Iosu Perales
El maravilloso escritor Eduardo Galeano, look ya fallecido, illness escribió en su twitter hace unos pocos años: “En la época del esplendor democrático de Atenas, una persona de cada 10 tenía derechos ciudadanos. Las otras nueve, nada. Veinticinco siglos después, es evidente que a los griegos se les iba la mano con la generosidad.
Ciento ochenta y dos países integran el Fondo Monetario Internacional, de ellos 177 ni pinchan ni cortan. El Fondo Monetario, que dicta órdenes al mundo entero y en todas partes decide el destino humano y la frecuencia de vuelo de las moscas y la altura de las olas, está en manos de los cinco países que tienen 40 por ciento de los votos: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Los votos dependen de los aportes de capital: el que más tiene, más puede. Veintitrés países africanos suman, entre todos, 1 por ciento; solamente Estados Unidos dispone de l7 por ciento. La igualdad de derechos, traducida a los hechos.
El Banco Mundial, hermano gemelo del FMI, es más democrático. No son cinco que deciden, sino siete. Ciento ochenta países integran el Banco Mundial: de ellos, l73 aceptan lo que mandan los siete países dueños de 45 por ciento de las acciones del banco: Estados Unidos, Alemania, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá. Estados Unidos tiene, además, poder de veto”.
Este retrato de la realidad viene a cuento a propósito del acoso que sufre Grecia. El asunto se vuelve insoportable al escribir la lista de algunos de los dirigentes que lideran una ofensiva tan obscena como injusta:
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, está siendo investigado por haber realizado acuerdos fiscales secretos, ventajosos y propios de un paraíso fiscal, con más de 300 empresas multinacionales, siendo primer ministro de Luxemburgo; ¿cómo puede semejante tipo presidir la UE?
Mario Draghi, actual presidente del Banco Central Europeo, siendo vicepresidente para Europa del banco de negocios estadounidense Goldman Sachs, en 1999, falseó la contabilidad de Grecia para que pudiera entrar en el euro. En Bruselas todos lo sabían, pero pensaron que un país simbólico para la democracia no podía quedar fuera de la moneda única. Dragi no sólo fue un gestor de Goldman Sachs sino también socio y, por lo tanto, beneficiario de los chanchullos financieros de la multinacional. Por falsear los números el banco estadounidense se llevó un botín de 600 millones de euros. No es de extrañar que cuando en 2011 Draghi presentó sus credenciales ante el Parlamento europeo tuviera que dar explicaciones de su gestión al frente de Goldman Sachs. Naturalmente que dijo que nunca supo nada del ocultamiento de la deuda griega.
Dominique Strauss-Kahn, siendo presidente del Fondo Monetario Internacional, fue detenido y acusado de abusos sexuales. Posteriormente ha sido imputado por presunto proxeneta. Este individuo se permitió dictar medidas de ajuste insoportables a países en desarrollo, exigiendo transparencia y rigor, entre noviembre de 2007 y mayo de 2011.
Rodrigo Rato, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional entre mayo de 2004 a mayo de 2007, se encuentra imputado por cinco delitos contra la Hacienda Pública, uno de blanqueo de capitales y otro de alzamiento de bienes. Al igual que su sustituto Strauss-Kahn, desde el FMI sometió a ajustes brutales a países que apenas pueden hacer frente a la deuda externa.
Christine Lagarde, imputada por un caso de corrupción como ministra de Sarkozy. La justicia francesa acusa a la actual directora gerente del FMI de negligencia en el ´caso Tapie’ cuando era ministra de economía. En concreto adjudicó 403 millones de euros al empresario Bernard Tapie, por las supuestas pérdidas que sufrió el empresario, amigo del entonces presidente de la República. Como directora actual del FMI es responsable directa de la política de sometimiento a Grecia.
Sí, son estos personajes que muy probablemente saldrán de rositas, quienes dirigen instituciones internacionales que quieren hacer en Grecia una escabechina y están al servicio de un golpe de estado financiero. ¿Con esta gentuza vamos a hacer una Europa más justa y mejor? Estamos viviendo una burla.
Ahora bien, lo que me subleva al cubo es ese ejército de tertulianos, comentarista de todo y de nada, papanatas de un europeísmo que ni es Unión ni es Europa. Arremeten contra Grecia por pura ideología, sabedores de que el país heleno nunca podrá pagar una deuda que está 240% por encima del PIB. Se mofan de un gobierno elegido libre y democráticamente en las urnas, porque lo quieren ver derribado, sometido, arrodillado, para que cunda el ejemplo. Son, sí, mala gente, algunos “comprados” como me dijo Miguel Angel Revilla en el aeropuerto de Madrid. Son más papistas que el papa, verdaderos mamporreros de los poderosos.
Tampoco me gustan los “realistas”, los que reconocen que las cosas no van bien en Europa pero es lo que hay. Son los que tienen una visión formalista, resignada, y creen que Grecia debe pasar por el aro, aunque su deuda no pueda atravesar un aro tan reducido. No están de acuerdo con la imposición del poder financiero ni con el liderazgo chulesco de la Angela Merkel, pero al final aconsejan al pueblo griego que se apriete más el cinturón. Me da lástima tanta pobreza de espíritu, tanta obediencia, esa política no humana y tan poca audacia intelectual. Se hacen trampa a ellos mismos.
Ignoro cuál será el resultado del referéndum griego. Pero lo que sé es que hay una trama para acabar con Alexis Tsipras porque es la mala hierba que hay que cortar, el ejemplo que no puede extenderse por Europa. La resistencia griega es hoy el alma de una Europa por construir, una Europa nueva, inédita, libre de la dictadura que ejerce el capital financiero. Una Europa de la ciudadanía, liderada por personas elegidas, honestas y al servicio de los pueblos.