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Nicaragua “bajo fuego”

Desde mediados de abril pasado la hermana República de Nicaragua se mueve en el escenario conflictivo que algunos analistas califican como que la patria de Sandino se encuentra “bajo fuego”.

Bajo fuego es una película que narra episodios de la insurrección en Nicaragua de 1979, con momentos que más adelante se conocerían como episodios del cine de memoria histórica, entremezclados con ficción, y por supuesto, los héroes que nunca faltan en las películas de Hollywood, en este filme el héroe es el periodista extranjero sacrificado por las fuerzas militares de Anastasio Somoza.

Y ha sido con el nombre de esa película que algunos analistas han titulado sus artículos para explicar lo que está pasando en Nicaragua, que en el caso salvadoreño escuchamos, a través de la televisión y las redes sociales, solo una voz: “de la masacre del pueblo nicaragüense por el dictador Ortega”.

Es cierto, y hay que lamentar la muerte de manifestantes en Nicaragua, pero hay que decirlo también, no todos los muertos en Nicaragua son opositores, también hay gente asesinada identificada con el sandinismo, y también hay muertos en las filas de la Policía.

El presidente Daniel Ortega, en su discurso del 39 aniversario de la Revolución Sandinista, dio los nombres de todos los policías muertos a manos de los opositores, así como de decenas de sandinistas muertos por los grupos violentos opositores al Gobierno.

Quienes pretendan analizar el tema de Nicaragua, más allá del descontento que haya originado una reforma de pensiones, que fue el detonante de las protestas de abril, o las que se incubaron por la oposición a la construcción de un canal interoceánico, más allá de que tuvieran razón o no, es necesario incluir para el análisis la variable de los golpes suaves contra los gobiernos de izquierda y progresistas de América Latina.

Nicaragua, con el FSLN en el Gobierno, no ha representado, hasta abril, ningún peligro para país alguno, mucho menos para los Estados Unidos, y esto, desde que los sandinistas llegaran al poder por la vía electoral, tras haberlo perdido de la misma forma luego de diez años de revolución.

No obstante, el supuesto descontento social por el tema de pensiones ha sido utilizado por “otros” para derrumbar el gobierno de Ortega, que con sus alianzas con un grupo de empresarios y fuerzas políticas de derecha llegaron a convertir a Nicaragua en un país estable en todos los campos: económico, político y social, y es esto lo que despierta las sospechas del porqué la tierra de Sandino está nuevamente “bajo fuego”.

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