“Las condiciones y calidad de vida de los salvadoreños no han mejorado, se ve un deterioro en acceso a ingreso, alimentación, agua potable y vivienda digna”
Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino
El economista José Luis Magaña manifestó que la partida presupuestaria para la erradicación de la pobreza en El Salvador, disminuyó de $24 millones en 2019, durante la presidencia de Salvador Sánchez Cerén, a $100 mil en 2025, con el gobierno de Nayib Bukele.
“Después de la pandemia del COVID-19 el financiamiento a buena parte de los programas sociales que ayudaron a disminuir la pobreza se ha ido reduciendo, según datos del Ministerio de Hacienda, las estadísticas de programas para la erradicación de la pobreza en el país pasaron de $24 millones en 2019 a $100 mil en 2025, con lo cual se puede cubrir la parte administrativa de esa área, pero no la atención directa a la población”, enfatizó.
El economista explicó que buena parte de la reducción de la pobreza fue sobre todo en los primeros años de gobierno de Mauricio Funes, cuando se inauguran la mayoría de programas sociales, los cuales estaban relacionados con transferencia de fondos condicionadas hacia mujeres o familias en extrema pobreza conocidas como canastas solidarias o rurales.
Esas transferencias monetarias hacían que varias familias pasaran de no tener la canasta básica a cubrirla. Estadísticamente en ese momento la pobreza disminuyó, uno de los elementos importantes fue la reforma a la salud, porque los Equipos Comunitarios de Salud (ECOS) representaron para los hogares una reducción en el gasto, permitiéndoles dejar ingresos disponibles para otras necesidades.
“El acercamiento de la salud a niveles más comunitarios fue un elemento que contribuyó a una reducción importante de la pobreza, en la medida que se fue ampliando los ECOS, así como el programa de subsidios y los paquetes agrícolas fueron una ayuda fundamental, ya que buena parte de la pobreza está en el sector rural”, sostuvo en el espacio Encuentro con Julio Villagrán.
Las estadísticas oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos del Banco Central de Reserva (BCR) indican que previo a la pandemia del COVID-19 había 87,234 hogares en situación de pobreza extrema, el año pasado se reportaron 188,000 hogares en esa situación, es decir, no logran cubrir una canasta básica alimentaria, más de 100 mil hogares han entrado en pobreza extrema y no han salido de esa condición.
“La calidad de vida de los salvadoreños no ha mejorado y se ve un deterioro en acceso a ingreso, alimentación, agua potable, vivienda digna, programas sociales como los ECOS, la alimentación escolar, entre otros, contribuyeron a reducir la pobreza”, enfatizó.
Según economista, la línea de pobreza monetaria se mide en cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA), quienes no logran comprar una están en extrema pobreza, los que cubran arriba de una CBA está en pobreza relativa.
“En la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2024 hay una leve reducción en pobreza total, del 27% reportada en 2023 al 26% reportada en 2024, pero sigue siendo alta al compararla con 2019 que era del 22%.
En el año 2023 se reportaron 177,000 hogares en extrema pobreza, pero para 2024 se reporta 188,000 hogares en esta condición, es decir, la disminución reportada está en la pobreza relativa, pero la extrema pobreza ha aumentado”, externó.
El economista recalcó que en el proyecto de ley del presupuesto 2026, $9,180.2 millones provienen de ingresos generados por el Estado, el resto, es decir $1,375.3 millones son de préstamos ya aprobados.
Hasta agosto de 2025, según datos del BCR, el total de gastos del gobierno central fue de $5,800 millones y los gastos totales han sido de $6,566 millones, es decir, hay una brecha de $760 millones aproximadamente, por lo cual, es necesario estructurar como se comprende el gasto y ajustarlo para que sea dirigido a atender las necesidades de la población.
Entre ingreso y gastos del gobierno en 2024 fue de mil millones de dólares, se necesita aumentar la recaudación tributaria en el país, deberían pagar más por ejemplo el sector de construcción, en lugar de las exenciones de impuestos, las actividades inmobiliarias están tributando poco, hay margen para recaudar más impuestos sin sobrecargar los hogares.
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