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Suspender las medidas extraordinarias

César Ramírez
@caralvasalvador

Deben suspenderse inmediatamente cuando: cesen los atentados terroristas, ataques a los estudiantes, extorsiones, amenazas a transportistas, controles de ingresos de personas ajenas a las comunidades, disuelvan sus organizaciones para delinquir, dejen de atacar a policías, soldados e instituciones, acepten su culpabilidad con los desaparecidos, divulguen las fosas clandestinas, renuncien al tráfico de drogas, esclavismo sexual de niñas, tráfico de personas, entreguen sus armas, etc.

Deben suspenderse las medidas extraordinarias cuando acepten la legalidad de la República, no intervengan en política partidaria, no se conviertan en grupos de presión armados, no contribuyan a impedir el voto ciudadano, ni requisen los DUI a favor de un partido político, ni se reúnan con dirigentes de partidos políticos para proponer cargos de ministros, ni paguen a la justicia, ni compren a los jueces con dinero o amenazas de muerte, ni asuman el control de las penitenciarías.

Deben de suspenderse las medidas extraordinarias cuando trabajen a diario en una organización legal, ganen el sustento para sus familias, contribuyan con modelos productivos, se integren a la economía pagando sus impuestos, sus familias nucleares envíen a sus hijos al sistema educativo sin extorsionar a los maestros, no amenacen a los niños y niñas con asesinar a sus padres si no cumplen sus designios, en una palabra, acepten la legalidad constitucional.

Deben suspender las medidas extraordinarias cuando abandonen todo signo de terrorismo, definido este como: “actos individuales o sociales desesperados y violentos, contra civiles, militares, instituciones, religiones etc., cometidos por grupos irregulares armados que no poseen ningún beneficio ciudadano, ni democrático; sus actos tienen como objetivo de sembrar el terror, el temor, la zozobra, la incertidumbre en cualquier momento de la vida política de la nación”; si abandonan esa forma de actuar es posible su reincorporación, al cumplir sus penas ante la justicia.

Deben suspender las medidas extraordinarias cuando abandonen la apología del crimen, sus siglas, sus dirigencias, su identidad perversa, su decisión de eliminar al enemigo (real, virtual, constitucional) renunciando al odio del modelo social, puesto que nadie le obligó a optar por ese sendero del mal.

Nada en este mundo es fácil, el tratamiento del terrorismo en otras naciones es cien veces más severo que en El Salvador, si no es fácil renunciar a la vida del caos, tampoco será difícil convencer a las Naciones Unidas a favor de la Policía Nacional o el Ejército en la primera línea de la defensa nacional.

www.cesarramirezcaralva.com

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