Redacción Nacionales
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Salvadoreños radicados en Canadá y personas solidarias con El Salvador, denunciaron y rechazaron la dictadura de Nayib Bukele para gobernar, a la vez, desaprobaron los seis años de gestión del mandatario y su estilo represivo y dictatorial.
Señalaron que el gobierno de Bukele ilustra un compromiso entre seguridad y democracia, utilizando la desesperación de la población por la seguridad, para justificar medidas autoritarias.
“El gobierno de Bukele ha estado marcado por una mezcla de consolidación autoritaria del poder, políticas de seguridad sin precedentes y controvertidas reformas socioeconómicas, lo que provocó tanto la popularidad nacional, como la condena internacional”, expresaron.
Aunque sus políticas y supuestas negociaciones con los líderes de las pandillas han reprimido temporalmente la actividad de los grupos criminales, corre el riesgo de provocar inestabilidad a largo plazo a través de la degradación institucional y polarización social.
“La comunidad internacional se enfrenta a desafíos para equilibrar la crítica y el compromiso, especialmente a medida que el modelo de Bukele está ganando terreno en otras regiones afectadas por las crisis”, indicaron los ciudadanos canadienses de origen salvadoreño.
Reiteraron que el logro más notable de Bukele es la reducción de la violencia, tras un brote de homicidios en marzo de 2022, declaró el Régimen de Excepción suspendiendo derechos constitucionales como a un procedimiento legal y hábeas corpus.
Más de 85 mil personas, es decir el 1% de la población fue detenida arbitrariamente hasta diciembre de 2024, principalmente por criterios arbitrarios como tatuajes, residencia en zonas marginadas o acusaciones no verificadas.
Aunque esto ha provocado una fuerte disminución de los homicidios, de 38 por 100 mil en 2019 a 1.9 durante 2024, las grupos de derechos humanos han documentado abusos generalizados, incluida la tortura, muertes por detención y las desapariciones forzadas; la represión tiene un objetivo desproporcionado contra las comunidades pobres y carece de control judicial.
“Bukele ha desmantelado sistemáticamente los contrapesos institucionales, después de que su partido Nuevas ideas obtuviera una supermayoría legislativa en 2021, reemplazó al fiscal general e ilegalmente a los jueces de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por otros leales, lo que permitió su reelección inconstitucional en 2024”, reiteraron.
A la vez, manifestaron que el autoproclamado título de Bukele como el «dictador más cool del mundo» refleja su estrategia de marca populista-autoritaria, las leyes que restringen la libertad de prensa, criminalizan a las ONGs y amplían el poder ejecutivo, han sofocado la disidencia.
Los periodistas y los medios de comunicación como El Faro y otros se enfrentan al acoso, censura y acusaciones infundadas de vínculos con pandillas.