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Orlando Montano, exviceministro de Seguridad Pública durante el juicio que se lleva en su contra en España por el caso de la masacre de los sacerdotes jesuitas. Es el único militar salvadoreño que enfrenta la justicia española por este caso. Foto Diario Co Latino/Cortesía

Coronel Montano exime de responsabilidad al Alto Mando y señala a soldados

Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino

Los magistrados de la Audiencia Nacional de Madrid en España terminaron de escuchar los argumentos de cierre de ambas partes en el Caso Jesuitas y tomarán unos días para determinar y emitir un veredicto al coronel Inocente Orlando Montano, exviceministro de Seguridad Pública (1989-1992), y único militar salvadoreño extraditado para enfrentar la justicia española.

Manuel Ollé -abogado querellante en el caso- reiteró en su reseña la contundencia de los testimonios y documentos compilados a lo largo del proceso judicial, que señalan a Montano en los hechos de la medianoche del 15 y madrugada del 16 de noviembre de 1989.

“Una operación militar concebida, ordenada y ejecutada por el Alto Mando del Ejército, -yo creo- que no es muy difícil hacer un esfuerzo, hay un bombardeo de tres días, llaman al expresidente Cristiani al Estado Mayor y el señor Montano dice que se quita en ese momento; es radicalmente falsa la coartada que ha sostenido, porque materialmente es imposible que él se fuera, cuando estaba todo el Estado Mayor pero, por supuesto, en el sagrado derecho de defensa puede mentir o decir lo que quiera”, debatió Ollé.

Para referir el poder que tuvieron en ese entonces los militares que integraban el Estado Mayor Militar, señalados del crimen de los sacerdotes jesuitas, Ollé los describió como un “aparato organizado de poder criminal”, que tenían un dominio total de la autoridad, la que ejercieron como una “macro criminalidad y terrorismo de Estado”, para someter a la oposición política y el pueblo.

A las preguntas del porqué Montano se desligó de las decisiones que se tomaron ese 15 de noviembre a la medianoche, Ollé citó las declaraciones presentadas del expresidente Cristiani a un periodista, sobre que “la Policía Nacional era otra unidad más del Ejército”, debajo de las Fuerzas Armadas, una unidad de combate, y que también corroboró Terry Karl en su informe sobre esa masacre.

“El señor Montano nos ha dicho que solo tenía funciones administrativas; pero, entonces, ¿quién dirigía la Policía Nacional? Tuvo que haber alguien que daba las órdenes y es absolutamente ridículo e insostenible esta coartada de las funciones administrativas. ¿Tenemos que creer las declaraciones del coronel Montano?, un viceministro de seguridad con su Guardia Nacional y Policía Nacional que está en el Alto Mando Militar, es impensable que no se enterara o que estos no tuvieran un director, que no tenía a alguien que les ordenaba las ejecuciones, eso nos quiso trasladar el coronel Montano”, observó.

Sobre otros indicios que calificó de “pruebas irrefutables”, Ollé mencionó la conspiración, ejecución y encubrimiento del asesinato de los jesuitas, en el registro de la agenda del coronel Guillermo Benavides, que detalló el contenido de las reuniones como la medianoche del 15 de noviembre de 1989, que ha sido citado posteriormente por el teniente Yushhy René Mendoza, el padre José María Tojeira y la Comisión de la Verdad.

“Ese diario existe porque el señor (Yusshy) Mendoza lo vio y compartió con Benavides, en los meses de su vida en un centro penitenciario, donde platicaban y se lo mostró. Y supo hasta las visitas que hicieran Ponce y Montano al penal. ¿A qué iban?, pues a lo que nos han dicho: estate tranquilo que te vamos a sacar, tranquilo vamos influenciar a los fiscales. Es por esto importante la ratificación (de la existencia) de ese diario”, acotó.

Ollé agregó que la decisión fue tomada por los coroneles Larios, Ponce, Zepeda, Montano y Benavides, quienes actuaron en común acuerdo para ejecutar el asesinato, que es una co-autoría mediata (un autor mediato que comete el delito sirviéndose de otro como instrumento) y pidió al tribunal admitirla en la sentencia.

“Primero es el acuerdo común, la coautoría pura y dura, porque las decisiones no solo las tomó Montano, se tomaron por consenso por los integrantes del Alto Mando Militar, la libreta (de Benavides) lo dice, por tanto todos eran responsables. En segundo lugar, la contribución esencial, porque eran los únicos que podían facilitar, posibilitar y decidir la ejecución. Y la tercera parte, la organización los militares, por su cadena de mando facilitaron el control sobre los subordinados, esa sociedad criminal, ese pacto de asesinar a los jesuitas, de Elba y Celina fue un acuerdo”, reafirmó.

En su alegato final, Ollé le recordó a la Audiencia que al imponer la sentencia recordarán que “sin justicia no hay paz, no hay reconciliación, por mucho que se quiera decir lo contrario. Que la justicia, verdad, reparación y promesa de no repetición de los hechos es importante y el Caso Jesuitas es un caso de justicia universal”.

“El señor Montano tiene la oportunidad este día de tener esa gallardía de tener un gesto con las víctimas y con la verdad, porque no será (la reparación) solo para las víctimas, sino para El Salvador, porque al saber la verdad habrá perdón, como dijo el padre Tojeira”, expresó.

En el turno del abogado defensor, Jorge Argüello, y el imputado Inocente Montano, desafiaron todas las pruebas documentales y testimoniales presentadas por la parte acusadora, alegando que el imputado no tenía responsabilidad directa y que el asesinato de los jesuitas fue un “error grandísimo que cometieron los soldados”, según dijo Montano.

Argüello, entre su defensa, toco tres puntos: la responsabilidad de ese asesinato no podía achacársele a una sola persona; que los jesuitas ya no eran españoles, sino que se habían nacionalizado salvadoreños y por tanto la Audiencia Nacional de España no tenía jurisdicción en el caso, y que el cargo que se le asignó en su extradición desde Estados Unidos fue por “asesinato terrorista” y no por cargos de un crimen de lesa humanidad.

Mientras, Inocente Montano, al tomar la palabra para dirigirse a los jueces, indicó que excluía de las responsabilidades al Alto Mando Militar y a las personas mencionadas en el Informe de la Comisión de la Verdad, al mencionar que fue redactado en la UCA. Y las declaraciones del teniente Yushhy René Mendoza, que afirmó estaba coaccionado.

“Se ha mentido a destajo por quienes han declarado a favor de la familia de los jesuitas. Nunca lo pude haber hecho y quiero hablar de la Tandona, esa organización no ha desaparecido, seguimos funcionando como promoción de 1966 y todos los diciembre nos reunimos a celebrar hechos importantes”, dijo Montano, al reconocer la trayectoria de ese grupo que contaba con 25 años de carrera militar y fueron elegidos para formar parte del Estado Mayor en el gobierno de Alfredo Cristiani.

“La acusación de Benavides estuvo basada en lo dicho por los soldados que actuaron en la UCA y no dijeron que hubiera gente de arriba involucrada. Quiero decir que soy católico y, como tal, pido al señor Jesús que me ilumine lo que estoy diciendo y para asegurar que ustedes entiendan que muchas de esas versiones sobre el conflicto fueron ocasionadas por un plan preconcebido”, manifestó.

Asimismo, mencionó: “En cierta forma, yo consideraba al padre (Ignacio) Ellacuría como un amigo, porque pude sacarle personas detenidas por las autoridades que estaban bajo mi mando”.

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