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Persecución política a la orden del día en El Salvador

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Las capturas de las doctoras Violeta Menjívar y  Erlinda Handal, del Licenciado Carlos Cáceres, Hugo Flores y Calixto Mejía es sin lugar a dudas persecución política.

Esta persecución política es el reflejo del odio que el presidente Nayib Bukele tiene contra el FMLN, sus militantes y otros opositores, que lo lleva al extremo de ordenar la captura del compañero y ex presidente de la República Salvador Sánchez Cerén. Orden materializada por la Fiscalía General.

Es que este Ejecutivo necesita consolidar su dictadura, distraer de la atención pública los problemas que preocupan a la mayoría de salvadoreños, como la imposición del bitcoin a partir de septiembre, el alza de los precios de la canasta básica, el desempleo, el descontrol de la pandemia, el desmontaje de instituciones.

Necesita  distraer la atención de los proyectos de ley que tiene en manos de sus diputados, convertidos en “títeres” que avalan sin rechistar las “iniciativas” provenientes del Gobierno, para transformar aceleradamente ciertos mercados como el del agua, la energía eléctrica, y aumentar ingresos con elevación de multas e impuestos.

La dictadura siempre se caracteriza porque quiere eliminar oposición política para imponer, sin crítica ni resistencia, la reelección presidencial continua, el voto  del exterior mediante teléfono (que facilite el fraude), cancelar partidos desafectos, olvidarse de la descentralización y el desarrollo municipal, utilizando el FODES desde sus despachos y  concentrar, desde su círculo, los beneficios a las empresas que desea potenciar.

En la persecución política se busca atar manos para evitar que en el futuro inmediato le digan “alto dictador”, para lo cual los mecanismos de organización estimulados desde las organizaciones no gubernamentales se obstaculice, tachando de corruptas a dichas organizaciones.

La dictadura remueve todo vestigio de legalidad democrática, pero intentará dar visos de legalidad a cualquier acto  arbitrario, como los cometidos contra los compañeros y amigos, con la actuación de la policía y la fiscalía.

Ya hizo desplante de fuerza en el embargo a los bienes del partido Arena, ahora exhibición y atropello a la dignidad y los derechos de ex servidores públicos que le dieron a nuestro país un legado del que nos sentimos orgullosos, aunque trate de negarlo a fuerza de propaganda.

De manera que la persecución política con despliegue de brutalidad, de ilegalidades, de irrespeto a derechos de las personas, juega un doble papel, tratar de  golpear la moral de una fuerza opositora, y distraer mientras avanza en sus zarpazos en el terreno económico  social y ambiental para engordar al sector que busca convertir en nuevos oligarcas.

La persecución política antes que el movimiento social levante cabezas y si la levanta tener afilada la fuerza militar y policial y el aparato judicial a su servicio.

Es triste constatar que muchos miran hacia los nombres, rostros que el régimen a identificado como sus enemigos, sin darse cuenta que en la inseguridad creada, el riesgo de sufrir cualquier tipo de atropellos es para todos.

Si, el riesgo es para todos. Escuché una mañana a un ex seguridad de un ex vicepresidente durante la dictadura militar, narrar a otros la fuerza que sentía llevando un fusil al amparo de su jefe, así fue y así son las dictaduras, los elementos al servicio de ellas se convierten en peligro andando contra sus propias familias, contra sus propios vecinos y contra cualquier persona que se encuentre y le  vea mal.

A  eso estamos llegando muy rápidamente en nuestro país.

A los compañeros y amigos detenidos y amenazados con detención en  esta persecución brutal del régimen de Bukele, les expreso mi más profundo sentimiento de solidaridad; son perseguidos porque llevaron salud al pueblo, sin mezquindad; porque extendieron los servicios educativos, porque ayudaron a crear semillas nuevas para la producción de nuestros campesinos, porque inventaron el sistema de monitoreo ambientales: clima, terremoto, lluvia, a proteger bienes naturales, exigiendo los particulares e informando a todos.

Son perseguidos porque ayudaron a una mejor didáctica de las matemáticas y las ciencias naturales, a descubrir el gusto por la robótica en los niños, porque descubrieron los mecanismos de evasión y propusieron reformas para cobrar más a los que ganan más y quitar la renta a los que ganan menos; porque ayudaron a legalizar los nuevos sindicatos del sector público y supervisaron que las empresas pagaran a los trabajadores.

Esas fueron sus actuaciones, apoyados por un partido político, el FMLN, que tiene un compromiso social enorme. Sí, que hizo mucho y por ese compromiso la gente espero más y hasta llegó a creer que Bukele, que había llegado a la política por la puerta de ese partido, era más de izquierda que el propio frente.

Como el alacrán, ese personaje para vivir y crecer  necesita  destruir al FMLN, su simbolismo histórico, su obra social y democrática para emerger en un régimen que niega la democracia y abraza la dictadura fascista y neoliberal.

Pero la rueda de la historia sigue girando, la lucha continúa, exigimos libertad a los presos políticos.  Acudamos a la unidad en defensa del legado democrático que construimos  entre todos los salvadoreños.

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