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Sede del congreso de los Estados Unidos.

Congreso de Estados Unidos posterga discusión crucial sobre cuestión migratoria

Washington / Texas /AFP

Aldo Gamboa / Mandel Ngan en McAllen

La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense postergó al viernes un voto crucial sobre reforma migratoria, en medio de enormes presiones para dar una respuesta al escándalo por la separación de familias en la frontera.

En una primera votación los legisladores rechazaron un proyecto de ley de neto corte conservador, pero las negociaciones se hundieron antes de la consideración de otro proyecto de ley, de perfil claramente más moderado.

De inmediato, los líderes de las varias tendencias en la bancada del Partido republicano iniciaron una reunión a puerta cerrada, aparentemente en una tentativa de hallar algún tipo de consenso antes de la próxima votación.

El presidente Donald Trump y varios miembros del gabinete habían repetido como un mantra en las últimas dos semanas que la llave para una solución a la crisis por la separación de familias estaba en el Congreso, que debía aprobar una ley migratoria.

En incontables mensajes y declaraciones, Trump había responsabilizado directamente a los legisladores del Partido demócrata, a los que acusó de obstruir una solución, pero las negociaciones se hundieron por divisiones entre los republicanos.

En la mañana del jueves, cuando aún los legisladores republicanos buscaban afinar el discurso, Trump creó un evidente suspenso al afirmar en la red Twitter que los demócratas igualmente bloquearían una solución en el Senado.

Reforma migratoria en discusión

Esta discusión de una ley de reforma del sistema migratorio se movía a marcha y contramarcha en el Congreso, pero el tema se aceleró de forma dramática a partir de mayo, con la adopción de una política de ‘tolerancia cero’ con la migración ilegal.

Esa política, definida por el Fiscal General y Secretario de Justicia, Jeff Sessions, determina que todos los adultos que ingresen ilegalmente al país deben ser arrestados y procesados criminalmente.

Para miles de familias, eso significa que sus hijos menores de edad son separados y retenidos en albergues dispersos por todo el país.

Trump firmó el miércoles un decreto que pone fin a la separación de familias en la frontera, pero hasta el momento no ha quedado claro como se aplicará esa decisión y cuando se permitirá la reunificación de las familias ahora separadas.

El proyecto de ley que será analizado el viernes refuerza considerablemente la seguridad en la zona de frontera, una exigencia de los legisladores más conservadores, pero incluye provisiones que resultan aceptables para los demócratas.

Entre esas iniciativas este proyecto determina la prohibición de la separación de familias inmigrantes y también formula una solución definitiva a jóvenes que llegaron al país siendo niños y que regularizaron su situación durante el gobierno de Barack Obama, conocidos como «dreamers».

Estos inmigrantes legalizados (que se estima suman alrededor de 700.000 en todo el país) habían quedado en un limbo legal después que el presidente Trump decidiera no renovar sus permisos de residencia.

La iniciativa hasta incluye un mecanismo para destinar recursos a la construcción de un muro en la frontera con México y pone punto final a la migración de familiares de residentes.

Dos tribunales federales, sin embargo, forzaron al gobierno a continuar renovando los documentos de esas personas, y el proyecto en disputa en el Congreso busca hallar una solución permanente para ellas.

Por el momento, el departamento de Salud solicitó al Pentágono que se prepare para albergar en sus bases militares a 20.000 niños que entraron solos al país, indicó a la AFP un alto funcionario.

Melania en la frontera

En una muestra de la gravedad de la situación, la primera dama estadounidense, Melania Trump, visitó por sorpresa visita la ciudad de McAllen, en Texas, donde recorrió un albergue para niños inmigrantes que es administrado por la iglesia luterana.

«Quiero saber como podemos ayudar a estos niños a reunirse con sus familias lo antes posible», les dijo la primera dama a los auxiliares del albergue.

De acuerdo con informaciones de la oficina de la primera dama, el albergue reúne actualmente unos 60 niños con edades que van de los 5 a los 17 años, provenientes de Honduras y El Salvador.

Al inicio de la semana la esposa del presidente había causado sorpresa al apuntar en una nota oficial que el país requería un gobierno que haga aplicar las leyes pero que también utilice «el corazón».

El mensaje había sido considerado una velada crítica a su marido, el presidente Trump, por la rigidez de su política de ‘tolerancia cero’ y la ola de indignación por la separación de niños de sus familiares.

De acuerdo con datos oficiales, entre el 5 de mayo y el 9 de junio nada menos que 2.342 niños y menores de edad fueron separados de sus familias y son retenidos por las autoridades en centros temporarios de acogida divididos por cercas metálicas que se parecen a jaulas.

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