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Felicia Mijango -presidenta de UCRES- señala como un logro la organización popular en la construcción de una cultura de paz en la comunidad Huisisilapa, en el cantón El Obraje Nuevo, municipio San Pablo Tacachico, La Libertad, que conmemoró el vigésimo noveno aniversario de su repatriación. Foto Diario Co Latino/Karla Rodas

Legado de organización y solidaridad en comunidad Huisisilapa

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Con este acto cultural queremos rescatar la memoria histórica, para que las nuevas generaciones conozcan como se fundó la comunidad”, dijo Felicia Nohemí Mijango, quien hace 29 años ingresó de la mano con de su padre, procedente de Mesa Grande, Honduras, en donde vivió por doce años, durante el conflicto armado de los años ochenta en El Salvador.

Como refugiados y expatriados por la represión estatal contra la población, este grupo de compatriotas resuelve su regreso en 1992, luego de la firma de los Acuerdos de Paz, en Chapultepec, México, y fundan la comunidad Huisisilapa, en el cantón El Obraje Nuevo, municipio San Pablo Tacachico, La Libertad.

“Con este acto cultural queremos rescatar la memoria histórica, y para que las nuevas generaciones conozcan lo que tuvimos en la comunidad y, como a través de la organización se ha logrado construir una red que a pesar de las limitantes avanzamos buscando un desarrollo en el rescate de la memoria histórica, porque esto no es solo una celebración o un baile, es mantener y fortalecer esos lazos de solidaridad y hermandad”, afirmó Felicia Mijango, presidenta de UCRES. A la conmemoración de Huisisilapa les acompañaron comunidades históricas como Santa Marta, que fueron repobladas 29 años atrás. Felicia dijo que era importante para que la juventud siga participando conociendo la historia y optando por construir una Cultura de Paz.

“Como organización buscamos estos espacios para poder mantener una comunicación comunitaria integrando la niñez, juventud, adultos mayores y mujeres, que son en la mayoría las que organizan y participan en estos eventos, pero lo más importante son los 29 años de lucha que no han sido fáciles, pero retomamos el reto para llevarlo. Actualmente, tenemos una Casa de la Juventud en donde la ADESCO se reúne y tenemos un centro escolar que cubre hasta el bachillerato, hay calles en buen estado y muchos proyectos que han desarrollado gracias a la organización y perseverancia de líderes y lideresas comunitarios”, acotaron.

Asimismo, destacó que las actividades y los lazos de hermandad fomentados sobrepasa el nivel organizativo, destacando la participación histórica como: UCRES, CRIPDES, CORDES y Pro Búsqueda, así como, exrepatriados que residen en los Estados Unidos o Europa, que han venido apoyando a lo largo de los 29 años este tipo de actividades.

“Este tipo de actos nos permite no dejar morir la historia, como se ha dicho anteriormente, quien olvida su historia está condenado a volverla a repetirla. Recordemos, venimos de una repoblación que nos marcó doce años de sufrimiento y de represión en Honduras, luego de huir de El Salvador, por las masacres. Ahora podemos celebrar la vida, la familia y con esa alegría y entusiasmo que otros grupos puedan formar parte de las festividades comunitarias”, reiteró.

De los mensajes que dejan 29 años de repatriación, Felicia Mijango manifestó el rescate de la memoria histórica, a la que llama “memoria viva”, y definir que esta fecha conmemorativa no es solo un momento de una fecha, sino que, es una construcción de trabajo comunitario.

“Uno de los mensajes más importantes es empoderarnos de esto, de la historia, de cada historia de los comunitarios y que si la van a resaltarlo que lo hagan por medio de la organización que ha permitido construir otro tipo de relaciones sociales. Podemos hablar del rescate a la memoria histórica, que nos permite humanizarnos, y no reproducir un camino que nos puedan llevar a esas tragedias que pasaron en los años ochenta que pasamos, antes de la firma de los Acuerdos de Paz”, manifestó. Mientras, Wilfredo Mendoza -director del Centro Escolar Huisisilapa- recordó como en el año 1993 daban clases junto a otros jóvenes. Eran los “maestros populares” que impartían conocimientos bajo los árboles a la niñez de la comunidad de Huisisilapa, cuando el Ministerio de Educación, decide apoyarlos enviando a dos maestros.

No obstante, explicó que seguían sin un local para impartir clases, situación que a posterior, se resolvió con la presentación de un proyecto para solicitar un espacio permanente para el centro escolar el que actualmente cubre la demanda de primaria hasta bachillerato.

“Comenzamos con la construcción de módulos, el primero fue con apoyo del ACNUR, el otro nos apoyó el FISDL, entre los años 1993-1994, luego pasé a coordinador de educación nombrado por UCRES en 1995. Después me nombraron presidente de UCRES, en donde estuve nueve años. La experiencia interesante fue con los maestros populares que perseveraron porque conseguimos ayuda para ellos”.

“Y, ahora muchos son maestros con escalafón y reconocimiento del Ministerio de Educación, aunque no todos están en el sistema nacional, pero tienen para ofrecer su conocimiento y estudio. Creo que fue un gran logro que los maestros populares fueran reconocidos por el Ministerio de Educación”, manifestó Mendoza, repoblador de Huisisilapa.

“Tuvimos el apoyo de CRIPDES, CIDEP y la CEES”, explicó Mendoza.

En cuanto al proceso de “nivelación académica” que se promovió desde el Gobierno en turno, en donde la población repatriada pudo recibir clases los fines de semana para equiparar su aprendizaje lo que permitió que 300 jóvenes de la comunidad participaran, así como, pobladores de Quezaltepeque, Tacachico y los educadores. Mendoza recordó que eran de la Universidad de El Salvador (UES) y de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

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