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La tregua entre el Gobierno y grupos delincuenciales es innegable

Sí, así de simple. El Gobierno del Presidente Nayib Bukele no puede negar que para disminuir los homicidios en un 50%, apenas iniciada su gestión al frente del Ejecutivo, fue producto de una tregua entre los grupos delincuenciales, y no por el millonario Plan Control Territorial (PCT) como lo ha hecho creer el mandatario. Tampoco puede soslayar su responsabilidad en los sucesos de finales de marzo del presente año, cuando hubo 87 salvadoreños asesinados.

Una investigación del periódico El Faro confirmó que el actual Gobierno de Nayib Bukele negoció con las dos principales pandillas del país, la Mara Salvatrucha y la Pandilla 18, para reducir el número de homicidios en el país.

Sin embargo, ese pacto llegó a su fin a finales de marzo, tras los 87 asesinatos que hubo, y de los cuales se ha responsabilizado el grupo terrorista conocido como MS.

El Faro reveló que la Mara Salvatrucha-13 (MS-13) le admitió haber asesinado a 87 personas entre los días 25 y 27 de marzo, como parte de su respuesta a lo que consideraron una “traición” de parte del Gobierno de Bukele. El líder de la MS-13 reveló a El Faro que se había roto el acuerdo porque el Gobierno “hizo cosas que no tenían que hacer”. “Desde ahí es por lo que se levantaron esos 80 muertos que pasaron en esas fechas”, dijo el cabecilla terrorista, al aceptar la responsabilidad de los homicidios ocurridos a finales de marzo. Más del 70% de los asesinados no pertenecían a ningún grupo delincuencial.

El motivo de los homicidios, de acuerdo con el cabecilla de la MS, es porque fueron capturados un grupo de miembros de ese grupo criminal, que habían sido convocados a cierto lugar, a bordo de un vehículo oficial, y que fueron capturados, “en lugar de dialogar”, dijo el cabecilla.

De aquí la pregunta que muchos se hicieron del por qué los 87 asesinatos, pues hoy queda claro que fue por la ruptura del pacto entre el Gobierno y los grupos criminales, tras la captura de los negociadores de la MS.

Hoy ha quedado confirmado, también, que entre los negociadores del Gobierno con los grupos terroristas está Carlos Marroquín, director del Tejido Social,  que El Faro respalda con unos audios entre este funcionario del gobierno y un cabecilla de la MS.

La conversación entre ambos interlocutores deja en evidencia, además, que hay diferencias entre un sector del Gobierno relacionado con la seguridad, y otro que está a favor de la tregua o negociación con las pandillas.

En las grabaciones, Marroquín culpó de las capturas de los pandilleros, acto que generó la matanza de salvadoreños a finales de marzo, al ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro.

“Yo ya le tiré a Batman (Nayib Bukele), que hay 72 horas para dar una respuesta. Él no se lo tomó a bien, se lo tomó a mal…”, le dice Marroquín al cabecilla de la MS, en referencia al presidente Bukele, tras la solicitud de los pandilleros que exigían la libertad de los capturados.

Bukele, en respuesta a la matanza de salvadoreños el 25,26 y 27 de marzo, ordenó el Estado de Excepción, que le ha servido no solo para capturar a miembros de la MS, sino también a gente sospechosa y hasta relacionados con la política. Solo el FMLN ha denunciado la captura de líderes sociales vinculados a sus estructuras partidarias.

Los audios también revelan otros delitos graves en los que ha incurrido no sólo Marroquín, sino otros funcionarios, al admitir que él mismo sacó de la cárcel al terrorista llamado Elmer Canales Rivera, conocido con el alias el “Crook”, uno de los líderes de la MS, que Estados Unidos solicitó su extradición a aquel país, y que él mismo lo condujo hasta Guatemala para demostrar su “lealtad y confianza” a la mara.

“Yo, al Viejo (al Crook), lo saqué de adentro (de la cárcel), brother, en una forma de ayudarles a todos y de demostrarles mi lealtad y confianza, pues. Yo mismo lo fui a traer allá y yo mismo lo fui a dejar a Guatemala”, expresa Marroquín al líder de la pandilla.

Salvo uno que otro personero de bajo nivel del Gobierno se ha pronunciado en contra de la publicación periodística. Los otros funcionarios, como el ministro de seguridad, el director de Centros Penales, o el mismo Carlos Marroquín no han dicho nada, ni expresado nada en las redes sociales. Tampoco, por su puesto, el presidente Bukele, quien si fuera un estadista, le aclarara a los salvadoreños que pasó con esa tregua, por qué la hizo, por qué hizo que se rompiera, y por qué no incluye en aquella su frase histórica de “malditos, mil veces malditos”, en referencia a ARENA y al FMLN porque supuestamente “Negociaron con la sangre de nuestro pueblo” al pactar con los grupos delincuenciales.

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