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“Lo que bien se aprende, nunca se olvida”, sostenía el gran Confucio y fue lo que efectivamente demostró el fin de semana la experimentada voleibolista de playa, Yvonne Soler. Dado su resto de años, la noticia de su retorno para jugar el Centroamericano, en esta capital, no dejó de levantar algunas dudas y escepticismo sobre sus reales condiciones y posibilidades para enfrentar este torneo de alto nivel competitivo.
Pero como en sus buenos años internacionales, atacando y defendiendo, Yvonne le metió muchas ganas y su experiencia fue determinante para compaginarse con Sofía Velásquez y dar la gran pelea hasta colarse a la final, en donde cayeron por dos sets a cero (21-18,21-17) ante unas chapinas Natalia Girón y Stefany Betancour, más activas y constantes en la competencia internacional. Desafiando el calendario, con su performance, Yvonne dejó en varios pasajes, la impresión que el retiro de cinco años no le ha pasado factura y sigue siendo como el buen vino o como la loba, que con los años pierde el pelo, pero no las condiciones técnicas naturales.
En pro de los intereses patrios, un retorno muy alentador y esperanzador, en qué sí mantiene su entrega al trabajo de la preparación física, puede recuperar su titularidad en el dúo salvadoreño de voleibol playa que competirá en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2023 en San Salvador. Yvonne ya dio un anticipo de que sí puede y dependerá de ella volver a ser la número uno y reverdecer aquellos laureles cuando haciendo pareja con Laura Molina sacaban chispas sobre la arena y la extenuante temperatura.
Foto INDES/
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IMPRESIONES DE YVONNE –
Muy emociona y satisfecha con su entrega, la “veterana de las mil batallas” posteó en su facebook: “Que delicia competir y ganar mi quinta medalla de plata en Copas Centroamericana. Esta con un significado muy especial después de estar cinco fuera de las canchas (la edad de mi hija). Por primera vez he sentido un equipo atrás mío que ha hecho las cosas más fáciles muchas gracias al coach Tato Talavera y a Oscar con su energía invaluable.
A mariela con quien entrené todo el año y por supuesto a mi compañera de equipo, Sofía Velásquez quien llego a completar la misión de una manera súper valiente. Y por supuesto a mi familia.
Gracias a todos los amigos que estuvieron pendientes y disfrutaron con nosotras cada paso en el torneo.
A Laurita Molina analizando los equipos. Gracias siempre son una fuente de inspiración”.
Profesionalmente, Yvonne es egresada de la Escuela Superior de Economía y Negocios, pero con su sangre contaminada de deporte, es esposa del ex seleccionado de basquetbol, Oscar Tobar y madre de la gimnasta Emma y del futbolista U-17, Gabriel. Con los pies en la tierra, su experiencia de altas y bajas y consciente de que el deporte es un estilo de vida, manifiesta estar dispuesta a apoyarlos con todo, todo, para que lleguen lo más lejos, hasta donde se lo propongan.
