Por Leonel Herrera*
En una de sus usuales despistes y “metidas de pata”, el vicepresidente inconstitucional Félix Ulloa ha confirmado las negociaciones con pandillas y, sin proponérselo, ha dado la razón al periódico digital El Faro.
“Hay casos periodísticos que dicen que algún funcionario negoció con las pandillas: son acciones aisladas, no es una política de gobierno”, declaró Ullo, en una reciente entrevista con el medio francés Le Grand Continent.
La importancia de la referida declaración del vicepresidente ilegal consiste en confirmar la existencia de las negociaciones con las maras, aunque niega que éstas hayan sido una política gubernamental y que son “casos aislados”.
La afirmación de Ulloa contradice la narrativa oficial que niega los pactos del actual gobierno con las pandillas. Según este relato, negociaron con pandillas los gobiernos anteriores, no el actual.
Así, el vicegobernante de facto da la razón al El Faro, el medio periodístico que ha sido objeto de descalificación y persecución por haber revelado las negociaciones de Nayib Bukele con las maras desde que era alcalde de San Salvador.
De hecho, Ulloa también menciona la posibilidad de que, durante el reordenamiento del centro de San Salvador (cuando Bukele era alcalde), entre los negociadores de los vendedores informales hubiera pandilleros. Aunque insiste en que eso no significa que se haya negociado con pandillas.
La semana pasada El Faro publicó una entrevista con dos ex cabecillas pandilleriles que revelan detalles tenebrosos de las negociaciones y acuerdos de Bukele con las maras, hecho que desencadenó una oleada de ataques contra dicho medio y hasta amenazas de captura contra sus periodistas.
La entrevista confirma que la carrera política del actual presidente inconstitucional tiene a la base los pactos con las pandillas y que las negociaciones eran realizadas por Carlos Marroquín, Osiris Luna, Denis Salinas y otros miembros del bukelismo que actuaban en nombre de Bukele.
Según la entrevista, el apoyo pandillero fue clave para que Bukele ganara la alcaldía capitalina en 2015, la presidencia de la República en 2019 y la mayoría legislativa en 2021 que le permitió controlar todo el aparato estatal y abrir camino a su reelección inconstitucional.
Los ex jefes pandilleros confiesan que, a cambio de dinero, favores carcelarios y otros beneficios, las maras obligaron a la población de sus comunidades a votar por Bukele presionándola, quitándole el DUI (si simpatizaban con otros candidatos) y amenazándola.
Los entrevistados también confiesan que el gobierno les permitió asesinar, con la condición de que ocultaron los cadáveres (porque “sin cuerpo no hay delito”); y seguir extorsionando, únicamente evitando disputas internas por las zonas de control pandilleril.
La entrevista, además, confirma que el gobierno de Bukele permitió a los principales líderes de las pandillas salir de las cárceles y les ayudó a huir, antes de lanzar el régimen de excepción a finales de marzo de 2022.
Carlos Cartagena López (conocido como Charli de la IVU), uno de los entrevistados, declara que fue capturado en los inicios del régimen de excepción, pero fue liberado luego que los agentes que lo detuvieron recibieron una llamada telefónica que ordenó liberarlo.
Volviendo a la entrevista con El Grand Continent, Ulloa se muestra orgulloso de la “buena relación” de Bukele con Donald Trump y niega que el encarcelamiento de extranjeros en el CECOT viole leyes internacionales. Dice que El Salvador sólo brinda “servicios carcelarios” a Estados Unidos.
El vicepresidente ilegal también asegura que en el país “se respeta el debido proceso” y niega que se cometan abusos contra personas inocentes, aun cuando admite que el gobierno ha liberado a 7,000 detenidos que no tenían ninguna relación con pandillas.
Antes de ser vicepresidente, Félix Ulloa se presentaba como un demócrata y se pronunciaba por el respeto a la institucionalidad, la separación de poderes y el estado de derecho. Ahora es responsable o -al menos- cómplice de graves violaciones a derechos humanos y de la regresión democrática que sufre el país.
*Periodista y activista social.