Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
Una de las carreras menos valorada en el mundo es la profesión de enfermera, palabra del latín “infirmus” (los menos fuertes), tan antigua como la humanidad, ya que siempre se necesita de ellas cuando se está delicado o herido.
Existen varias teorías que datan de la Edad Media; en la que esta profesión era realizada por mujeres sin formación al respecto, quienes practicaban como parteras o nodrizas. Por otra parte, el cuidado de los enfermos estuvo asociado a las religiosas, que atendían a los mismos.
La historia reconoce a Florence Nightingale como “Madre de la Enfermería Moderna”, ya que ésta se destacó por sus servicios en la guerra de Crimea, fundó la Escuela Florence Nightingale para enfermeras en Londres, en 1861, en donde se adoptó el uso del uniforme que las caracteriza.
En Santa Tecla se contó con enfermeras que descollaron por su labor humanitaria, quienes se ganaron el cariño y respeto de los ciudadanos; entre ellas doña Blanca Esperanza Rivera Valle (+), conocida como Esperancita Rivera.
Doña Esperancita realizó sus estudios en el Colegio Santa Inés, de esta localidad, ingresó a la extinta Escuela Nacional de Enfermería donde se gradúo de esta profesión; ejerció su vocación de manera independiente, por lo que realizó visitas domiciliares donde era requerida.
Fue la enfermera de cabecera de las prestigiosas familias Guirola y Gallardo, entre otras, con quienes viajó a Estados Unidos y Europa atendiendo sus necesidades de salud; además de ejercer como partera de forma ocasional.
Doña María Angelina Parada de Alfonso (+), quién practicó la enfermería de manera autodidacta; ejerció de forma domiciliar aplicando inyecciones, sueros e incluso recetando medicamentos, en casos excepcionales atendió partos.
Fue la enfermera del ingeniero René Escalante Orozco (+) y doña Tita de Petrochelli (+). Utilizó vestimenta adecuada a su quehacer, así como una estricta asepsia a sus instrumentos de trabajo.
No puede dejar de mencionarse la labor de otras profesionales de la salud, como Antonia Lemus, María Ofelia Peña, Dina Quiteño, Glorita de Guerra. Así como a otras que pertenecieron a la Sanidad: Adela Martell de Merino, Carlota López de Flores, doña Fita, la señora Cardona, entre muchas que, sería difícil mencionarles a todas.
¡Felicidades enfermeras salvadoreñas!
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