El Código de Trabajo salvadoreño establece que los “salarios mínimos fijados por decreto deberán ser revisados por lo menos, cada 3 años” (art.159), es decir, que esta revisión se debió realizar en agosto de 2024. Y es uno de los salarios mínimos más bajos en Centroamérica, sólo después de Nicaragua.
Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Estamos hablando de una Canasta Básica que más allá de las consideraciones estadísticas, surge y nace desde las necesidades y las prioridades de las comunidades”, dijo José Luis Magaña, economista y consultor.
Magaña presentó el estudio: “Aproximación para la Actualización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA)”, y de los costos de producción de maíz y frijol en El Salvador, a petición de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, que aglutina a más de 30 organizaciones y redes a escala nacional.
“El estudio parte de una combinación de técnicas (CIF), que tiene como punto de partida la voz de las familias productoras y consumidoras en los territorios y comunidades, ese es el corazón de esta investigación, es el corazón de los resultados”, explicó Magaña.
Sobre la pobreza en El Salvador, a través del análisis de la “Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria” (CIF), a Magaña le llamó la atención uno de los principales hallazgos, que “El Salvador se ha quedado rezagado” en cuanto a la actualización metodológica de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
“Los otros países de la región tienen Canastas Básica muy antiguas, hasta de 15 años, como el caso de Costa Rica, que su última actualización fue en el año 2010, frente a Guatemala que su Canasta Básica fue actualizada en 2024, en donde hubo un proceso de revisión e inclusión de más de 60 alimentos para la Canasta Básica”, comentó.
En el caso de El Salvador, desde 1983, cuando se construyó la primera Canasta Básica Alimentaria, no ha habido ningún proceso de revisión metodológica. Estamos hablando de 42 años de rezago en cuanto a la consideración de tipos de productos y las cantidades de los mismos”, afirmó Magaña
Según el análisis de esta Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria, en el período comprendido entre julio de 2021 a mayo 2022, un aproximado de 900 mil personas (14% población) se encontraban en “crisis o emergencia alimentaria” (Fase 3 y 4 CIF), que requirieron intervenciones “urgentes” para mitigar los efectos del hambre y evitar mayor deterioro en los hogares afectados.
Para Magaña, la Canasta Básica Alimentaria de El Salvador es la más reducida de Centroamérica, con sólo 22 productos. Y se tomaron para su selección el criterio del “mínimo calórico” que serían entre 1, 900 a 2, 100 calorías diarias.
“Esta CBA está fundamentalmente basada en el consumo de carbohidratos, y no tiene un equilibrio nutricional. Y si a eso le sumamos la división que existe entre la Canasta Básica Urbana y Rural, podemos ver que existe un proceso de exclusión en las zonas rurales”, expresó el economista.
“La Canasta Básica Rural no sólo tiene menos cantidad de alimentos, sino que, además, pone de supuesto que en el sector rural las familias pueden acceder a las verduras y frutas sin ningún costo. De ahí, esos sesgos desde la urbanidad. Por tanto, es importante el proceso metodológico de actualización”, explicó Magaña.
Sobre la “pobreza monetaria”, señaló que esta mide la capacidad que tiene una familia para adquirir los alimentos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), las que no logran cubrir el costo se consideran en situación de pobreza extrema. Y las familias que no logran alcanzar la Canasta Básica Ampliada (2 veces la CBA), se consideran en pobreza relativa. La suma de ambas es la pobreza total en el país.
Salario mínimo y altos precios de alimentos
“En este proceso de revisión, también debe tomarse en cuenta que la Canasta Básica funciona tanto para el establecimiento del salario mínimo, como para el establecimiento de las líneas de pobreza”, señaló Magaña, al compartir que al actualizar la CBA trae la revisión estadística de estos y otros indicadores macroeconómicos que miden el rezago en que se encuentra El Salvador.
El Código de Trabajo salvadoreño establece que los “salarios mínimos fijados por decreto deberán ser revisados por lo menos, cada 3 años” (art.159), es decir, que esta revisión se debió realizar en agosto de 2024. Y es uno de los salarios mínimos más bajos en Centroamérica, sólo después de Nicaragua.
“La alimentación tiene que ver mucho con la producción de alimentos y para la producción suficiente de alimentos se requiere de un tratamiento digno a las comunidades y los territorios. Y eso sólo se da si hay acceso a tierra, agua, recursos y políticas públicas que garanticen el derecho de los y las productoras campesinas y consumidores”, alegó.
“Y justamente este 24 de abril se cumplió un mes que presentamos una demanda de inconstitucionalidad contra la Ley General de Minería Metálica, que aprobó la Asamblea Legislativa. Y, a un mes de esto todavía no hay ninguna respuesta de parte de la Corte Suprema de Justicia. No se puede hablar de alimentación si no hay preservación y cuidado de los bienes comunes naturales”, puntualizó Magaña.