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Prácticas de torturas a los reos políticos de los años ochenta. Foto Diario CoLatino/Cortesía.

COPPES: 41 años de existencia en defensa de los derechos humanos

Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino

Susana Rodríguez, presidenta de la Junta Directiva del Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES), señaló que tras el nacimiento de la organización resguarda los acontecimientos de las décadas de los años setenta y ochenta, cuando un Estado de corte totalitario con apoyo militar, trataron de destruir la resistencia social de una parte de la población, ante la conflictividad social.

“Nuestra organización nació en las cárceles de Santa Tecla (La Libertad) y las siglas significan Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES), su fundación fue el 15 de septiembre de 1980. Allí, estuvieron recluidos solo porque se oponían a la línea del gobierno militar”, dijo Rodríguez.

“Ellos llegaron luego de ser torturados a ese lugar, sin ninguna atención médica, y ahí los seguían reprimiendo en esas cárceles. Y también, después de unos meses, ahí mismo nace la idea de organizarse dentro de la cárcel, y enfrentando el control de lo represores y para denunciar por lo menos, todos esos atropellos que ellos sufrían dentro de la cárcel”, recordó.

El contexto socio político del país entre las décadas de los años setenta y ochenta era de alta conflictividad, el 24 de marzo había sido asesinado el Arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, las represiones a la población campesina, obreros, maestros, estudiantes y sindicatos, era una realidad que no se podía ocultar ante la Comunidad Internacional, y que llevó al conflicto armado interno de doce años que culminó con la firma de los Acuerdos de Paz, en enero de 1992, en el castillo de Chapultepec, México.

“Al principio del conflicto eran pocos en la cárcel de Santa Tecla, fue quizás al principio seis compañeros, pero luego fue aumentando el número y con la misma condición capturados arbitrariamente, torturados y encarcelados de inmediato”, prosiguió.

“Sabemos que la principio todas sus peticiones fueron desoídas y sus acciones las trataron de doblegar las autoridades del gobierno, pero en la medida que los años pasaban la represión se agudizó y las cárceles se llenaron, y creció también la resistencia de la gente que era opositora al régimen militar y fueron reconocidos como presos políticos”, agregó.

“De esta forma se fortaleció el COPPES y lograron que el Gobierno, aceptara también, que existían los presos políticos. Porque en un principio no querían reconocerlo para no salir afectados que existían estos reos encarcelados por razones políticas, pero desde esa lucha obligaron al Estado a aceptarlo”, reseñó Rodríguez.

Con 41 años de existencia COPPES se fortaleció históricamente, agregó Rodríguez, por la “unidad” que se generó en esa década entre los presos y presas políticos, que al interior de los reclusorios tuvieron el incentivo de defenderse de los malos tratos, cateos sorpresivos de madrugada que podían comenzar a las 3 de la madrugada hasta las 5 de la mañana, y otros abusos físicos de los guardias custodios, sin enfrentar sanciones a ese comportamiento agresivo y abusador.

Susana Rodríguez recordó sus días encarcelada por defender el patrimonio salarial de sus compañeras trabajadoras cuando laboraba en una zona franca en los años ochenta, en lo más alto de la represión a los sindicatos de los y las trabajadoras salvadoreñas.

“Estuve en Cárcel de Mujeres, y en el lapso que quedé presa junto a otras compañeras no nos golpearon de esa manera atroz como lo hicieron con los compañeros en Mariona y Santa Tecla. Allí llegaban los llamados cuerpos de seguridad a las cárceles a reprimirlos constantemente”, relató.

En Santa Tecla, entre los fundadores del COPPES están Héctor Bernabé Recinos, Antonio Morales Carbonel y Blandino Nerio.

“Yo fui sindicalista del área textil pero esa fábrica cerró y los dueños dijeron que resolviéramos nosotros y que a ver como hacíamos. Abandonaron la empresa y nos quedaron debiendo vacaciones, aguinaldos, salarios y las indemnizaciones. Nos quedamos en la fábrica Confecciones Santa Mercedes, se llamaba, para obligar a los dueños a que pagaran a los trabajadoras”, dijo.

“Era la mitad del año de 1988, y llegamos a 1989, cuando el Juzgado 4to de lo Laboral, emitió una orden que obligaba a la empresa a solventarnos, porque era ilegal lo que había hecho el dueño. Pero el 18 de septiembre nos llegó a sacar a la fuerza la Guardia Nacional y nos golpearon, destruyeron toda la documentación fiscal que teníamos y como sindicato nos llevaron a tres mujeres y dos hombres, estuve 8 meses en la cárcel como presa política”, relató.

Sobre la situación de actualidad en la que se concentra de nuevo todo el poder en un solo órgano del Estado, Susana señaló que la experiencia que se acumuló fue “dura y llena de muchas injusticias”, por lo que se debe estar atentos como ciudadanía, para no repetir esa experiencia de abusos a los derechos humanos y a la libertad de expresión.

“Esto me enseñó que si no luchamos por nuestros derechos, nadie lo va hacer por uno. Tenemos que unirnos porque actualmente es una situación presente y la resistencia social va de nuevo y es un valor que no está desfasado, tiene vigencia”, añadió.

“Ahora será el pueblo salvadoreño, en general, sean sindicalistas o no; trabajadores sin importar el lugar, sino se unen para defender sus derechos y sus libertades, van a pisotearlos mucho más que ayer”, puntualizó.

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