades gastrointestinales, lo que fomentaría el deterioro de la salud de la comunidad, o el desabastecimiento de agua en las comunidades en ese momento, eso lo tomamos muy en cuenta.

Eso nos empujó a gestionar nuestra personería jurídica, porque necesitábamos gestionar recursos internacionales para poder trabajar y  apoyar a estas comunidades. Y  así comenzamos a gestionar fondos a proyectos de agua y saneamiento para zonas de: Chalatenango, Cabañas y Cuscatlán, logrando llevar agua potable a las comunidades.

Luego, de toda esa etapa de trabajo se evalúo que PRO VIDA no podía estar sólo dedicada a la salud, agua y saneamiento, entonces, se reformaron los estatutos y quedaron más abiertos. Y  es así como se diversificó todo el trabajo.

PRO VIDA, junto a la cooperación financiera del Colectivo El Salvador Elkartasuna, la Fundación Share y los Ayuntamientos de Navarra, Villava-Atarrabia, Burlada y Tudela, España, trabajan para facilitar a las mujeres salud en prevención del cáncer de mamas y cérvico uterino. Foto Diario Co Latino /Cortesía.

– ¿Qué significó para PRO VIDA esta nueva etapa?

Una experiencia interesante porque nacen ya diversos programas que acompañan a las comunidades y esto trajo la posibilidad de abrir la parte humanitaria que se relaciona con la gestión de riesgo.

Entonces, se  promovió la formación de personas de PRO VIDA, quienes  cuentan de alguna manera con un nivel alto de conocimiento en la gestión de riesgo y la acción humanitaria.  A la que se unió la experiencia que traíamos del agua y saneamiento, y comenzamos a trabajar la gestión de riesgo y cambio climático.

A esto unimos el trabajo de desarrollo a nivel comunitario y comenzamos a trabajar con proyectos de agua-saneamiento, salud y letrinización. Y observamos la importancia de hacer un trabajo en formación de capacidades y trabajamos junto a las mujeres de las comunidades. Así surgieron programas con enfoque de género, medio ambiente, que son partes fundamentales de PRO VIDA.

 

PRO VIDA en la gestión del riesgo a nivel regional

 

– ¿Cómo se involucra PRO VIDA a nivel regional?

Se empezó a trabajar una parte regional desde el año 2012, desde la instancia conocida como Concertación Regional para la Gestión del Riesgo (CRGR).  PRO VIDA comienza a trabajar con ellos, y se somete a una evaluación de los países que la integran, y quedó como administradora de estos fondos los que se han tenido desde ese año.

Estos fondos van destinados a emergencias en el tema de gestión de riesgo y aquí se activan fondos para Centroamérica: ya sea Nicaragua, Honduras, Guatemala y desde hace 3 años Costa Rica, que recientemente se  incorporó.

En este período  se logró esta parte con la Fundación Bill y Melinda Gates, que entregó ese fondo para Centroamérica, y PROVIDA adquirió esa capacidad de administrar esos fondos y hasta el momento sin señalamientos.

Y para el año  2015, iniciamos cuatro programas: en salud integral, gestión de riesgo y resiliencia al cambio climático, desarrollo territorial y el fortalecimiento institucional que es un programa que forma parte interna de PRO VIDA.

PRO VIDA trabaja en el desarrollo territorial preparando a las comunidades en acciones de salud, prevención de enfermedades y gestión en la prevención del riesgo. Foto Diario Co Latino /Cortesía.

– ¿Cuáles estrategias aplicó PRO VIDA, ya con sus nuevos programas?

Se tuvo la oportunidad desde ese 2015 a tener un fondo que era un subsidio del MINSAL para la salud comunitaria y se logró atender a mucha población con estos recursos gubernamentales.

Porque era un programa sin  espacios o lugares restringidos, si sabíamos que hacía falta atención en salud en Morazán,  PRO VIDA iba a ese lugar específico para atender esa demanda de salud, priorizando a los  adultos de 40 años en adelante, porque teníamos un estudio que señalaba que este grupo de población, después de los 40 años de edad, mostraban ya enfermedades crónicas y necesitaban atención.

– ¿Cómo abordaron la gestión de riesgo o desarrollo territorial?

Con la gestión de riesgo,  una rama que hemos trabajado por años. PRO VIDA tiene mucho conocimiento en esto, y personas muy capacitadas en este tema para aportar y activarse en situaciones de emergencia, ya sea por inundaciones, terremotos o cualquier situación que se dé por desastres socio naturales. Es un trabajo muy bien estructurado, y que se expandió por la gestión de fondos, y como esto no tiene un territorio determinado, vamos a donde se demande el apoyo de la emergencia.

