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Debe quedar bien con el pueblo, con su grey, no con el presidente Bukele

Hace menos de diez días, el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas manifestó que el Arzobispado no permitiría el ingreso al señor Juez de Instrucción de San Francisco Gotera, Jorge Guzmán, y su equipo, para que revisaran los archivos relacionados con las denuncias que las víctimas de la masacre de El Mozote y lugares aledaños interpusieron en esa sede clerical, en la década de los 80 y 90.

La postura del señor arzobispo, seguramente, iba en la línea de hacer lo mismo que ha ordenado el presidente Nayib Bukele en todas las sedes militares, de no permitir que la autoridad judicial realizara las diligencias previamente ordenadas en las instalaciones militares. Es decir, monseñor Escobar Alas imitó al señor presidente de la República, seguramente para ganarse la gracia del gobernante.

Lo mismo hizo el señor arzobispo al opinar sobre los 29 años del aniversario de la firma de la paz, que el presidente Bukele ha calificado como “una farsa”.

Obviamente, el señor arzobispo, si bien no utilizó el mismo término del presidente para descalificar el Acuerdo de Paz, que puso fin a los doce años de guerra civil, sí lo hizo de forma peyorativa o restándole la importancia histórica pero, sobre todo, lo logrado tras la firma de la paz, en términos institucionales y de apertura democrática.

Sin embargo, el arzobispo dio un giro de 180 grados, el lunes pasado, cuando permitió que la autoridad judicial y su equipo ingresaran al archivo del Arzobispado a revisar la información.

“Al contrario, lo esperamos para que lleve a cabo la inspección que quiere hacer y vamos a apoyarle con la copia certificada de los documentos que él requiera”, declaró el arzobispo Escobar Alas a la prensa, al aceptar la intervención del juez y su equipo.

Es importante señalar que el cardenal Gregorio Rosa Chávez acompañó al arzobispo, por lo que creemos que fue el cardenal quien orientó adecuadamente a su arzobispo, para que no hiciera lo mismo que el Ejecutivo ordenó en los cuarteles.

El propósito del señor juez de Gotera es buscar toda la información necesaria sobre los hechos ocurridos en diciembre de 1981 en El Mozote y lugares aledaños, donde hubo una matanza de más de mil personas. Entre las víctimas hay, de acuerdo al trabajo de los forenses, cerca de tres centenares de niños y niñas entre los cero años a los 15, así como adultos mayores y mujeres embarazadas.

La diligencia en los archivos está relacionada con un juicio que se le sigue en Gotera a los oficiales en calidad de retiro que formaron parte del alto mando militar en 1981, desde donde se presume se ordenó la matanza en El Mozote y lugares aledaños, orden que cumplió el fallecido coronel Domingo Monterrosa Barrios, quien estaba al mando del temible Batallón Atlacatl, con el acompañamiento de otros regimientos militares locales, y por tanto de otros oficiales de alto mando.

Es necesario que el señor arzobispo Escobar Alas deba de hacerse acompañar de un equipo asesor, en el que debería estar el cardenal Gregorio Rosa Chávez, algunos obispos de la Conferencia Episcopal, y de sacerdotes como Juan Vicente Chopin, que tienen una lectura seguramente correcta del acontecer nacional.

Es necesario que le indiquen al señor arzobispo que busque quedar bien con su pueblo, con su grey y no con el presidente Bukele.

El pueblo y la grey necesitan la conducción de la iglesia en los temas de la vida nacional, y muchas veces los intereses de estos no son los mismo que los del presidente Bukele; por eso, la iglesia, y principalmente su autoridad, no debería tratar de quedar bien con el mandatario.

Es cierto que cuando las cosas las haga bien el presidente la iglesia puede darle la bendición, pero cuando lo haga mal, la iglesia debería reprenderlo.

Por ejemplo, el señor arzobispo debió reprender al Ejecutivo cuando ingresó con soldados y policías al Salón Azul de la Asamblea Legislativa, el 9 de febrero de 2020, y no guardar silencio, sino es que lo aplaudió en privado. Debería reprender al presidente y a sus funcionarios cuando públicamente se manifiestan en contra de la ley o violentan la ley, como cuando el ministro de Hacienda decidió, por orden del presidente Bukele, retrasar los salarios a los empleados de los órganos Judicial y Legislativo.

Y podríamos darle un largo listado para reprender al Ejecutivo porque está desnaturalizando la institucionalidad del país.

Esperemos que este pequeño giro del señor arzobispo sirva para que reflexione si debe quedar bien con el presidente de la República o con su pueblo y su grey.

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