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La nueva política exterior peruana (primera parte)

Isaac Bigio
Analista internacional

El Presidente Castillo, al realizar su primer viaje oficial al exterior, ha querido demostrar sus marcadas diferencias con las acusaciones que le hacen sus adversarios de derecha incriminando de “terrorista”, “comunista” o “chavista”. Ha mostrado una imagen “moderada” y abierta a tener buenas relaciones con EEUU, la OEA, el FMI, el Banco Mundial y los grandes inversionistas.

Su gira se ha dado entre el 17 al 22 de septiembre, en las cuales ha estado en Norteamérica participando de la VI Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe) en México D.F., en la sesión del Consejo Permanente de la OEA (Organización de Estados Americanos ) en Washington y en la 76ava Asamblea General de la ONU (Organización de Naciones Unidas).

CELAC

Este es el primer bloque que nació reuniendo a los 33 Estados soberanos al sur de EEUU. Cuando fue gestado en 2010 su misión consistía en crear la primera asociación de todos los países sud y centroamericanos de manera independiente frente a las potencias del Norte. El Perú impulsó su creación, así como dos años atrás había co fundado la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) agrupando, también por primera vez en la historia, a las 12 repúblicas de dicho subcontinente.

Sin embargo, Donald Trump torpedeó a ambos organismos, así como alentó con el Brexit la primera ruptura de sus socios de la Unión Europea. Bajo su administración EEUU no quiso en el 2019 reconocer las reelecciones de los “socialistas del siglo XXI” en Venezuela (Nicolás Maduro) y en Bolivia (Evo Morales) lo cual condujo a la destrucción de la UNASUR.

Los gobiernos derechistas de Colombia, Chile y Brasil se salieron de la UNASUR y vertebran el Foro Prosur para apuntalar tratados de libre comercio con EEUU.  La UNASUR se redujo a sus dos repúblicas más chicas (Guyana y Surinam) y a las únicas dos repúblicas “antiimperialistas” (Venezuela y Bolivia), estando Perú y Argentina en la perspectiva de reintegrarse en ésta.

En ese panorama la V cumbre de la CELAC (República Dominicana, 2017) se dio con una fuerte crisis y con una baja participación de mandatarios. Las cumbres en 2018,2019 y 2020 fueron suspendidas (primero por dicha parálisis y luego por la pandemia), mientras que el nuevo presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, decidió apartarse de ésta. Su argumento es que dentro de la CELAC habían regímenes autoritarios (como Cuba, Venezuela o Nicaragua), aunque él es el único presidente continental que reivindica a las dictaduras que tuvo su propio país y a la de Pinochet en Chile.

En la cumbre de la CELAC del 18 de septiembre vinieron alrededor de la mitad de los mandatarios que la integran, lo cual tuvo cierto éxito. El resto envió ministros, aunque Chile y Colombia tuvieron delegaciones menores, y el mayor y más poblado país de la región (Brasil) no quiso ir. Estos 3 países siguen impulsando al Prosur.

El anfitrión de dicha cita fue el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador quien abiertamente propone sustituir a la OEA por un organismo menos sumisos ante EEUU, posición que es respaldada por Bolivia. Cuba y Venezuela, que son las repúblicas que tienen mayor costa en el Caribe, no quieren estar en la OEA.

No obstante, el tema del futuro de la OEA no fue el eje de dicha cumbre, la cual aprobó una extensa lista de puntos en común que va desde luchar contra el terrorismo, la desigualdad producida durante la pandemia y el cambio climático hasta apoyar el reclamo argentina sobre las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sándwiches del Sur.

El presidente venezolano Maduro llegó de manera sorpresiva a dicha cita donde desafió a sus homólogos de Uruguay y Paraguay (que no le reconocen como mandatario de su nación) a un debate público sobre democracia. Él se siente fortalecido por el hecho que esa misma capital azteca sus archirrivales ligados a Juan Guaidó, quien ha llegado a auto-proclamarse como ~Presidente Interino” de Venezuela, ahora reconocen su autoridad y están dispuestos a competir en las elecciones regionales que se vienen en noviembre en su país este 21 de noviembre.    

Castillo leyó allí un breve discurso en el cual llamaba a fortalecer la CELAC y a que ésta crease su propia agencia espacial y un fondo común para desastres. En un momento él pudo platicar con Maduro para buscar repatriar decenas de miles de venezolanos a su tierra natal.

OEA

Esta fue la única cita entre muchos países en las cuales el Presidente peruano pronunció un discurso sin leerlo. También fue el más extenso de todos.

Lo interesante es que Castillo no ha querido comprarse el pleito entre la OEA que acusa a Cuba y Venezuela de ser dictaduras, y al de varios de la CELAC que quieren aminorar o enterrar a la OEA. Él ha tratado de llevarse bien tanto  con la CELAC como con la OEA.

Uno de los primeros en felicitar a Castillo por su mensaje fue Luis Almagro, Secretario General de la OEA, para quién éste fue “excelente”.

A primera vista parecería inusual una tan buena relación entre ambos. Para la izquierda latinoamericana Almagro es una suerte de gran traidor y testaferro de Trump, pues él llegó a ser canciller del gobierno del izquierdista Frente Amplio del Uruguay y luego no hizo nada para evitar lo que los socialistas denominan como el “golpe parlamentario” en Brasil o el “fraude dictatorial” en Honduras. Es más, Almagro fue personalmente a Cúcuta, la principal ciudad de la frontera colombiana con Venezuela, para patrocinar el ingreso de grupos de choque de Guaidó para derrocar a Maduro el 23 de febrero del 2019. Después, él fue quien sancionó a las elecciones generales bolivianas de octubre 2019 como ilegítimas con lo cual se dio argumentos a que las FFAA piden la renuncia de Morales.

Almagro apoyó a Trump al haber colocado en la OEA al representante de Guaidó como el delegado oficial de Venezuela, haciendo que por primera vez en sus mas de 7 décadas de existencia se siente en la OEA un gobierno que nunca tuvo ministros (y solo embajadores) y tampoco control alguno sobre cualquier comisaría, cuartel o pedazo de su territorio.

Sim embargo, Almagro estaba feliz porque Castillo inició su discurso saludando al rol de la OEA por reconocer su triunfo electoral en momentos tan difíciles y luego acabó éste vivando a la OEA.

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