EL OCTAVO AGUJERO

A Rayas Foltarbi, sale Miabe  da Le Mez (R. F. M .M)

Adán Figueroa Acosta
Escritor y médico

Había sido un ateo empedernido. Toda su vida se la ha pasó fregando, ambulance disfrutando de los placeres  que Baco  proporciona, incluyendo por supuesto los placeres eróticos sexuales, que, aunque no lo se  a ciencia cierta, es posible que sea más verdad que ciencia. Ocasionalmente trabajaba, pero sí, siempre escribía.  Aún en las malas condiciones  de salud en que se encontraba, Foltarbi(Gilberto) seguía escribiendo y lo hacía como le daba su regalada gana, sin tapujos; por eso en algunos de esos momentos oscuros que tuvo durante su prolongada estancia hospitalaria, posiblemente pensó estaba pagando. Pero no, son las cosas de la vida, de los médicos o sus familiares que todo se nos complica y está escrito en alguna parte, tal vez en las Pirámides de Egipto o en el Peñón de Cayaguanca, en Chalatenango: “Médico o pariente de médico tenía que ser….”
Casi dos meses llevaba de sufrir esa enfermedad que lo había agotado tanto, daba un paso para adelante y otro para los lados buscando en que apoyarse. El tiempo en que se decía “Ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso, había pasado .Ya no llegaba a tiempo a su trabajo y cuando lo hacía llegaba al sitio equivocado. La causa estaba lejos de determinarse, pero tomó la decisión correcta: hacerse el chequeo completo, incluyendo la biopsia del pulmón y esa fue la razón, causa de su suplicio y del octavo agujero por donde expelía aire.
La primera vez que entró al quirófano todo salió bien, hasta él, pero a los pocos días se descubrió que en el pulmón donde se había tomado la muestra para el análisis, había una fuga de aire. Una fístula bronco pleural, le dijeron. Así pasó conectado a un tubo esperando que ese pequeño agujero se cerrara solo y se cerró pero temporalmente. Mejoró y se fue para su casa. Pero más tardó en llegar que en descubrir que con una tosida que daba, empezaba a salirle aire por el octavo agujero y era tan problemático que el aire  le iba disecando la piel del tórax y del brazo del mismo lado. De nuevo se ingresó.
•No se preocupe doctor, le dijo la enfermera. Aquí esta su cama. La misma cama y el mismo cuarto. Era el paciente C1, C35, cirugía uno, cama treinta y cinco., pero le decían el C35.
•Gracias señorita, le dijo, es usted muy amable.
Le colocaron otro tubo para drenaje del aire y fue de nuevo a su casa. Claro, previamente fue entrenado para estarse extrayendo con una  jeringa el aire que se le escapaba del pulmón. Y así pasó para dentro y para fuera.
•Hay viene otra vez el  C35, decían.
•Ya se va el C35.
Sus amigos cuando preguntaban por su salud, expresaban irónicamente: es que dejó de chupar, seguramente es castigo de Baco. A esa edad, hay que hacer las cosas con calma, dejar la bebida poco a poco.
Un día, Edén su amigo el neumólogo, lo llegó a visitar. Saludó a todo el personal que estaba en la estación de enfermería.
•Viene a ver al C35 doctor, le dijeron.
•Claro señorita, ¿puedo pasar?
•Pase usted, ahí está en el lugar de siempre, con su libreta y lapicero en mano.
•¿Y es cierto que es poeta?
•Y de los buenos, le dice el doctor ya casi entrando al nuevo recinto literario con restos de fachada de hospital.
Cuando el amigo ingreso al  pequeño cuarto,  medio oscuro y solitario, no vio nada. ¡Enfermera, enfermera, venga por favor! El paciente no está.
•¿Que habrá pasado?, ¡Santo Dios!, dijo la enfermera, si por la estación no ha pasado y ningún paciente ha salido.
•¡Foltarbi, Foltarbi! ¿dónde estás?
Después de varios minutos de entrar y salir del cuarto y buscar por sus alrededores, Edén escuchó una voz apagada, suave y carrasposa.
•Hermano, aquí estoy, ¡arriba! ¡miren hombre!, no jodan, miren al cielo.
Todos quedaron quietos, estupefactos. Efectivamente, Foltarbi, el poeta flotaba y se había detenido en el cielo bajo el techo del hospital.
•¡Médico tenía que ser!,  para que nos pasara esto, dijo la enfermera.
Inmediatamente buscaron una escalerita y empezaron a bajarlo poco a poco. Estaba bien inflado. Ahora si volvió a ser el gordo de antes, expreso otro colega que había llegado en su busca. Se globalizó el compañero.
Todo el aire  que se le escapaba por el octavo agujero, se desvió y fue disecando y metiéndose entre la piel hasta hacerlo flotar. Estaba irreconocible.
Rápidamente fue llevado a una sala especial para tratar la nueva complicación surgida.
Después de varios días de estar  recluido en máxima seguridad y habiéndose observado mejoría, el grupo de médicos tratantes decidió  una nueva cirugía que definitivamente le solucionaría el problema del octavo agujero. Y así fue. Se le programó la operación y en la cabecera de su cama se puso un pequeño rótulo que decía: ayuno por cirugía.
Foltarbi ya le había pedido a la enfermera que le quitara ese rotulito, porque no le gustaba. Nunca explicó el  ¿por qué? Simplemente se lo pedía.
•No es necesario señorita, le decía. Si aunque me ofrezcan  comida, yo sé perfectamente que no debo tomar ni comer absolutamente nada.
•Disculpe doctor, le dijo, pero así son las reglas y con usted es mejor realizar todo como debe de ser. Mire lo que nos acaba de pasar.
Foltarbi ya no insiste, pero por la tarde cuando Edén lo visita de nuevo le comenta sobre el rotulito.
•No me vas a creer Edén. Pero cuando veo hacia atrás y de reojo, en ese rótulo leo que dice INRI.
•No fregués Foltarbi, ya se te arruinó la cabeza también. Eso que estemos en la época de Semana Santa no quiere decir que te van a crucificar. Es una cirugía pequeña la que te van a hacer. Claro, siempre hay riesgo, pero no te preocupes. Te aseguro que esa va a ser la cura de todo tu problema, la del octavo agujero.
•¿Crees de verdad que se solucione todo?
•Si hombre, tranquilo mejor seguí escribiendo.
•¿No crees que pueda ser alguna señal?
•Claro que es una señal. Debes de tener fe, confianza que todo va a salir bien. Además estás en buenas manos. No te aflijás ni te preocupés por tonterías.
•Va pues, pero no sería malo que  le pidieras a la enfermera que lo quite.
•¿Sabes que quiere decir INRI?, le dijo Edén
•Bueno es lo que le escribieron a Jesús en la cruz.
Sí, pero ¿Qué significa? Mirá INRI, quiere decir: Jesús de Nazaret Rey de los Judíos, pero escrito en latín es  IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM    y a vos Foltarbi, lo más que van a poner en tu cruz  es  “R.F.M.M.”
•¿Y qué significan esas iniciales?
•¡Aaaah!  quieren decir: Rayas Foltarbi, Miabe da Le Mez. En buen cristiano, Reyes Gilberto Poeta de La Paz.
•No está mal, nada mal. Me parece.
•Y así se escribe en latín.
•No, eso es Mal Espín.
•Mal Espín, repite dubitativo ¿Y eso qué es?
•Lee, le dice Edén. Hay te queda de tarea.

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