Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
El senador estadounidense James McGovern en una reflexión a treinta años del asesinato de los Mártires Jesuitas y de las víctimas de la Masacre de El Mozote exhortó a los gobiernos de los Estados Unidos y de El Salvador, a liberar la información que resguardan de las operaciones militares ejecutadas durante el conflicto armado de los años ochenta, para brindar a las víctimas un resarcimiento de verdad y justicia.
“Muchos dicen querer ayudar, pero muy pocos ayudan. El ejército salvadoreño guarda sus archivos y alega absurdamente que no existen archivos, aún el gobierno de los Estados Unidos que podría tener información útil en su archivo militar se rehúsa a moverse en favor de estas familias. Creo que no falta información, creo que el gobierno de El Salvador y las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, muy involucradas en la guerra de El Salvador, tienen la obligación de decir la verdad. Han pasado ya años, ahora ya es tiempo de ayudar a estas personas que quieren saber el paradero de sus seres queridos.
No creo que falte información, creo que falta buena voluntad, una falta de empatía (con las víctimas)”, señaló.
El senador estadounidense manifestó su apegó a las enseñanzas y el trabajo pastoral de los sacerdotes Jesuitas, de quienes, afirmó profesar la manera de elevar el compromiso con los más desfavorecidos y las víctimas de la violencia del país y el mundo, al urgir una sociedad menos consumista y más solidaria.
James McGovern recibió un doctorado “Honoris Causa en Derechos Humanos”, que fue entregado por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), luego del trabajo junto al congresista John Moakley, que fueron asignados en la comisión del Congreso de los Estados Unidos, para investigar la muerte de los seis sacerdotes Jesuitas y sus dos trabajadoras.
En su intervención recalcó su acercamiento con el trabajo del padre Segundo Montes, que le permitió contar después con una visión más amplia y real sobre la situación migratoria de la población salvadoreña durante el conflicto armado, y cómo esa información permitió la creación del TPS (permiso temporal), y como la vida de estos seis Jesuitas, así como Elba y Celina han marcado su vida para siempre.
“Yo comento la historia de CONABÚSQUEDA porque nos recuerda que cada paso que damos, nos acerca más a la justicia, tal vez no lo resolvamos todo, pero algo que nos enseñaron los Jesuitas, es que estamos para mejorar las cosas y muchas personas han dicho cosas bonitas (del país), pero si algo nos han enseñado los Jesuitas, es que esto se demuestra con acciones y que clase de acciones”, subrayó.
Sobre el caso de la masacre de El Mozote, Mc Govern sostuvo que si las autoridades el Ejecutivo quieren mostrar avances en materia de justicia, en donde los victimarios “rindan cuentas” de lo sucedido ese diciembre de 1981, solo tenían que abrir los archivos de los operativos militares.
“Liberen los archivos que están en manos del gobierno en la Fuerza Armada y punto, porque el juez los ha pedido y no se los han dado. El gobierno dijo (recientemente) que los iba a compartir y no lo ha hecho, y así sigue la imposición de la impunidad a pesar de las declaraciones de buena voluntad. Si creen que las familias deben tener el derecho a saber la verdad de lo que sucedió, a encontrar los restos de sus parientes, pues entreguen los archivos que podrían ser relevantes para recuperar estas historias y no es así que se terminan las mentiras y el dolor de las familias, hace falta trabajo duro y acción”, manifestó.
En cuanto al involucramiento del gobierno de los Estados Unidos, durante el conflicto armado, el Senador McGovern urgió a mover esfuerzos para obtener información militar, que sería vital para resarcir justicia a las víctimas del conflicto armado en El Salvador.
“El trauma que han sufrido las familias, el trauma que han sufrido las comunidades de El Mozote y otros casos, es de millones de salvadoreños y es un trauma de El Salvador, pero también es trauma de los Estados Unidos, el dolor y el sufrimiento de este país, porque viene por causa directa o indirecta de las acciones de los Estados Unidos; entonces tenemos el deber moral de tratar las heridas del pasado y resarcir los daños, y una forma sería terminar con la impunidad de oficiales que cometieron violaciones a los derechos humanos”, puntualizó.