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El pintor Araujem Sorto toma fotografías a las aves que buscan alimento en la desolada Plaza Cívica Capitán General Gerardo Barrios, en el centro histórico de la capital, quién ha sido afectado por la extensión de la cuarentena obligatoria ya que su trabajo es informal y no cuenta con una pensión. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas

Los trabajos perdidos por la cuarentena

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

La epidemia me ha quitado el trabajo y la oportunidad de ganarme algunos dólares para sostener a mi familia”, comenta con pesar Manuel Flores, quien cruza a pie la Plaza Cívica en San Salvador, inundada por palomas que han quedado huérfanas de visitantes que compartían sus alimentos con las aves, así como los vendedores ambulantes y trabajadores de ocasión que esperaban brindar sus experticias en plomería, electricidad, albañilería o zapateros. “Yo quisiera que abrieran ya la cuarentena, soy pensionado pero no alcanzo a cubrir los gastos. Yo tenía en Fedecrédito un préstamo, pero no me pueden hacer un refinanciamiento por la situación de la cuarentena, pero me dijeron que lo verán hasta que termine esto y para ese entonces, ¿ya para qué?; el presidente (Nayib Bukele) dijo que todos los créditos que teníamos los iban a suspender hasta abrir la cuarentena, pero a esos bancos no les importó y, claro, no lo hicieron y solo recibo 147 dólares de la AFP para sostener a mi familia, por eso tenía otro trabajo para completar el presupuesto, pero por culpa de esta epidemia perdí”, argumentó.

Residente del barrio Lourdes, Manuel no ha recibió el “bono” de $300 ni tampoco las canastas o paquetes de alimentos anunciados y promocionados por el Gobierno y, ante esta situación, consideró que buscar un nuevo empleo será su próxima meta, al reactivarse la economía del país.

“Estamos en una situación horrible, el empleo que tenía para trasladar personal a sus trabajos ya lo perdí y me había costado obtenerlo, porque soy de la tercera edad y eso dificulta esto; porque, si no abren la cuarentena, no se qué va a pasar con nosotros; como yo hay muchos que no tenemos nada en nuestras casas”, manifestó.

Julio César Sorto es pintor y rotulista y vive del auto-empleo, pero recientemente solo ha podido obtener ingresos realizando “mandados” por suministros que necesi

El sector informal y la población civil en general han acatado la extensión de la última cuarentena obligatoria decretada por el órgano Ejecutivo contra el COVID-19, pero a la vez admiten que les ha afectado en poco ingreso en ventas, dificultad para movilizarse, aumento de deudas, entre otras preocupaciones. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas

tan conocidos o vecinos; camino a comprar unas botellas de miel de abeja, espera recibir una comisión a cambio por la jornada de trasladarse a pie, desde Mejicanos hasta San Salvador.

“Mis ingresos son del empleo informal, la gente me contrata porque me conocen y voy a realizar los trabajos; pero, ahora, como no hay transporte público, es más difícil para mí trasladarme para comprar los insumos y cumplir con el contrato, tengo un trabajo pendiente en Apopa, me estoy quedando por la colonia La Rábida, por ahora, porque me queda más cerca que mi propia casa. Yo pido al Gobierno que reactiven el transporte para gente como nosotros y también abrir la economía, porque no podemos con esto cerrado, porque necesitamos sostenernos; quisiera que entendiera la gente de Gobierno que, lo que ganamos este día, nos servirá para mantenernos uno o dos días”, expresó.

Sin ser beneficiario de los $300 ni de los paquetes de alimentos que distribuye el Gobierno, Sorto consideró que si bien el presidente (Nayib Bukele) tiene “buenas intenciones, no tiene el capital suficientes para sostener a las familias que estamos varadas”, por lo que consideró que era importante que la apertura de la economía era vital.

“Yo creo que, al activarse todo, me rebusco y veo qué gano para la familia; sería bueno que paulatinamente lo hagan, que abran esto y con calidad, que la gente use la mascarilla y tome en serio su salud, recordemos que no todos tendremos pensión al estar mayores. Yo tengo 49 años y solo tuve poco tiempo un empleo formal; o sea, no tendré pensión para mi vejez y así como yo hay muchos. Y otros que están en las casas por miedo al virus no salen pero es de protegerse, porque ellos están preocupados por generar sus ingresos, el pánico está impuesto no solo por el Gobierno de acá, sino a nivel mundial”, subrayó.

Las palomas agitan sus alas al descender a las manos de Juana Antonia Rivera Orellana, quien ha llevado maicillo para alimentarlas en la Plaza Cívica. “Yo vine a darles comidita porque muchos ya no venimos acá y compartirles comida, por esto de la cuarentena”; como vendedora ambulante consideró que era viable concluir con la cuarentena, pero aún teme por el contagio del coronavirus.

“Hay que hacerle frente a la vida, creo que si hay más gente con ese mal y muriendo, es mejor no salir; creo que sería bueno después de estos 15 días que restan de mayo, sería bueno para restablecernos y salir a vender y ganar algún dinero, pero si hay más muertos no; para mí la base son los muertos porque, si aumenta, nos quedamos en la casa, pero si se mantienen tenemos que salir a ganarnos la vida diariamente, esa es nuestra realidad”, puntualizó.

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