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Joker (La obra maestra que no fue)

Carlos Anchetta,

Escritor

Uno de los retratos que quiere mostrar la película de Todd Philips, o por lo menos esa es la intención, es el dominio de las masas por parte de los medios de comunicación y del sistema en general. Por eso es chocante y risible ver a la “resistencia”, esos “intelectuales” jóvenes cambiar sus fotos de perfil y de portada de sus redes sociales por la del Joker, una acción que no es consecuente con lo que predican y critican con tanta vehemencia, a veces exagerada e insustancial. ¿No es acaso igual, es decir el mismo dominio de masas del sistema, cambiar tu foto de perfil de las redes sociales por la del payaso que dormir tres noches seguidas a las afueras de una tienda esperando que se abran las puertas para entrar a velocidad de cohete y aprovechar lo más posible el Black Friday? Nunca, jamás, dicen con el ceño fruncido. ¿Cómo va a ser igual si nosotros somos seres pensantes? ¿Cómo va a ser igual si nosotros leemos a Vallejo, a Valéry y publicamos poemas profundos en nuestros muros? A nosotros no nos domina nadie. Eso de poner la bandera francesa en nuestros perfiles por el atentado de Charlie Ebdo y la imagen de Notre Dame es por solidaridad, por humanismos. Jamás haremos lo que diga el sistema. Si vamos por donas dobles todos los septiembres es para hablar con amigos, o simplemente por salir de casa y dejar de estar aburridos. ¿Acaso es pecado comer un par de donas?, dicen iracundos. Bueno. Ahora hay que esperar un nuevo estreno audiovisual, un nuevo atentado terrorista, o que otra iglesia milenaria arda en llamas para ver la predicación de su palabra, que es, para ellos, la verdad absoluta.

Dicho lo anterior, que me resulta necesario para este pequeño comentario de Joker, paso a hablar de la película. En primer lugar, y creo que no es solo mi opinión, no creo que Joker sea una obra maestra. Le falta mucho o quizás todo para serlo. Es buena y debo de decir que me gusta, pero no puedo calificarla de muy buena o de excelente. Digamos que está bien hecha, esto si consideramos que su director venía de filmar películas como Starsky y Hutch y The Hangover. Alguien que ha sido cabeza de esos proyectos a mí, por lo menos, no deja de crearme serias dudas, por no decir otra cosa.

Creo que mi opinión estriba en la promoción que hicieron de ella, donde se decía que iba a tener esto y lo otro, algo que al final no terminó siendo. Por ejemplo, se decía que se iba a alejar de la historia de Batman, es decir, que no se iban a colgar con un producto ya hecho, uno fiable, pero sobre todo, rentable. Se centrará, dijeron, en el origen de Joker, o de Arthur Fleck, en su historia particular. Esa fue mi primera gran decepción. Está claro que los productores y los estudios no quisieron arriesgarse tanto y quizá una de las razones para que el proyecto se hiciera era hacer aparecer a la familia Wayne y al mismo Batman niño. No pude dejar de decepcionarme y de reírme en la sala con esa aparición. Una chica que estaba cerca de mi butaca me volvió a ver asustada, creyendo, quizá, que empezaba a imitar la risa de Arthur Fleck. Es que ver a los Wayne en la historia del Joker no deja de ser decepcionante y risible, pero sobre todo, facilona. Y lo peor no es que solo aparecieran sino que tuvieran una gran relación con el origen sanguíneo de Arthur Fleck. Eso sí fue lo peor. Está bien que aparecieran en la televisión, que se mencionaran, de seguro una preocupación de los productores para que la película fuera rentable, pero que tuvieran afinidad sanguínea Arthur Fleck con los Wayne es lo más ridículo que pudieron hacer, sobre todo cuando venían pregonando que esta era una historia independiente. Ahora resulta que Bruce Wayne y Arthur Fleck son hermanos, o medios hermanos, o primos, en fin, seres con el mismo ADN. No quiero ni imaginarme en las próximas entregas de la franquicia cuando Batman y Joker se enfrenten. Quedará la sensación de que no pueden hacerse daño del permitido porque al fin y al cabo son familia.

