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La desigualdad ciudadana y anarquía

Francisco Américo Mejía

Vuelven algunos sectores a insistir en la propuesta de “voto cruzado” que consiste en que los ciudadanos puedan votar las veces que les parezca, ailment teniendo como límite el número de diputados  que se deban elegir en cada departamento, sovaldi es decir, illness los ciudadanos de Morazán podrán emitir hasta tres votos si les  parece, mientras que los de San Salvador podrían votar hasta veinticuatro veces, eligiendo tres de un partido, cuatro de otro, cinco de un tercer y así hasta completar veinticuatro, si le parece; pero bien podría votar solo por diez o solo por uno!  Se nos quiere convencer que esto sería una ampliación de le democracia.

Surge la pregunta ¿cuántos votos puede emitir un ciudadano? Estas personas esperan que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia emita un dictamen permitiendo ese tipo de medidas, que según ellos, amplía la democracia y la participación.

Un gran debate se desarrolla sobre la forma en que los ciudadanos votaremos en las próximas elecciones. Como señalamos, unos piden que se pueda votar por todos los candidatos que le parezcan o le gusten, independientemente del partido al que pertenezcan, mientras que otros mantienen que solo se puede votar por candidatos de un único partido o por un independiente, ya que esto conserva el principio de que un ciudadano solo puede emitir un voto, aunque señala sus candidatos de preferencia. La primera posición significa que un ciudadano puede emitir ¡más de un voto! Es preocupante  que se promueva la desigualdad entre los ciudadanos, ya que habrían ciudadanos que valdrían por ocho, o por cinco y otros que sólo valdrían por uno. Las normas éticas y de convivencia social nos dicen que no podemos hacer valer nuestros deseos, sino en la medida que respetamos los derechos de otros y el bienestar comunitario. Así, pese a que a una persona le gusten diez personas como pareja, no puede elegir a las diez (al menos legalmente en nuestras sociedades monógamas), la ley no permite que una persona se case diez veces, pese a que le gusten diez. El criterio sano y ético debe ser un ciudadano =  un voto, cualquier otra posibilidad crea desorden  y desigualdad.

El desorden se puede apreciar con el siguiente ejemplo. En las elecciones del 2009 para diputados, se emitieron, en los tres municipios seleccionados, los siguientes votos (igual al número de personas que acudieron a votar):

       MUNICIPIO VOTOS EMITIDOS

       Cuidad Delgado       42 423

       Ilopango       41 657

       San Marcos       27 399

Suponiendo que los votantes fueran los mismos, y permitiendo  que se vote por los que le gusten, considerando nueve partidos políticos y tres candidatos no partidarios tendríamos las siguientes situaciones, entre muchas: En el caso a- es si se mantiene un ciudadano = un voto; el caso b- es que el 50% de los ciudadanos vota por 5 partidos o por candidatos no partidarios (cinco votos por el 50% de los ciudadanos) y el resto vota por un solo candidato;  el caso c- el 20% vota por diez (10 votos por cada ciudadano), otro  20% por cinco candidatos (5 votos por cada ciudadano) y el resto por un solo candidato (un voto por cada ciudadano) y el caso d, todos los ciudadanos votan por 24 candidatos.

MUNICIPIO Caso a Caso b Caso c Caso d

Cuidad Delgado 42,423 127,269 152,723   1,018,152

Ilopango 41,657 124,971 149,965     999,768

San Marcos 27,399   82,197   98,636     657,576

TOTAL               111,479 334,437 401,324   2,675,496

Vemos que no se sabe cuántos votos válidos producen un número determinado de ciudadanos, aun con los pocos casos modelados, ya que las posibilidades pueden ser muy variadas,  lo que permitiría el “libertinaje democrático” que promueven algunos ciudadanos, organizaciones e instituciones. Lo único que sabemos que pueden ser igual al número de ciudadanos y el máximo de multiplicar el número de ciudadanos por 24. Observe que Ciudad Delgado o Ilopango pueden llegar al millón de votos!

Por otro lado se vende la ilusión que un candidato no partidario (individual) pueda cumplir sus promesas, olvidando que para tomar acuerdos se necesitan 43 votos en la Asamblea Legislativa, y hemos visto que aún los partidos políticos mayoritarios, no pueden por si solos, garantizar que se aprobarán las propuestas ofrecidas al ciudadano ¿cómo lo hará el individuo que no cuenta con apoyos políticos? Los cambios necesarios, para que existan nuevas reglas, es decir, cambios en la Constitución de la República, que posibiliten resultados que beneficien a las mayorías, sólo son posibles eligiendo mayoría de diputados de fuerzas que estén comprometidas con el cambio para que se permita entre otras reformas,  el referéndum y el plebiscito, donde se incluya la posibilidad de que la ciudadanía opine sobre el cambio de los artículos considerados pétreos y otras grandes decisiones de carácter nacional, como vender los bienes del Estado. Esto será posible si la ciudadanía vota con sabiduría en las próximas elecciones, pensando en quienes se oponen y quienes apoyan dichos cambios.

Además, no todos los partidos políticos se pueden tratar de la misma manera. Existen partidos políticos de derecha (que representan a las clases poseedoras de los medios de producción, a los grandes ricos), partidos políticos de izquierda (que representan a diversos grupos sociales de trabajadores pobres + empleados y sectores empresariales no oligárquicos) y partidos políticos que se ubican al centro (que  representan a “las clases medias”).  Existe todo un plan para desprestigiar a los partidos políticos, intensificado desde que la derecha perdió el ejecutivo, y que consiste en tratar como iguales a todos los partidos, independiente de su filiación, con el claro objetivo de evitar el avance que ha mostrado la izquierda en el país. A este proyecto se suman grupos  y ciudadanos que sólo ven la “partidocracia” y se olvidan de los “poderes fácticos”  que representan los diferentes partidos; otros más oponiendo el individualismo (el candidato independiente) contra la organización social. La fuerza de los pobres y desposeídos está en su organización de clase.

¿Cómo debe votar la ciudadanía que apoya los proyectos de izquierda?

Surgen algunas preguntas a los del voto cruzado: Como los ciudadanos del departamento de San Salvador podrían votar hasta por 24 personas, es decir, emitir 24 votos ¿se los podrían dar a un solo candidato, es decir votar 24 veces por el mismo candidato? Esta pregunta se puede extender a dar 10 votos por un candidato, 8 por otro hasta llenar 24.

La ciudadanía debe pensar, a la hora de votar, ¿Por qué los repuestos a los automotores son los más caros de Centroamérica? ¿Por qué los zapatos y la ropa están tan caros? ¿Por qué suben los precios continuamente, año con año, aunque las condiciones de producción de dichos bienes no cambien? ¿Por qué sube el precio de los frijoles, aunque tengamos cosechas record? ¿Quiénes se oponen a cambiar  las leyes que permiten estos abusos? La clave está en el número de diputados que logra la izquierda en la Asamblea legislativa, para que se puedan cambiar las leyes que perjudican a las mayorías pobres.

No aceptemos la promoción de la desigualdad ciudadana, aunque esto venga de organismos e instituciones que parecen defender la ley o los derechos humanos,  pero que están haciendo lo contrario a lo que hicieron en el pasado y están traicionando sus principios (o ¿es que tienen hoy, nuevos principios que no han confesado?) Cambiemos la situación en la Asamblea Legislativa de manera realista y necesaria a favor de las mayorías pobres del país si queremos ver cambios que beneficien a las mayorías pobres y marginadas.

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