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Bukele alejado de la ONU, pero muy cercano a Donald Trump

El presidente de la República, Nayib Bukele ordenó el sábado pasado la expulsión de la delegación diplomática de la República Bolivariana de Venezuela, tras desconocer al gobierno de Nicolás Maduro, el presidente legítimo, y reconocer al autonombrado “presidente encargado” Juan Guaidó.

El paso dado por Bukele, pese a que como se dice popularmente “ya se veía venir”, no deja de preocupar, pues es una muestra fehaciente de los compromisos que el mandatario salvadoreño ha adquirido con el gobierno de Donald Trump, en el afán de este de sumar votos contra el gobierno de Maduro, ante un posible debilitamiento del Grupo de Lima, sobre todo por los resultados electorales en Argentina.

El Grupo de Lima está conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Guatemala, cuyos gobiernos son de derecha y se han alineado al gobierno de Trump, en su objetivo de fustigar a los gobiernos de izquierda de América Latina, sobre todo al gobierno de Nicolás Madura, en Venezuela, que ha tratado de derrocarlo, pero no lo ha logrado, y por eso ha recurrido a un nefasto bloqueo económico para golpear a la base social chavista mediante el impedimento de abastecerse e impedir el libre comercio del petróleo, la principal riqueza del país bolivariano.

México que también forma parte del Grupo de Lima, se ha opuesto, al igual que la Unión Europea, al derrocamiento de Maduro y no han reconocido al autoproclamado “presidente encargado” Guaidó.

Con las convulsiones sociales en Chile y Ecuador, y los resultados electorales en Bolivia y Argentina, como hemos apuntado arriba, más lo que pueda suceder a corto plazo en Brasil, el gobierno de Trump teme un debilitamiento del Grupo de Río, y con ello el bloque de mandatarios genuflexos del Grupo de Lima, por lo que se ha visto obligado a mover nuevas piezas en Centroamérica. Lamentablemente para El Salvador, que durante diez años mantuvo una política diplomática respetuosa, incluso con Estados Unidos, a pesar los dos gobiernos de izquierda, y muy a pesar de la sistemática intervención de las exembajadoras Mari Carmen Aponte -primero- y Jane Manes -después- en el presidente Bukele, el gobierno de Trump encuentra eco inmediato en su línea por socavar, diplomáticamente hablando, al gobierno de Maduro.

El presidente Bukele si bien sigue teniendo el respaldo de gran parte de los salvadoreños, según sus encuestas, por respeto a sus seguidores, y al “5 o 4” por ciento opositor, debería explicarles el porqué desconoce a un gobierno legítimo como el de Nicolás Maduro, en cambio reconoce a un impostor, a un golpista como Guaidó, que a todas luces sigue directrices de los Estados Unidos no solo para debilitar al gobierno de Venezuela; sino, incluso para realizar un golpe de Estado, de acuerdo al estilo y satisfacción del Pentágono.

Guaidó, como debe saberlo el presidente Bukele, no ha obtenido ni un solo voto para ser presidente de Venezuela, pues se autoproclamó en la plaza pública, con la idea de promover una insurrección contra Maduro, la cual fracasó; lo cual, incluso fue reconocido por exfuncionarios del gobierno de Trump.

Bukele debe explicarle a sus seguidores, y a ese “5 o 4” por ciento de la oposición cómo es que El Salvador se suma a un puñado de países que reconocen a Guaidó, mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su secretario General António Guterres, y de los Estados de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) reconocen a Nicolás Maduro como presidente constitucional y legítimo de Venezuela.

El presidente Bukele debe explicar por qué desconoce al gobierno de Maduro, cuando hace más de quince días, en Ginebra, 105 naciones del mundo eligieron democráticamente al Estado venezolano como representante del Consejo de Derechos Humanos ante la ONU, con lo que reconocen al gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

Finalmente, Bukele debe explicar, a sus seguidores y a ese “5 o 4” por ciento de la oposición por qué se está alejando de la ONU y se acerca más a la administración Trump en temas interesados de la diplomacia internacional.

Ni Nicolás Maduro ni Venezuela son una amenaza al gobierno del presidente Nayib Bukele, mucho menos para el pueblo salvadoreño; entonces, por qué esa agresividad contra el gobierno legítimo de Venezuela.

Y es que los argumentos justificativos del presidente Bukele no tienen ningún peso como para tomar esa decisión.

Por ejemplo, si es por las supuestas violaciones a los derechos humanos en Venezuela, entonces lógico será que también hiciera lo mismo con otras nacionales Latinoamericanas como Chile y Ecuador, que en las recientes protestas han dejado decenas de muertos, heridos y encarcelados.

Y si de defender los derechos humanos se trata, hace mucho tiempo el presidente Bukele debió pronunciarse contra las acciones que la administración Trump mantiene contra los migrantes, en cuyas fronteras encarcela a niños y niñas, los violan y hasta ha ordenado que le “disparen en las piernas” a todo migrante, de cualquier edad, que cruce los muros montado en la frontera entre Estados Unidos y México.

El presidente Bukele se ha equivocado, al alejarse de las Naciones Unidas en temas álgidos como el de Venezuela y acercarse a la antidiplomacia y perversidad del gobierno de Donald Trump.

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