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Evelyn García ya se encuentra en España. Foto Diario Co Latino/Cortesía.

“Es más difícil no poder ver a mis hijas que subir al pódium”: Evelyn García

Rolando Alvarenga
@Bachiboxx55

Más allá de lo deportivo, Evelyn García, ciclista salvadoreña, tuvo una prueba de fuego desde que se estrenó como madre, ya que vivió una odisea para volver a su residencia en España.

García pasó varada en Medellín, Colombia, donde realizaba una base de entrenamiento, debido a la pandemia del COVID-19.

Por tal razón, Diario Co Latino contactó a la ciclista para conocer algunas impresiones al respecto.

¿Cuál considera la prueba más difícil, no poder regresar al seno hogareño o no poder subir al pódium olímpico?

Obviamente, lo más difícil es haber estado tantas semanas sumida en la incertidumbre de no poder volver a España para estar al lado de mis gemelas (Mariana y Ariadna, de seis años), pues al final, y para subir a un pódium, usted sabe que está trabajando y esforzándose al máximo uno puede lograrlo; pero, en este caso, el haber estado varada, y salir de Medellín, no dependía de mi capacidad. Más bien, había una serie de factores a un apoyo interno y externo de tantas personas ayudándome para retornar.

– ¿Qué fue lo más difícil en el lapso del tiempo que estuvo varada?

Más que todo, y al inicio, tener la fortaleza mental para aceptar que se venía una prueba muy difícil, con varios factores entrando en juego. Durante la cuarentena, que fue a nivel mundial, yo entrené unas siete semanas, estaba en el hotel y salía cada quince días.

Fue duro, pero nunca perdí la fe en que terminaría saliendo en un vuelo humanitario. Al final, fue ir sobreviviendo cada semana y, cuando se reaperturó el deporte, me ayudó un montón porque hasta cierto punto es mi trabajo y lo que yo sé hacer, me gusta hacer y lo que me apasiona hacer. Obvio, la bicicleta me ayudó un montón a poder llevar los meses bien, porque me permitió trabajar bien.

-¿Cómo se mentalizó para no desmoronarse espiritual y psicológicamente?

Fue muy difícil, porque en esto del deporte uno está acostumbrado a estar un par de meses fuera de casa y es lo normal.

Sin embargo, ahora, con el caso de mis hijas gemelas, era diferente porque yo viajé a Medellín para una base de dos meses, pero en el camino surgió lo de la pandemia y cuarentena, dando inicio a un clima de inédita incertidumbre que se convirtió en el principal reto del día a día.

Fue un desafío que debí asumir con positivismo y fortaleza mental y el recuerdo de ellas, verlas en la cámara diariamente y saber que estaban bien, me ayudó mucho para mantener la fe y salir adelante.

– ¿Cómo fueron las horas cruciales del retorno a casa?

El martes anterior, y tras ser notificada de que había sido incorporada a un vuelo humanitario, me trasladé de Medellín al Aeropuerto El Dorado de Bogotá y de allí, en un vuelo directo de nueve horas a Madrid, Barajas, llegando a las 2:00 p.m. del miércoles.

Por motivos del protocolo sanitario y porque mi maleta con la bicicleta tardaron en llegar a mis manos, salí cuatro horas después hacia Linares, Andalucía, llegando como a las 8:00 p.m. a casa.

Allí, se produjo el tan esperado, emotivo y eufórico reencuentro familiar, pero sin besos, ni abrazos, porque tenía que bañarme primero y después con la protección del caso, vinieron los abrazos con lágrimas incluidas. La pesadilla había terminado y esa noche, mientras estábamos en cama, mis chicas no podían creerlo. ¡Gracias a Dios!

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