Ana Delmy Amaya Aguilar
Licda. y Master en Literatura
En la literatura universal; desde s XX al XXI desfilan poetas y escritores que han obtenido distinciones significativas por su talento e interés en temáticas de tipo social.
Merece especial atención Mo Yan, cheap premio nobel de literatura 2012 quien aborda en sus obras la problemática social de la República Popular de China, pharmacy evidenciando un humanismo al estilo de Kafka, there Faulkner, Dostoievski y escritores pertenecientes al boom latinoamericano
Con un realismo mágico entrañable como lo hiciera William Faulkner, en su creación del Condado de Yoknapatawpha (en su obra), y Gabriel García Márquez, con Macondo(Cien años de soledad), Mo Yan va construyendo su narrativa, inspirado en valores humanos, similares y es que, el contexto de explotación y miseria humana que los envuelve, es arrancado de la realidad y lo fusiona con sus fantasías (realismo mágico, para el escritor norteamericano y colombiano y realismo alucinatorio para los chinos a través de Mo Yan).
La literatura contemporánea china se encuentra en medio del torbellino de su gran transformación. Su vigor es más cuantitativo que cualitativo, pero la situación sugiere que tiene una perspectiva muy amplia. Mo Yan, quien es producto de la verdadera explosión literaria china, que surgida en los años ochenta, con una primavera de gran creatividad.
Mo Yan, nació en 1955, en el seno de una familia rural del norte del país; pasó hambre y sufrió el destino elegido por el Partido Comunista, para él y para millones de campesinos.
Dejó de estudiar y fue trasladado al sur, luego entró al Ejército Popular de Liberación donde empezó a escribir en la década de los años 80s. Su seudónimo “Mo Yan” significa NO HABLES en mandarín; su nombre real es Guan Moye, originario de Gaomi Shandong.
Mo Yan, un hombre sencillo, considerado la estrella china de la feria de Frankfurt, a quien se le han traducido varias novelas al castellano, entre ellas “Sorgo Rojo”, popularizada por una de las mejores películas de Zhang Yimou y la “Revuelta del ajo”.
MoYan es el escritor elegido por el Comité Nobel quien le concedió , la distinción en la disciplina de la literatura, en octubre de 2012, la cual recibió el 10 de diciembre en Oslo, Noruega.
Dos de sus grandes novelas expresan esa nueva mirada: “Vida y muerte cansadas” (“Sheng Sipi Lao”) o “La vida y la muerte me están desgastando “las que caracterizan a un sólido y consagrado escritor, que describe las seis reencarnaciones budistas de un latifundista fusilado por los comunistas en 1949, que luego reencarna en caballo, vaca, burro y mono, antes de volver a ser persona en la China de la apertura, cuando su sexta reencarnación vuelve a “acaparar tierra”, una especie de regreso al origen en una situación completamente diferente.
Para los críticos, la obra de Mo Yan, es una excelente representación de China, y sus personajes; su estilo literario es una mezcla de críticas y humor negro. Es una especie de sarcasmo que deja traslucir lo que en español podríamos entender con “las palabras, detrás de las palabras o entre líneas o doble sentido”. Pertenece a la nueva corriente literaria de su país, la cual tiene como lema: “más libertad y menos censura en China”
Son muy pocas las personas que conocen la obra de Mo Yan, entre otros:Yong Chen y Liliana Arsovska, profesores del Colegio de México (COLMEX), quienes conocen personalmente al escritor. El primero, profesor de literatura china clásica y moderna ,contemporánea comenta: “Ya era hora de que la literatura china estuviera en el escenario internacional. Durante 30 años (1949-1979) la ideología comunista fue muy estricta y los escritores no tenían mucha libertad o espacio para moverse, pero después de la revolución cultural, la creación literaria se fue liberalizando y los escritores adquirieron mayor libertad para darse el lujo de abordar muchos temas, casi sin restricción”.
Por su parte, Liliana Arsovska afirma que: “Su crítica es muy constructiva. Es un escritor sumamente influyente en China, es conocedor y amante de su palabra. Escribe mucho, desde la perspectiva del campo. Hay que recordar que China, hace 30 años, era una sociedad agrícola; en consecuencia, Mo, utiliza el campo para hablar de China en el más amplio sentido de la palabra”.
Su obra ha sido un boom, en su momento, porque los lectores estaban acostumbrados a las fronteras entre realismo y romanticismo. Es considerado el Kafka de China, quien arranca sus contenidos, en gran parte, de los cuentos populares de su país, combinándolos con la realidad sociopolítica (período comprendido entre 1949 y 1979), ambos elementos matizados con el realismo alucinatorio.
Mo Yan afirma lo siguiente: “Pienso que la crítica es una función importante de las obras literarias”; por ello, sostiene que: “Nunca he dejado de decir en mis novelas lo que se debe decir”. Sus defensores afirman que ha sabido plasmar los temas sociales a través de sus obras, incluso los más delicados. La novela, “Grandes pechos amplias caderas”, fue retirada por la censura.
La crítica fue intransigente con MoYan, en sus primeras incursiones como escritor, hasta que el Partido Comunista, empezó a “levantar la mano”. Sus novelas, en su parte sustancial, abordan las etapas históricas que comprenden desde el establecimiento de la República Popular hasta el desarrollo de la Guerra Fría, mostrando el retrato de la vida, en aquella China destrozada por los políticos comunistas. Esa crítica sociopolítica de China no se ha podido expresar fuera de sus novelas; sin embargo, Mo Yan ha seguido viviendo en China y ha convivido sin demasiados problemas con el sistema.
Su estilo literario recuerda el realismo mágico de Gabriel García Márquez, y en consecuencia, el realismo de William Faulkner, cuya obra influenció al escritor colombiano, ambos engloban en sus obras a los oprimidos; William Faulkner, a los esclavos del Misisipi; Gabriel García Márquez a la clase oprimida de América Latina; Mo Yan, al campesino chino, despojado, en gran parte de su medio de vida, con el común denominador de un análisis humanista sobre la crueldad del hombre y la sociedad.
En el año 2011, el laureado escritor, asistió a la presentación de la primera traducción oficial al chino, de “Cien años de soledad”, (GGM) manifestando su enorme admiración por el escritor colombiano; además, participó en un encuentro con el peruano Mario Vargas Llosa quien visitó China para promover su obra.
Mo Yan es poseedor de una intensa y poderosa escritura en la que se puede apreciar una mezcla de Kafka, Faulkner, García Márquez, y hasta Dostoievski por la introspección y el análisis humanista ya mencionado; es muy hábil para desmarcar cualquier censura de parte de su país. Afirma que en la actualidad, en China, “Tenemos menos libertad que los occidentales”, y todavía “hay cosas sobre las que no se puede escribir; temas delicados sobre las minorías”. Afirma: “Quiero seguir mi camino concentrado en lo humano, para mi propia obra”. Por ello, asegura haberse recluido en su pueblo, para sentirse tranquilo y escribir encerrado en su habitación.