En el  Desarrollo Territorial también se enfocó en formar a las personas para realizar acciones de desarrollo en sus comunidades; desde el estímulo a personas que quieran emprender un negocio propio, también fondos semilla para micro empresas.

Y para los jóvenes un programa de Habilidades para la Vida, enfocado en sus proyectos de vida para generar sus ingresos y no solo buscar emplearse.

– Cuáles fueron los programas para mujeres?

Con las mujeres también se trabajó la parte del emprendimiento cuando es muy difícil obtener un empleo digno para generar ingresos económicos al grupo familiar.

Se tomó en cuenta que muchas veces, algunos programas las relacionan con trabajos como granjeras, panaderas, cosmetólogas que es como feminizar las iniciativas. Entonces, le apostamos  a proyectos de oficios no tradicionales, y es así que se capacitaron a mujeres fontaneras y electricistas, que han dado  buenos resultados.

Así  también ejecutamos proyectos de mejoramiento de escuelas públicas. En la etapa de 2015 a 2022 hicimos bastante de eso, como Chalatenango, porque las condiciones de los baños de algunas escuelas no eran aptos para los niños y niñas. Y también las  cocinas donde preparaban alimentos se mejoraron, todo eso se aportó en ese tiempo.

– ¿PRO VIDA ha contado con cooperantes estratégicos para su trabajo?

Nosotros llamamos a estas personas “cooperantes solidarios” y son gente que tiene su corazón en PRO VIDA y las comunidades. Actualmente, nuestros  cooperantes  son más de España, como El Salvador ELKARTASUNA, que son médicos quienes le integran y no es una gran institución, sino un organismo que apoya a PRO VIDA y las comunidades con proyectos del gobierno de Navarra. Y han contribuido con sus fondos para proyectos en Cabañas, Cuscatlán y Sonsonate.

Y sí, hemos tenido  cooperantes que estuvieron en todos estos 40 años de existencia de PRO VIDA, muchos fueron significativos, algunos se fueron del país, otros que ya  no tienen cooperación en la región o terminaron su apoyo a este tipo de  proyectos, entre ellos tuvimos a  Suiza, Unión Europea y otros, que han ido terminando sus ciclos.

Ahora, entre nuestros cooperantes activos están,  El Salvador  ELKARTASUNA – Navarra ,  Solidaridad Internacional, que ellos representan a tres organismos internacionales que nosotros les llamamos los  “tres soli”, que son: Solidaridad Internacional Andalucía, Solidaridad Internacional Galicia, y Solidaridad Internacional País Valenciano, con ellos tenemos proyectos desde el 2018 en la zona alta de Chalatenango.

Y OXFAM, que ha sido uno de los cooperantes importantes. Ellos nos ven como “socios implementadores de proyectos”,  porque ellos lo gestionan así y ha sido muy significativo para PRO VIDA. Además, del apoyo solidario de Fundación Share (EEUU), con la que trabajamos el tema de  mujeres en la prevención de cáncer de mama y cérvico uterino.

– ¿Cuáles son los retos en la cooperación frente a la Ley de Agentes Extranjeros?

La Ley de Agentes Extranjeros fue una amenaza desde el año 2021, que salió a la luz y quedó en pausa, pero, sabíamos que si ese mismo gobierno se reelegía era un hecho que iba, porque sabíamos cuáles han sido los mecanismos empleados, no somos ajenos a eso.

¿Cómo vemos la Ley de Agentes Extranjeros?, pues es una amenaza para las organizaciones sin fines de lucro que recibimos recursos del extranjero, que  llamamos cooperación. Lo consideramos como un cierre de espacios con la comunidad.

Algunos cooperantes nos han dicho que no están de acuerdo dar un 30% de impuesto, a un proyecto que significa agua para una  comunidad. Sabemos que han hecho señalamientos de corrupción a las oenegés y de salarios jugosos, cuando estamos fiscalizados por el gobierno y el cooperante en el uso de los fondos.

Con este 30% menos de los fondos, creo que vamos a perder cooperantes, porque al ver que  no hay posibilidad que se entregue íntegro, PRO VIDA se quedará sin ese proyecto.  En cuanto a la exoneración del impuesto, será decisión de las autoridades si lo dan o no. Es una incertidumbre, porque si el  proyecto tiene  componente de  formación comunitaria, derechos de las mujeres i derechos humanos, ¿lo dejarán pasar?

Es una ley bien planificada para los objetivos que se creó, fundamentalmente  está hecha para que la gente no pueda conocer sus derechos y exigirlos. Es una forma de callar las voces, que no haya disidencia a la que llaman oposición.

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