KARL MARX

Oscar A. Fernández O.

Nace en 1818 en Treveris (Prusia). Hijo de una familia económicamente acomodada, culta, no revolucionaria. Su padre era un abogado judío. Su hermano llegó a ministro del interior y el se casó con una amiga de la infancia que pertenecía a la aristocracia. No provenía por tanto de una familia “proletaria”, aunque gran parte de su vida tanscurrió en la miseria. Esto le permitió estudiar jurisprudencia, historia y filosofía en universidades de Bonn y Berlín.

Participa en el círculo de los Hegelianos de izquierda, que se esfuerzan por extraer de la filosofía de Hegel conclusiones ateas. Aún no critica seriamente a Hegel. Escribe su tesis final sobre Epicuro (materialista de la antigua Grecia). Comienza a seguir la crítica de la teología y del idealismo que hace Ludwig Feuerbach, orientándose al materialismo.

Por esa época (1843) es nombrado redactor jefe de “La Gaceta Renana”, periódico de izquierdas que es censurado continuamente y al final clausurado por el gobierno. Tras esta experiencia se da cuenta de que sus conocimientos sobre economía política son insuficientes y se dedica al estudio de esta ciencia.

Se instala en París, donde escribe artículos para una revista clandestina, en los que se muestra más revolucionario y se dirige ya a las masas de proletarios. Un año después llega a París Friedrich Engels. Se hacen íntimos amigos combatiendo el socialismo burgués y desarrollando la teoría y la táctica del socialismo proletario revolucionario o Comunismo.

Expulsado de París por revolucionario, se instala en Bruselas (Holanda). Él y Engels se afilian a la clandestina Liga de los Comunistas, en cuyo 2º Congreso redactan el Manifiesto del Partido Comunista (1848). En él dan a conocer con brillante claridad una nueva visión del mundo, razonada con indiscutible coherencia, explicando el papel que juega la lucha de clases en la historia.

Cuando estalla el periodo de revoluciones que confirman y difunden la teoría revolucionaria marxista, Karl Marx es expulsado sucesivamente de Bélgica, Alemania y París. Finalmente, vive exiliado en Londres, en la más absoluta miseria (que mató a varios de sus hijos), puesto que había entregado todos sus esfuerzos a la causa revolucionaria.

La ayuda económica que recibe de su amigo Engels, le permite terminar su obra cumbre: “El Capital” (1867), en pleno auge de los movimientos obreros comunistas. Ese mismo año se funda la Asociación Internacional de Trabajadores, de la que fue el alma, y en la que realiza la doble tarea de unificar y a la vez combatir otros movimientos sociales: Prohudonianos, Lasalleanos semi-derechistas, Bakuninistas, tradeunionistas liberales,…

Tras la caída de la Comuna de París (experimento socialista analizado por Marx en una obra de igual título), la A.I.T. se desmorona, gracias a la escisión provocada por los Bakuninistas que discrepan de la necesidad de un Partido Comunista que unifique a las masas trabajadoras y las oriente hacia la revolución emancipadora. Su entrega e intensa actividad, minaron su salud decisivamente, hasta que en 1883 murió mientras dormía en su sillón.

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