Samuel Amaya
@SamuelAmaya87
El padre José María Tojeira, sacerdote jesuita y defensor de derechos humanos, fue sepultado en la Capilla “Jesucristo Liberador” de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), donde también descansan los mártires jesuitas asesinados en 1989.
La misa de cuerpo presente fue presidida por el arzobispo José Luis Escobar Alas, quien destacó el compromiso de Tojeira con la verdad, la justicia y la Eucaristía como testimonio cristiano. Desde su llegada a El Salvador en 1985, Tojeira se convirtió en una figura clave en la formación académica y ética de generaciones de estudiantes.
Durante la ceremonia, Escobar Alas resaltó la incansable labor del “padre Chema” en la defensa de los derechos fundamentales: agua, salario justo, libre expresión, migración y paz. Su voz se alzó contra la minería, la corrupción y la violencia, siempre desde una postura firme pero reconciliadora. Su vida estuvo marcada por la cruz, como la de muchos jesuitas, enfrentando críticas y persecuciones por su compromiso con los más vulnerables.
El rector de la UCA, Mario Cornejo, lo describió como un referente cálido y cercano, cuya presencia ayudaba a relativizar los problemas cotidianos y a dignificar a cada persona. Tojeira fue clave en la búsqueda de justicia para los mártires de 1989, incluyendo Elba y Celina, y promovió siempre caminos de reconciliación. Su legado ético y espiritual sigue vigente en la lucha contra las injusticias estructurales y en la promoción del diálogo como vía hacia la paz.
Originario de Vigo, España, y naturalizado salvadoreño, Tojeira fue rector de la UCA entre 1997 y 2011, y dirigió el Instituto de Derechos Humanos (IDHUCA) hasta 2022. En sus últimos años, sirvió como párroco en Santa Tecla. Aunque sus familiares no pudieron asistir al funeral en El Salvador, se realizaron honras fúnebres en su ciudad natal. El padre Chema vivirá eternamente en la memoria de la UCA y de Centroamérica como símbolo de justicia, verdad y fraternidad.
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