Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino
Human Rights Watch (HRW) informó este viernes que agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) han revelado prácticas abusivas que han dado lugar a detenciones arbitrarias y abusos de poder, esta información se sustenta en entrevistas realizadas a oficiales y documentos internos de la institución policial.
HRW realizó varias entrevistas a agentes de policía. La organización pro derechos humanos reveló que agentes de la PNC dijeron que muchas detenciones durante el régimen de excepción promovida por el gobierno de Nayib Bukele fueron resultado de la presión para cumplir con cuotas diarias de arrestos y se basaron en pruebas no corroboradas o fabricadas.
Describieron detenciones motivadas por el simple hecho de que “una persona tuviera un tatuaje de cualquier tipo, por información falsa incluida en fichas policiales y por llamadas anónimas no verificadas”.
Es de recordar que, en marzo de 2022, la Asamblea Legislativa, a petición del Ejecutivo, aprobó el régimen de excepción, desde entonces se ha mantenido y se han detenido a más de 86 mil presuntos pandilleros; pero entre ellos a miles de personas que nada tienen que ver con pandillas.
HRW entrevistó a 11 agentes de policía, quienes tienen entre 9 y 31 años de servicio. Nueve de ellos son miembros activos de la policía, mientras que los otros dos conocen la institución en profundidad y mantienen buenas relaciones con policías actualmente en servicio.
“Aunque los policías describieron los serios problemas de seguridad que representan las pandillas y reconocieron mejoras notables en la seguridad, también denunciaron las prácticas que, según ellos, se vieron obligados a adoptar por presión de sus jefes”, comentó HWR. Los agentes relataron a HRW que a menudo eran reprendidos cuando no cumplían con las cuotas diarias de arresto.
Los oficiales entrevistados dijeron que no podían terminar sus turnos, comer o descansar en las delegaciones hasta que cumplieran su cuota de arresto. Negarse a detener a alguien o expresar preocupación sobre la falta de pruebas para detenerlo frecuentemente resultaba en amenazas de traslados a puestos no deseados o incluso acusaciones del delito de “incumplimiento de deberes”, relataron los agentes. En algunos casos, según relataron, los agentes fabricaron las fichas policiales para justificar una detención.
Los policías les dijeron que muchas acusaciones recibidas a través de llamadas anónimas resultaron ser falsas y estar basadas únicamente en conflictos personales, pero aún así, detenían a la persona denunciada.
“Teníamos identificados a los pandilleros. El problema es que, cuando huyeron a las montañas, los jefes ordenaron cuotas de detención. -Van a detener a cinco personas, no me importa por qué las detengan-. En la formación de las 8 a.m., daban la orden de que una patrulla debía realizar cinco detenciones. La orden estaba dada y venía desde arriba. Algunos compañeros no aceptaban; otros, sí”, dijo uno de los agentes entrevistados por HRW.
“Las jefaturas les pedían (a los agentes) cuotas diarias de personas detenidas en delegaciones. Si alguien “tenía mala cara, lo detenían”, dijo un agente. “Si no lo hacíamos, nos amenazaban con meternos presos por incumplimiento de deberes. Al final, terminábamos haciéndolo por miedo”, comentó otro agente.