Desde la aparición de los Wayne deja de ser una historia original y pasa a ser una adaptación. Y esa es otra falencia de la película: el guion es por demás débil y facilón. ¿Qué es lo más difícil para un escritor, llámese este novelista o guionista, cuando se enfrenta a la página en blanco? No es otro que la creación de personajes, tanto principales como secundarios, sin mencionar el hecho de que si a toda la pieza se le imponga la carga de un personaje protagonista. ¿Cuál es la otra gran preocupación de un escritor una vez tiene claro el perfil y psicología de su personaje principal? Un ambiente propicio, una atmosfera adecuada, un escenario idóneo donde fluya sin atascadero. Estaba claro que aquí esas dos preocupaciones ya estaban solventadas. El Joker es un personaje hecho y bien definido por lo cual no había necesidad de crearlo, algo que le facilita casi todo el trabajo a un escritor. El escenario también ya estaba hecho. Gothan es un gran decorado, uno casi interminable e inagotable, donde se puede hacer caminar, correr, en fin, hacer cualquier cosa un personaje, sobre todo si este se hace llamar Joker y está mentalmente desequilibrado.

No acostumbro hablar de la capacidad de otro escritor pero aquí amerita el caso. Los guionista de Joker hicieron un trabajo de relleno, uno que cualquier hubiera hecho quizá con más creatividad e ingenio. Con el personaje y el escenario en la mano, solo había que poner un par de episodios que no rompiera el hilo conductor para el final caótico que pensaban darle, y eso fue lo que hicieron finalmente. Primero le pusieron un nombre al personaje. Este tenía que ser de las clases bajas, un marginado, pero aún más, pusieron un justificante para su locura, la falta de acceso a su medicamento. ¿Por qué un criminal tiene que tener un justificante? Los verdaderos, los más reales, no tienen justificante, no hay explicación a su sadismo, se comportan así desde la cuna. El Joker es Joker hasta hoy porque ha sido un hijo de puta sin medias tintas y aquí romantizaron su locura. Ya sabemos lo que ocurre después o por mejor decir, a lo largo de la película, una escena de relleno aquí y allá, unos personajes de relleno de este lado y del otro. Todo con el fin de llegar al clímax, esa escena donde se erige el héroe o el antihéroe, una representación del descontento de todos los oprimidos del mundo, un ladrillo a la cara del sistema, como oí que dijo alguien por ahí.

No hace falta mucho para las grandes veladas de premios y no es de extrañarse que Joker reciba muchas nominaciones para las categorías principales. De todas ellas, me temo que si eligen a los guionistas como vencedores será un error y una falta de respeto para los otros escritores nominados. El trabajo de estos guionista es débil y facilón, a veces muy flojo. Yo le digo un trabajo de relleno y poco original, y si tanto quieren hacerlos subir a los escenarios, sería como guion adaptado no como una historia original. Pero bueno, veremos qué pasa en unas semanas.

Debo recalcar que la película me gustó y me la pasé muy bien. Y eso fue por la buena dirección, a veces con guiños al cine independiente, pero sobre todo por la formidable actuación de Joaquin Phoenix, aunque a veces sobreactúa, sobre todo cuando corre. La interpretación de Phoenix es lo mejor de la pieza y eso ayuda a engullir todo el decorado sin alteraciones. Me hubiera gustado ver más violencia, así como tanto habían anunciado. Hijos revelarse contra sus padres, mujeres contra sus abusadores, niños contra religiosos pederastas, un auténtico caos, una verdadera y genuina anarquía. Ver el asesinato de un par de policías en el metro y a muchos vestidos de payasos en las calles donde le prenden fuego a los locales del comercio y a los coches, no es nada nuevo y cae en lo poco original, si consideramos la advertencia de que sería un film desgarrador, subversivo, casi insoportable por su extrema violencia. Me temo que hay muchas películas más donde sí se muestra un verdadero caos social y espiritual.

Para terminar debo decir que Joker no es una obra maestra, por lo menos no hasta el día de hoy. No sé si el tiempo será condescendiente con ella y consiga posicionarse como una auténtica película de culto. Hay obras que desde el principio lograron encender la llama, una que no se apaga a lo largo del tiempo. Otras nacieron así y poco a poco su lumbre se fue extinguiendo a tal punto de no quedar siquiera las cenizas. No sé qué será de Joker con los años. Mi opinión ahora es que no es una obra maestra. Veremos qué dice el implacable arcano, ese que nunca duerme ni mucho menos sueña.

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«Esperanza». Fotografía: Rob Escobar. Portada Suplemento TresMil