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Poesía de Marcos Ana

Decidme cómo 

es un árbol

“Ni un muerto, ni mil muertos, ni todos los muertos del mundo me pueden devolver a mí estos trozos de mi vida que yo he dejado en los patios y en las celdas de las cárceles. Lo único que me podría recompensar un poco la vida es ver triunfantes los ideales por los cuales yo he luchado, por los cuales ha luchado toda una generación”

Decidme cómo es un árbol,

contadme el canto de un río

cuando se cubre de pájaros,

habladme del mar,Joan ponç – la presó (1950)

habladme del olor ancho del campo

de las estrellas, del aire

recítame un horizonte sin cerradura

y sin llave como la choza de un pobre

decidme como es el beso de una mujer

dadme el nombre del amor

no lo recuerdo

Aún las noches se perfuman de enamorados

que tiemblan de pasión bajo la luna

o sólo queda esta fosa?

la luz de una cerradura

y la canción de mi rosa

22 años, ya olvidé

la dimensión de las cosas

su olor, su aroma

escribo a tientas el mar,

el campo, el bosque, digo bosque

y he perdido la geometría del árbol.

Hablo por hablar asuntos

que los años me olvidaron,

no puedo seguir

escucho los pasos del funcionario.

 

Mi corazón es patio

“Mi vida

os la puedo contar en dos palabras:

Un patio.

Y un trocito de cielo por donde a veces pasan

una nube perdida y algún pájaro

huyendo de sus alas”

La tierra no es redonda:

es un patio cuadrado

donde los hombres giran

bajo un cielo de estaño.

Soñé que el mundo era

un redondo espectáculo

envuelto por el cielo,

con ciudades y campos

en paz, con trigo y besos,

con ríos, montes y anchos

mares donde navegan

corazones y barcos.

Pero el mundo es un patio.

Un patio donde giran

los hombres sin espacio.

A veces, cuando subo

a mi ventana, palpo

con mis ojos la vida

de luz que voy soñando.

Y entonces digo: “El mundo

es algo más que el patio

y estas losas terribles

donde me voy gastando”.

Y oigo colinas, libres

voces entre los álamos,

la charla azul del río

que ciñe mi caldalso.

“Es la vida”, me dicen

los aromos, el canto

rojo de los jilgueros,

la música en el vaso

blanco y azul del día,

la risa de un muchacho.

Pero es soñar despierto.

Mi reja es un costado

De un sueño que da al campo.

Amanezco, y ya todo

-fuera del sueñoes

patio:

un patio donde giran

los hombres sin espacio.

¡Hace ya tantos siglos

que nací emparedado,

que me olvidé del mundo,

de cómo canta el árbol,

de la pasión que enciende

el amor en los labios,

de si hay puertas sin llaves

y otras manos sin clavos!

Yo ya creo que todo

-fuera del sueño- es patio.

Un patio bajo un cielo

de fosa, desgarrado,

que acuchillan y acotan

muros y pararrayos.

Ya ni el sueño me lleva

hacia mis libres años.

Ya todo, todo, todo

-hasta el sueño- es patio.

Un patio donde gira

mi corazón, clavado;

mi corazón desnudo;

mi corazón clamando;

mi corazón que tiene

la forma gris de un patio.

Un patio donde giran

los hombres sin descanso.

 

MI CASA Y MI CORAZÓN (sueño de libertad)

“mi pecado, es terrible, quise llenar de estrellas el corazón de un hombre”

Si salgo un día a la vida

mi casa no tendrá llaves:

siempre abierta, como el mar,

el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,

y la lluvia azul, la tarde,

el rojo pan de la aurora;

La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga

sus pasos en mis umbrales,

ni la golondrina el vuelo,

ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón

nunca cerrados: que pasen

los pájaros, los amigos,

el sol y el aire.

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