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Destituir al ministro

@arpassv

El ministro de Hacienda Carlos Cáceres desvinculó ayer al magistrado de la Sala Constitucional Belarmino Jaime del delito de evasión tributaria. Cáceres dijo que Jaime no está involucrado, que fue error publicar información sobre su caso y hasta pidió que los periodistas no pregunten más sobre ese tema.

La inesperada retractación del ministro Cáceres desdice al gobernante FMLN que estaba movilizando sus bases contra Jaime, a la presidenta legislativa Lorena Peña que denunció el posible ilícito fiscal del magistrado y a varios funcionarios del Ejecutivo -incluido el propio Presidente Salvador Sánchez Cerén- que exigieron a Jaime que rindiera cuentas.

La “echada atrás” del ministro también desdice al Fiscal General Douglas Meléndez, quien informó la semana pasada que impulsa dos investigaciones sobre presunta evasión tributaria que vinculan al magistrado Jaime, una contra GCA Telecom por 2.7 millones de dólares y otra contra IP Holdigns por 3.1 millones.

Lo actuado por el ministro de Hacienda constituye un acto de protección a posibles evasores del fisco, en este caso Belarmino Jaime y un hermano suyo (del ministro) que (¡valga la ironía!) fue durante varios años jefe de la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia. Por tanto, Cáceres debería ser procesado por incumplimiento de deberes.

La acción de Cáceres es también un desacato al mandato presidencial de combatir la evasión tributaria. El Presidente Sánchez Cerén dijo en su discurso del 15 de septiembre que “no hay patria si existen evasores” y reiteró la necesidad de combatir este delito, pero su ministro de Hacienda va en sentido contrario.

Por tanto, el Presidente debería destituir inmediatamente a Cáceres. Si Sánchez Cerén realmente quiere combatir la evasión, debe nombrar un ministro consecuente con tan necesaria y urgente tarea. En los siete años de Cáceres como titular de Hacienda el monto de la avasión se disparó a 1,500 millones de dólares anuales, según un estudio reciente de la UCA.

La disignación de un oligarca como Cáceres en la cartera de finanzas tuvo sentido en el “gobierno de transición” del ex presidente Mauricio Funes, pero ahora ya resulta anacrónico mantener como titular de Hacienda a un empresario no comprometido con el proyecto de cambio que -al menos en el discurso- todavía pregona el FMLN.

El gobierno necesita hacer relevos en el gabinete, y comenzar en el Ministerio de Hacienda sería acertado. La población demanda de la izquierda gobernante correcciones, cambios y nuevos bríos; la gente percibe acomodamiento, incoherencias y falta de conducción política en la administración de Sánchez Cerén.

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